Animalismo

Colectivos animalistas culpan a los cazadores de su fracaso en la gestión del urogallo común en España

Colectivos animalistas culpabilizan a los cazadores del progresivo declive poblacional del urogallo común en España pese a que su caza está prohibida hace más de cuarenta años. En nuestro país se vedó su caza el año 1979 y fue catalogada como especie protegida en 1986.


  Urogallo común
Urogallo común

Pretenden justificar así su nefasta gestión y el despilfarro de millones de euros procedentes de las arcas públicas invertidos en el Centro de Cría y Reserva Genética del Urogallo Cantábrico en el término municipal de Sobrescobio, situado dentro del asturiano Parque Natural de Redes. La prohibición de su caza y la pésima gestión por parte de los animalistas ha propiciado la disminución de sus poblaciones año tras año en contraposición con los países que permiten su caza. Estos presentan poblaciones estables debido a la gestión realizada por los cazadores.

Los animalistas siguen culpando a los cazadores del declive poblacional del urogallo común después de 42 años de la prohibición de su caza

En las últimas fechas se ha publicado un estudio realizado en los Pirineos que culpabiliza a los cazadores del brutal declive poblacional del urogallo común en España. Según los científicos que lo han efectuado, la caza tiene efectos negativos sobre las poblaciones del ave debido a las «miles de toneladas de carroña» que genera. Este hecho, según el estudio, propicia el aumento del número de depredadores en las zonas de cría del urogallo. Los investigadores justifican sus conclusiones en el aumento significativo del número de ungulados silvestres cazados durante los últimos 30 años, etapa de máxima disminución poblacional del urogallo. Este período coincide con el tiempo en el que los cazadores fueron desposeídos de su gestión.

Los esfuerzos de los cazadores para disminuir el número de ejemplares justifica el aumento del número de capturas

Los animalistas parecen desconocer que en España, a día de hoy en muchas comunidades Autónomas, las superpoblaciones de ungulados y suidos se han convertido en un grave problema sobre todo para la circulación viaria y los cultivos.

Por enésima vez la importancia de las vidas humanas para el animalismo radical pasa a segundo plano. Por otra parte el estudio exime de cualquier tipo de responsabilidad a los restos de animales procedentes de muertes naturales. No saben a qué recurrir para culpabilizar de todo a la caza y a los cazadores.

Más de 10 millones de euros invertidos en las últimas décadas

En ningún momento hablan del rotundo fracaso del proyecto LIFE+ 09 NAT/ES/513 Programa de acciones urgentes para la conservación del urogallo y su hábitat en la cordillera Cantábrica aprobado en el año 2004.

El proyecto, dirigido por Luis Mariano González, alto cargo del Ministerio de Transición Ecológica (MITECO), jefe del Área de Acciones de Conservación de la Subdirección General de Biodiversidad Terrestre y Marina, cargo que compagina con el de coordinador de conservación de WWF España, ha sido subvencionado por el Ministerio de Transición Ecológica con la cifra de 4,3 millones de euros a pesar de no haber obtenido resultado alguno hasta la fecha. Al proyecto LIFE+ del urogallo cantábrico que se realizó entre los años 2010 y 2016 se la había subvencionado anteriormente con seis millones de euros más. Dentro de este proyecto en el año 2007 se construyó el primer Centro de Cría y Reserva Genética del Urogallo Cantábrico en el término municipal de Sobrescobio, situado dentro del asturiano Parque Natural de Redes, con el objetivo de criar al ave en cautividad.

Millones de euros arrojados a la basura

El mejor resultado obtenido en los 14 años de funcionamiento del centro de cría se obtuvo en el año 2016 en el que nacieron ocho pollos. Ninguno de los ejemplares llegó a ser reintroducido a su medio natural.

El pasado año las hembras existentes en el centro únicamente pusieron 13 huevos de los que salieron cuatro pollos. Todos murieron.

Pese al reguero de millones invertidos tampoco se ha efectuado ningún censo fiable en los últimos 17 años.

Los datos revelan que la depredación es la principal causa de muerte del urogallo común

El estudio aboga por la prohibición de la caza en la zona a pesar de reconocer que especies cinegéticas como el zorro y el jabalí son los mayores depredadores de los urogallos y sus nidos. Algo totalmente inexplicable e injustificable.

Durante el periodo de realización del estudio, el 30% de los urogallos adultos radiomarcados fallecidos fue víctima de los depredadores. Respecto a los nidos monitoreados el 42,4% fue destruido también por estos.

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