Una familia de cazadores abate al salto en una semana dos impresionantes jabalíes medallables
Los cazadores granadinos han vivido una semana de ensueño que difícilmente podrán olvidar. Junto al espectacular jabalí medalla de oro cazado el jueves 21 de octubre han abatido una semana más tarde otro gran cochino de 128 kilos de peso también armado con unas formidables navajas.
Juan Ramón Vico Linde y su hijo Juan Miguel son inseparables. El joven cazador se ha puesto en contacto con Club de Caza para homenajear la trayectoria cinegética de su padre con este lance. Le quiere agradecer públicamente sus enseñanzas y su apoyo incondicional en la vida y en la caza. Según el cazador, «no es solamente mi padre. Es mi mejor amigo».
Los cazadores abaten dos jabalíes medallables en una semana en la misma zona del coto
El impresionante jabalí fue abatido este jueves a menos de un kilómetro del lugar en el que habían cazado días antes un formidable macho medalla de oro. La familia Vico es natural de la provincia de Granada. Padre e hijo nacieron en la localidad de Montejícar, situada en la parte septentrional de la comarca de Los Montes, aunque llevan varios años afincados en el municipio jienense de Mancha Real.
Las modalidades que practican habitualmente son la caza al salto de jabalíes y conejos con podencos andaluces y campaneros.
Un inesperado doblete de jabalíes cuando ya habían dado por finalizada la jornada
La mañana transcurrió sin que los perros detectaran la presencia de ningún jabalí. A las 13 horas decidieron dar por terminada la cacería. Una vez enfundadas las armas y con gran parte de los perros en el remolque se produjo una ladra. Un podenco campanero que aún no había llegado al vehículo delató la presencia de un jabalí en el interior de un zarzal. Volvieron a coger las escopetas y soltaron de nuevo a los perros.
Una vez rodeado el zarzal por los integrantes de la cuadrilla saltó de su ocultación una jabalina de aproximadamente 70 kilos de peso. Juan Miguel la hirió en una de sus extremidades traseras. Su padre, al quite, la remató de un certero disparo.
Pese a las detonaciones los podencos no salían del matorral. En el interior de la espesura un gran jabalí estaba plantando cara a los perros. La bravura y la valentía de estos hizo abandonar al macareno la zarza.
Juan Ramón abatió al gran macho de un único disparo de su escopeta paralela de la marca Víctor Sarasqueta. El experimentado jabalinero ha abatido cochinos de mayor porte en su vida pero como nos confiesa en la entrevista concedida a Club de Caza «a partir de los 50 años cada lance que vivo junto a mi hijo para mi es un momento único y especial. Lo vivo con gran intensidad».
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