El ataque a traición de la liebre al vigilante de seguridad

Cómica situación la que se produce en estas imágenes ante la inesperada irrupción de la liebre y la consiguiente reacción del vigilante.

Una liebre hostil

Un guardia realiza una patrulla a pie por un recinto en el que trabaja es sorprendido por el ataque a traición de una liebre. El ejemplar, que estaba semi oculto junto a una estructura metálica, sorprende al vigilante, que tiene que alzar en un primer momento una de sus piernas para no ser alcanzado por el animal, que se lanza contra él.

Este muestra la defensa para intentar hacer desistir al lepórido de su actitud hostil. En ningún momento intenta golpearlo. Pero la atrevida liebre, en vez de huir, se detiene desafiante pese a que el hombre en ningún momento le retira la mirada, ya que parece no fiarse de ella. El hombre sigue su camino para evitar ser atacado de nuevo mientras la liebre permanece impertérrita.

La liebre, un animal territorial

El área de campeo de una liebre es el espacio mínimo que necesita para desarrollar su actividad vital. Según estudios científicos efectuados en el Parque Nacional de Doñana y una zona cerealista de Valladolid, se delimita en torno a 30-40 hectáreas, siendo siempre superior en el caso de los machos.

Defienden su territorio de otros ejemplares en cruentas batallas utilizando como armas sus patas y su boca. No es extraño encontrar múltiples marcas y cicatrices en el cuerpo de los machos adultos, sobre todo en la cara y las orejas. También las hembras se libran de pretendientes indeseados utilizando la misma técnica boxística. El causante de este ataque probablemente se trate de un macho defendiendo su territorio.

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Estas preciosas imágenes son comunes cuando el periodo de celo de la liebre está en su esplendor. Los machos se acercan a las hembras para aparearse, pero estas son las que tienen la última palabra.

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