Armadillo, mono aullador… estos son los restos de presas encontradas en el nido de un águila
El nido de un águila arpía, un ave de presa de un tamaño que supera los dos metros de envergadura, reúne despojos de varios animales. Armadillos y distintas especies de monos han sido sus presas.
El águila arpía es un ave rapaz que supera los dos metros de envergadura y el metro de longitud. Las hembras son de mayor tamaño, y alcanzan un peso de más de siete kilos. Se trata de una de las rapaces más grandes del mundo. Esto le permite abordar la caza de un amplio abanico de presas, como deja constancia el nido de una pareja de estas majestuosas aves.
Su dieta es variada, pero está especializada en capturar presas arborícolas, como monos, perezosos o coatíes, pero no desdeña reptiles u otras aves como loros o buitres negros.
Águila arpía en vuelo
Presas grandes para un gran ave
Así, en el nido de estas rapaces que ha sido fotografiado por Paul Wedon, contiene los restos de un gran armadillo de casi 50 centímetros de longitud. También encontramos el cráneo y distintos huesos de monos. Distinguimos al menos un mono aullador adulto, característico por la mandíbula larga y profunda y el cráneo arqueado hacia atrás. El resto puede corresponder a hembras de esta especie y ejemplares juveniles.
Águila arpía.
Esta preciosa rapaz que toma su nombre de las harpías de la mitología griega, que eran criaturas mitad ave, mitad mujer, habitaba bosques y selvas desde el sur de México hacia prácticamente toda Centroamérica y llegando al sur de Brasil y el norte de Argentina, aunque está sufriendo una drástica reducción de su distribución y prácticamente se encuentra extinta en Centroamérica. Solo en Panamá encontramos una población estable, aunque podemos ver ejemplares en Colombia, Ecuador, Venezuela, la región amazónica de Perú, sureste de Brasil, Paraguay y norte de Argentina.
