Crónicas de caza

Celebra el día de la Hispanidad abatiendo un impresionante jabalí medallable

El joven esperista abatió el jabalí con una antigua escopeta paralela del calibre 12 que había heredado en vida de uno de sus mentores en la caza. Su deseo es dedicarle el lance y este artículo a modo de homenaje.


 Gran jabalí cazado día Hispanidad
Gran jabalí cazado día Hispanidad

El gran jabalí fue abatido ayer por la mañana en una cacería por control de daños en una dehesa de encinas destinada a alimentar los cochinos ibéricos. Pese a que el joven cazador cuenta en su haber con más 25 importantes bocas, entre ellas 4 medallas de plata, las navajas de este ejemplar ocuparán un lugar de privilegio en su galería de trofeos.


El cuerpo de este jabalí abatido ayer domingo es impresionante.

Los jabalíes devoran las bellotas destinadas a la ganadería

Juan Andrés Domínguez Alfonso, cazador del municipio sevillano de El Ronquillo, situado en la Sierra Norte de la provincia, acudió ayer por la mañana en auxilio del propietario de una finca situada junto a otra de su propiedad. Ambas parcelas forman parte de los terrenos gestionados por la Sociedad de Cazadores Virgen de Gracia. El ganadero de porcino estaba desesperado ante las continuas incursiones de los jabalíes en una zona que tenía reservada para los cochinos ibéricos.

Juan Andrés aprovechó sus conocimientos para realizar una espera antes del amanecer. Se situó en un apostadero próximo a donde suponía que tenían los suidos su lugar de encame.


Largos y anchos colmillos los de este gran jabalí.

Un arma especial para una espera de jabalíes el día de la Fiesta Nacional

El arma elegida para el aguardo era una escopeta paralela del calibre 12 de la marca Víctor Sarasqueta, afamado armero español reconocido internacionalmente por la calidad de sus productos, fabricada hace más de 80 años que heredó en vida de Policarpo, uno de sus maestros en la caza.

Ningún cochino visitó el encinar en las más de tres horas que el cazador estuvo apostado en la dehesa. A las 9:30 horas llamó a su padre para que acudiera a recogerlo. Cuando se disponía a enfundar el arma, escuchó el ruido de una piara de cochinos desplazándose entre los árboles. A más de 300 metros de distancia continuaban alimentándose de las bellotas aún a plena luz del día. El grupo de jabalíes estaba formado por más de diez ejemplares. Entre ellos, destacaba un enorme macho con una impresionante boca.

Acercamiento a los jabalíes

Transcurridos unos minutos el esperista se percató que no había acertado en su lugar de encame porque los jabalíes se iban alejando cada vez más del apostadero y del monte que tenía a sus espaldas.

Se dirigían hacia una motilla de monte coronada por una gran roca. Juan Andrés decidió apostar fuerte e intentó aproximarse a ella ocultándose detrás de los troncos de los árboles, pese al gran riesgo que suponía al poder ser detectado por la piara. Nada más llegar a la piedra, escaló hasta su cima. A pocos metros de ella había una vereda por la que accedían diariamente los jabalíes a las camas.

Pasados unos minutos, vio cómo el primero de los integrantes del grupo de suidos avanzaba por la senda. Se trataba de un joven cochino de no más de 20 kilos. El esperista contuvo los nervios y no disparó, a pesar de que pasó a menos de 10 metros de él sin detectar su presencia, sabedor de que el macareno podía seguir sus pasos.

Segundos más tarde, por el mismo lugar por donde había aparecido su antecesor, asomó la jeta el solitario. En un primer momento, el cazador únicamente podía ver su cabeza, adornada por unas espectaculares defensas, y parte de su lomo.

Se encaró la escopeta y apuntó al jabalí detrás de la oreja. Nada más notar el impacto, se derrumbó a menos de 30 metros de la roca para no volver a reincorporarse.

No se trata del mayor cochino que ha abatido en su vida. La parte de sus colmillos que lucía fuera de sus mandíbulas medía 7 centímetros de longitud y tenía un diámetro de 2,1 centímetros.

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Lo primero a destacar es que se trataba de una finca abierta. Los dos espectaculares cochinos fueron capturados en una jornada de caza celebrada por control de daños a la agricultura, dadas las cuantiosas pérdidas en los cultivos ocasionadas por los jabalíes en la zona.

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