Un curso para policías que criminaliza la caza

La Federación de Municipios y Provincias de Castilla-La Mancha es la responsable de criminalizar a un sector, el cinegético, en un curso, y aquí llega lo realmente grave, destinado a que los policías aprendan a actuar contra el maltrato animal.

Cursos homologados que criminalizan al cazador

Se trata de cursos homologados, entre los que podemos encontrar formaciones como “Gestión de residuos”, “Habilidades comunicativas ante la agresividad” o “Intervención policial en casos de responsabilidad penal de menores”. Hasta aquí, todo parece normal y objetivo. Pero esto cambia mucho cuando entramos en otro de los cursos, titulado “Delitos e infracciones contra los animales”.

Se impartirá en Toledo, y en la descripción que la FEMPCLM, la entidad encargada de impartirlo, efectúa en su web, podemos leer lo siguiente:

-“Conocer la normativa a nivel penal y administrativo sobre infracciones contra los animales, con especial referencia a nuestra normativa autonómica. Conocer los recursos disponibles para la prevención y protección animal. Establecer protocolos actuación en materia de protección animal. Conocer y actuar en lo referente a los animales considerados como potencialmente peligrosos”.

Un temario radical animalista

El temario se divide en 6 secciones, todas en torno al maltrato animal, el abandono y otros asuntos. Lo insultante para el sector cinegético llega cuando entramos en los detalles que incluyen estos seis temas.

Un compañero cazador ha podido acceder al temario de esta ‘formación’, por llamarla de alguna manera. Y el Presidente de Honor de la Asociación del Corzo Español, Pablo Ortega, lo ha denunciado en su perfil de Instagram. El sectarismo y la manipulación para criminalizar la caza resulta vergonzoso.

¿Perros maltratados por cazadores?

Uno de estos apartados se denomina: “Perros maltratados por cazadores”. En su descripción, leemos lo siguiente:

-“No se ha de obviar el doble maltrato animal de las rehalas. La muerte de animales silvestres y las condiciones en las que muchos rehaleros tienen a sus perros. También el abandono, cuando no ejecución, al que abocan al perro que ya no les sirve para la caza.

Esto supone un problema que los políticos españoles no parecen dispuestos a solucionar. El ritmo de la civilización, sin embargo, está eliminando modalidades de caza y prohibiéndolas en algunas comunidades”.

También encontramos frases como: “El mundo rural es mucho más que el maltrato animal que supone la caza”.

Lo preocupante es que acusaciones tan graves como esta no sean perseguidas y sancionadas. Al contrario, forman parte de un curso de formación destinado a policías.

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