Un galgo reta a un tren a una carrera
Un grupo de galgos descansa junto a la vía de un tren. Una alambrada separa a perros de la máquina, que se acerca. De repente, uno de los perros comienza a correr. ¿Quién ganará el reto?
La arrancada de este precioso galgo blanco al pasar el tren a su lado es perfecta. En apenas unos segundos consigue una altísima velocidad que le lleva a disputar la improvisada carrera con la máquina.
Un cuerpo diseñado para la velocidad
Con una velocidad punta que puede superar los 70 km/h, el galgo se convierte en uno de los animales terrestres más rápidos. Una fisionomía diseñada para correr y una pasión descomunal por la persecución de la presa le convierten en el perro más rápido y un digno competidor por lo más alto del podio de los mamíferos más veloces, en dura pugna con el guepardo.
Con un corazón grande en comparación con el tamaño total del cuerpo, con hasta el 1,7% de su peso, la cantidad de sangre que es capaz de bombear a sus músculos es considerablemente mayor que en el resto de la mayoría de animales.
A esto se suma una gran capacidad pulmonar y un superior volumen de sangre, rondando el 11%, algo que supera, por ejemplo, al de los caballos de carreras. Todo esto combinado consigue que el lebrel sea capaz de bombear toda su sangre por su cuerpo hasta cinco veces en tan solo medio minuto de carrera.
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