Argentina

7 kilómetros con sus dogos argentinos tras un enorme jabalí herido

El cazador relata a Club de Caza cómo consiguió encontrar al gran jabalí, herido por un disparo, tras pistearlo durante kilómetros. Sus dogos argentinos fueron la clave del éxito.


 caza jabalí dogo argentino
caza jabalí dogo argentino

Tras una larga espera, el gran jabalí dio la cara. Pero la noche se tornaría más larga de lo esperado, ya que no lograría encontrarlo hasta la mañana siguiente, a más de siete kilómetros de distancia y gracias al gran trabajo de sus dogos argentinos. Pese a estar herido, el solitario vendió bien cara su derrota y tuvo que ser rematado a cuchillo después de ser agarrado por los perros.

Para este cazador argentino es algo habitual cazar a cuchillo jabalíes que superan los 200 kilos de peso junto a su equipo de perros compuestos por dogos argentinos y cruces de esta raza con galgos. En esta ocasión, detectó la presencia de un gran ejemplar y decidió hacerle una espera, pero el lance tuvo un final inesperado.


Impresionante imagen del jabalí abatido por el cazador argentino. A la derecha, el cazador y alguno de sus perros tras encontrar al jabalí.

Caza de jabalíes gigantes

El cazador argentino Mauricio Szostak, natural de las provincia de Mendoza, zona cercana al centro geográfico del país, ha abatido en la provincia de San Luís un macareno de más de 150 kilos de peso que portaba en su boca unas excepcionales navajas. No es el mayor cochino que ha cazado a lo largo de su trayectoria cinegética.

Ha capturado varios ejemplares en espera o auxiliado por sus perros que han superado los 300 kilos de peso. En abril del año 2021 Club de Caza publicó el lance de un jabalí que superaba los 240 kilos abatido en la misma zona por el cazador junto a su cuadrilla de siete perros. Gracias a sus dogos argentinos y cruces de esta raza con galgos, que primero levantaron del encame al macareno para después seguir más de 2 kilómetros su rastro, pudo culminar con éxito el lance.

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Así fue la larga cacería del macareno

Club de Caza entrevista al cazador y nos narra cómo sus perros hicieron posible la captura de este espectacular jabalí.

-"Sabía de la existencia de un gran jabalí en la zona. En numerosas ocasiones había visto sus huellas. Lo esperé en zonas de cultivo y puntos de agua pero, al encontrarse los cochinos en celo en la Patagonia, sus movimientos eran imprevisibles. Alguna vez llegué a oírlo pero no se decidió a entrar al lugar de aguardo. Aprovechando la luz de la luna, llena probé suerte en una charca cercana al que suponía era su lugar de encame.

Una espera de más de 8 horas

Me ubiqué en el apostadero a las 17 horas para que no pudiera detectar mi presencia. Durante 8 horas de espera acudieron más de 50 jabalíes al punto de agua a saciar su sed. Algunos eran machos de buen porte, superaban los 100 kilos de peso, pero ninguno de ellos era el solitario que yo buscaba.

A la 1:15 horas se hizo el silencio en la charca. Todos los animales congregados en el agua desaparecieron. Algo me decía en mi interior que su presencia podía ser la causa o la cercanía de un puma. Quince minutos más tarde pude ver la silueta de un enorme jabalí situado a 100 metros del agua. No se decidía a acercarse a la charca para beber. Desde el momento en que lo vi me encaré el arma pero no me atrevía a disparar. No lo podía ver con claridad a pesar de la luz de la luna.

Un complicado disparo

Levantó la cabeza para recibir las emanaciones que el campo desprendía. Hubo un instante en que pude ver cómo se le erizaba el pelo del lomo. Me había detectado. Se giró para dirigirse al monte cercano de donde provenía. Sabía que era mi única oportunidad. Disparé mi rifle en el justo momento en que aceleró el paso. No podía ver con claridad si la bala había impactado en su cuerpo.

Esperé unos minutos y me acerqué al lugar donde por última vez lo pude ver. Había sangre en el suelo. La detonación había cumplido su objetivo. Lo pisteé más de 500 metros y ,ante lo peligroso del lance dado el gran tamaño del jabalí, decidí volver a casa y regresar al amanecer con mi equipo de perros.

Dogos argentinos perros de agarre y de sangre

Al soltar los perros, a las 7 horas, en el lugar del disparo, cogieron el rastro del jabalí. Desde ese instante se produjo una desenfrenada y agotadora carrera de más de 7 kilómetros hasta que los dogos argentinos llegaron al sitio en el que se encontraba el cochino. Llegué exhausto al lugar del agarre.

Mis siete valientes perros pugnaban con la bestia, de más de 150 kilos de peso, pese a que estaba extremadamente delgado.

Rápidamente entré al remate para evitar que dañara a alguno de los canes con sus afiladas navajas. Gracias al gran trabajo de mis dogos argentinos pude encontrar al macareno. Ellos son los protagonistas de este lance no yo".

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Abate un astuto y viejo jabalí con su cuerpo plagado de cicatrices y sus colmillos destrozados

Los cazadores, que ya en varias ocasiones habían podido ver a este impresionante cochino en los sembrados, acudieron por enésima vez a la llamada de los agricultores debido a las pérdidas sufridas, más del 50 por ciento de la cosecha de maíz. Y por fin lograron abatirlo.

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Abate un jabalí en espera y logra encontrarlo la mañana siguiente gracias al gran trabajo de su ratonero bodeguero andaluz

El esperista, habituado a vencer la partida a astutos jabalíes armados con grandes navajas, recordará siempre el lance, pese a que la boca del macho abatido era mucho menor de lo que esperaba.

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