El espectáculo de la ronca del gamo
Se acerca el fin del verano y con él la berrea del ciervo y la ronca del gamo. En pocos días, nuestros bosques romperán su silencio, primero con la brama de los venados y, a continuación, con la ronca de los paletos.
El fotógrafo de la fauna salvaje holandés Jan Van Elten comparte con todos nosotros unos espectaculares vídeos grabados la pasada temporada en los que podemos ver el entrechocar de las palas de grandes machos y la vida diaria de la especie en la época de celo.
El gamo europeo
El gamo común o europeo es una especie gregaria, viven en manadas de hembras y subadultos todo el año únicamente en verano los machos adultos se suman al grupo con vistas al apareamiento, de cérvido de la región mediterránea.
Su tamaño es menor a la del ciervo europeo. Los machos de la especie se caracterizan por sus astas palmadas llamadas palas.
En verano su manto es de color castaño punteado de blanco mientras que en invierno torna a un color grisáceo. Su cola es corta y oscura con llamativas manchas blancas y negras.
Habita generalmente en bosques abiertos donde se alimenta de hierba, hojas, corteza de ramas bajas de los árboles, siembras y frutales aunque tiene una gran capacidad de adaptación.
La época de celo del gamo
El período de apareamiento de la especie se produce con la llegada del otoño. En las zonas que habita el silencio del bosque se ve roto por la ronca, gruñido gutural que emite con la garganta, sobre todo desde el atardecer hasta la mañana.
Una vez fecundadas las hembras los partos, normalmente de una sola cría aunque se dan casos de nacimientos múltiples, se producen en junio y julio. El destete de las crías se produce un año después de su alumbramiento.
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Lucha entre especies: un ciervo y un gamo pelean duramente
Un ciervo y un gamo se enfrentan en la época de celo al coincidir el final de la berrea con el comienzo de la ronca.
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Se acerca a un espectacular gamo dormido hasta casi tocarlo
Le fastidia la siesta. Esta persona ve a un gamo con un espectacular trofeo y decide acercarse. El cérvido no se mueve hasta que le pregunta si está echando la siesta.
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