Almería

Caza de regalo en cada celebración

¿Qué mejor regalo para un apasionado a la caza que cualquier cosa que tenga que ver con ella? Esto es una regla inquebrantable para una familia de cazadores.


 Padre e hijo se regalan caza
Padre e hijo se regalan caza

Un padre y un hijo se regalan caza en cada una de las efemérides que celebran a lo largo del año. En esta familia de cazadores cualquier excusa es buena, cumpleaños, santos, navidades, reyes o el día del padre, para obsequiarse con cualquier cosa que tenga que ver con la actividad cinegética.

Caza de padres a hijos

Antonio López y su hijo Antonio, vecinos del municipio almeriense de Olula Río, situado en la parte central de la comarca del Valle del Almanzora, disfrutan cada semana de la caza. A padre e hijo, de 55 y 32 años respectivamente, no les une únicamente el parentesco. Entre ellos se ha creado un vínculo de compañerismo, amistad y complicidad que son solamente capaces de entender aquellos cazadores que han tenido o tienen la suerte de compartir la caza con sus padres e hijos. Es un nexo mágico. Algo único que no se puede describir con palabras.


Antonios, ambos cazadores, padre e hijo.

El cazador sueña con que sus nietos hereden su pasión por la caza

Antonio López padre no nació en una familia de cazadores. Sus maestros fueron los tíos de su esposa, Socorro. El cazador quiere agracerles que lo acogieran como un hijo en la vida y en la caza.

Todo aquello que estos le enseñaron Antonio se lo ha transmitido a su hijo. Este, con tan sólo 10 años ya lo acompañaba como morralero. A los 16 años obtuvo el permiso de armas y la licencia de caza.

Desde hace 16 años padre e hijo comparten apasionantes jornadas de caza menor tras los conejos, perdices y aves migratorias junto a sus podencos andaluces y a un braco alemán.

En esta familia se regala caza

Pese a que Antonio no es aficionado a la caza mayor, cada Navidad le regala una montería con la única condición de que sea su acompañante en el puesto. En el año 2019, en su cumpleaños, este le correspondió obsequiandole tres jornadas de caza de reclamo de perdiz en la Sierra de los Filabres, macizo montañoso del sistema penibético situado en la provincia de Almería. Este año no ha sido posible repetir el obsequio debido a la limitación de la caza por los cierres perimetrales de los municipios.

Ayer, en la apertura de la media veda en Andalucía, ambos compartieron una mañana a palomas torcaces, regalo de Antonio a su hijo. Desgraciadamente, las aves no comparecieron a la cita, pero como dicen ambos cazadores "eso qué importa si hemos podido disfrutarlo juntos".

El compartir la caza junto a la familia es uno de los dones que nos obsequia la caza.

Cada jornada es única e irrepetible, de la que hay que disfrutar ya que, por desgracia, no sabemos hasta cuándo las podremos seguir viviendo.

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