Lleida

Toda la vida esperando para ser cazadora

Una joven cazadora ha podido por fin cumplir su sueño. No es otro que obtener por fin la licencia de caza y el permiso de armas después de aprobar satisfactoriamente el curso de capacitación.



Ha tenido que aguardar un año más de lo esperado debido a la pandemia, pero la espera ha merecido la pena, ya que por fin es cazadora y puede dirigir una de las rehalas de su padre junto a su hermano.

Su cara de felicidad lo dice todo mientras muestra orgullosa el blanco sobre el que efectuó los disparos con su arma.

Se trata de Alba Alcaraz, hija menor de Ángel, presidente de la Colla del Nen.

 Alba Alcaraz
Alba Alcaraz

Alba junto a uno de los perros de la rehala de su padre.

Pertenece a esta colla de amigos que se fundó en el año 2011, instituyéndose la sociedad de cazadores en el año 2019, con sede en el municipio leridano de La Guardia de Urgel. Le debe su nombre al hijo de Ángel, Carlos, apodado El Nen. Actualmente gestionan más de 30.000 hectáreas de monte.

 Alba Alcaraz

Alba y su hermano son inseparables, y ahora podrán ir de caza juntos. A la derecha, la jovencísima cazadora junto a su tío Carlos.

Con 10 años ya acompañaba a su padre

Alba la protagonista de esta historia y digna sucesora, junto a su hermano, de esta familia de cazadores, acompaña a su padre desde que contaba con tan sólo 10 años a hacer las tareas de gestión en los diferentes acotados. Hasta los 14 años no comenzó a participar como miembro activa de la colla en las cacerías. Siempre junto a la rehala de su hermano Carlos.

 Alba Alcaraz

Esta es Beneta, la perra que acompañará a Alba siempre tras los jabalíes.

Dentro de los perros que conforman la rehala, muestra una especial predilección por Beneta, cruce de mastín español con podenco andaluz, ya que nunca se separa de ella en las monterías. En más de una ocasión ha sido capaz de levantar de su encame algún jabalí que el resto de la rehala dejó atrás. Dentro esta, juega un papel fundamental a la hora de sacar adelante a aquellos cachorros que presentan dificultades en la crianza.

Hablar con esta joven cazadora nos hace no perder la esperanza, ya que con chicas como ella el relevo generacional de la caza está garantizado.

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