Argentina

Misión: cazar al jabalí ‘mataperros’ de 200 kilos

Después de dos años tras sus pasos, un cazador acabó ayer con la pesadilla de los ganaderos y agricultores de la zona. Un jabalí de más de 200 kilos de peso apodado por los lugareños con el nombre de ‘mataperros’.



Fue bautizado con este aterrador nombre así por los pastores del lugar debido a que había acabado con la vida de varios perros mientras intentaban proteger de la voracidad de este inmenso jabalí a los borregos de los rebaños que cuidaban. La perseverancia y la constancia de un esperista ha logrado acabar con sus tropelías en un viñedo que estaba destrozando.


Mauricio posa junto al enorme cuerpo del jabalí que cazó ayer.

Un cazador de jabalíes gigantes

El cazador argentino Mauricio Szostak, colaborador habitual de Club de Caza, natural de la provincia de Mendoza, zona cercana al centro geográfico del país, nos tiene habituados a la captura de impresionantes jabalíes. En ocasiones, han superado los 200 kilos. Se enfrenta a ellos a cuchillo junto a su valiente cuadrilla de dogos argentinos, pero también los caza a la espera.

Más de dos años y medio tras las huellas de un gran jabalí

Ayer, después de más de dos años y medio siguiendo la pista a un enorme jabalí que superaba los 200 kilos, logró finalmente abatirlo. El animal se había convertido en el azote de los ganaderos y agricultores. Atacaba al ganado y causaba graves daños en los cultivos.

Mauricio, veterano en estas lides, había realizado varias esperas e intentado capturarlo junto a sus perros, pero siempre detectaba la presencia del cazador o escapaba de los canes.


Colmillos enormes y desgastados, muestra que se trataba de un jabalí viejo y peligroso.

Una plaga de jabalíes azota los cultivos

El astuto y viejo jabalí vivió anoche, el martes de madrugada, su última batalla después de una larga espera de más de 8 horas en un viñedo en la provincia de Mendoza. El cazador se ubicó en el cultivo después de haber recibido el aviso del propietario de la viña. Este había visto las huellas de "mataperros" en varias ocasiones en los últimos días.

A las 18 horas, aún de día, ya estaba Mauricio apostado en el lugar elegido para intentar ganarle la partida al macareno. El agricultor le había solicitado que abatiera el mayor número de suidos que le fuera posible, porque las piaras de cochinos de la zona le estaban destrozando los viñedos. El esperista cumplió el deseo del vinicultor a sabiendas de que este hecho haría prácticamente imposible la captura del viejo jabalí. Nada más anochecer, había oído entrar en las viñas varios cochinos, pero la total ausencia de luna le había impedido poder verlos con claridad para disparar con seguridad.

No había querido encender la linterna por si mataperros se encontraba en las inmediaciones. Tres horas más tarde pudo ver con claridad la silueta de un jabalí de unos 50 kilos. Abatió al cochino a 15 metros de distancia de un disparo de su rifle Mauser del calibre 7,65x53.


Las pezuñas de este jabalí también impresionan.

El astuto y viejo jabalí vivió anoche su última batalla

Transcurrieron 5 horas sin poder sentir ningún jabalí más. Algo extraño, dados los destrozos que habían ocasionado en las uvas en los últimos días. Algo le decía en su interior que ‘mataperros’ estaba merodeando en las cercanías de la viña.

A las 2:00 horas oyó perfectamente sus pisadas en el silencio de la noche. Dado el ruido que hacía al desplazarse, tenía que ser él, no podía ser otro animal. Se detuvo a menos de 15 metros del esperista. No quería entrar en la viña. El cazador piensa que fue consecuencia de haber abatido otro jabalí anteriormente.

Mauricio relata el emocionante lance

"Dada la cercanía del jabalí, podía oír su respiración y creo que él podía escuchar los latidos de mi corazón. Durante más de 15 minutos permaneció en el mismo lugar. Estaba a muy poca distancia de mi apostadero, pero no podía verlo ante la total ausencia de luna. No quería ni parpadear. Sabía que como oyera algún ruido extraño se perdería en aquella espesura de donde había salido.

No sabía qué hacer. En el silencio de la noche volvieron a oírse sus pisadas, pero estas se alejaban de mí. Encendí la linterna y pude ver cómo estaba entrando en la maleza. Apreté rápidamente el gatillo.

En un primer instante, pensé que había fallado dada la dificultad del disparo, pese a que el jabalí se encontraba únicamente a 25 metros de distancia. Segundos más tarde, después de recorrer 120 metros de distancia, se derrumbó”.

El jabalí produjo un gran estruendo al derrumbarse

“No lo pude ver caer, pero oí perfectamente el golpetazo de su imponente cuerpo contra el suelo. Espere unos minutos para acercarme dado el tamaño y la peligrosidad de mi oponente.

No había rastro alguno de sangre en el lugar del disparo, pero sabía que había acertado porque lo había oído golpear el suelo al desplomarse. La bala lo había atravesado, perforando algún órgano vital.

Después de más de dos años y medio por fin le había ganado la partida y acabado con la pesadilla de los ganaderos y agricultores de la zona".

No te pierdas la caza de gigantescos jabalíes

7 kilómetros con sus dogos argentinos tras un enorme jabalí herido

El cazador relata a Club de Caza cómo consiguió encontrar al gran jabalí, herido por un disparo, tras pistearlo durante kilómetros. Sus dogos argentinos fueron la clave del éxito.

Pulsa en la imagen para saber más:

Caza de jabalíes gigantes con dogo argentino

Estos cazadores argentinos son capaces de enfrentarse con animales que superan con creces los 200 kilos . Y lo hacen únicamente con el auxilio de sus perros.

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