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Nadie como los pastores para descubrir liebres encamadas

Una liebre oculta en su encame no pasa desapercibida a los experimentados ojos de un pastor de ovejas.



Tienen un sexto sentido para conseguirlo. La experiencia que les aporta día a día su trabajo en los campos convierte a los pastores en verdaderos maestros de la flora y fauna. Y, en el caso de las liebres encamadas, no encontraremos a nadie con mejores aptitudes para descubrir a estos pequeños animales que saben cómo mimetizarse con su entorno.

¿No le ves el ojo?

Esta es la frase que repite el pastor señalando el lugar en el que se ocultó hace horas la liebre para pasar la noche. Lo hace cavando un pequeño hoyo en el suelo donde más fácil le resulte hacerlo o aprovechando uno anteriormente realizado. La vegetación cercana le sirve para hacer la cama o el encame.

Una vez terminada, entran ‘marcha atrás’ para ocultar la práctica totalidad del cuerpo, dejando únicamente parte de la cabeza y ese ojo que destaca el profesional del rural que protagoniza estas imágenes. Ese ojo brillante le ha servido para descubrirla.

No te lo pierdas: liebres en sus encames

El espectáculo de las liebres encamadas

Hay que tener mucha vista para descubrir a la liebre encamada. Su mimetismo la lleva a pasar prácticamente desapercibida, incluso cuando pisas justo al lado de ella. Pero hay quien es un verdadero experto en localizar a este animal en su encame.

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¿Puedes ver esta liebre encamada antes de que salte?

La liebre salta de su encame tras ser descubierta, como impulsada por un resorte, y se aleja en solo unos segundos del lugar en el que se ocultaba confiando en su mimetismo.

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Una liebre encamada que salta como un resorte

La liebre permanece oculta en su encame, una pequeña mata entre los terrones del barbecho. Cuando es descubierta, salta ágilmente para emprender su veloz carrera.

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