Abate un jabalí de impresionantes colmillos, un medalla de oro
La boca del macareno después de ser homologada obtuvo una puntuación que le hizo merecedora de una medalla de oro. Un animal que le quitaría el sueño a cualquier montero.
El impresionante jabalí fue abatido durante la celebración de la montería anual de una finca cordobesa en la que se mima y se cuidan con esmero los animales que la pueblan por parte de la propiedad. El montero tuvo la suerte de que atravesara el testero frente al puesto de la traviesa que le había tocado en suerte. El cazador ha preferido mantener su identidad en el anonimato.
Los orgánicos posan junto al gran jabalí.
Carlos Gallego, guía de caza y colaborador de la empresa cinegética que organizó la montería, nos narra el lance.
Así se cazó el gran jabalí
«Una vez transcurrida gran parte de la montería, cercana a su finalización, hora en la que se abaten los grandes cochinos, el cazador pudo oír el ruido de las pisadas de una res. Por las ramas que partía a su paso, debería de tratarse de un gran cochino o un venado. Pasados unos minutos de tensa espera, irrumpió un enorme cochino en uno de los pequeños claros que había entre la maleza que se hallaba frente al montero.
Sus defensas eran formidables. El cazador lo apuntó con esmero, ya que, pese a no haber detectado su presencia, era consciente que sólo le daría una oportunidad de abatirlo. El disparo impactó en el codillo del solitario. Una vez finalizada la cacería, nos percatamos del tamaño real de su boca. No fue el único gran jabalí abatido en la jornada, muestra inequívoca de que el duro trabajo a lo largo de todo el año da sus frutos».
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Abate dos impresionantes jabalíes de 117 y 106,2 puntos en la misma montería
El cazador consiguió sendos trofeos de oro y plata al abatir, en una jornada que difícilmente podrá olvidar, dos jabalíes con impresionantes defensas. Y esto, pese a la dificultad del tiradero que le tocó en suerte.
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Caza un impresionante jabalí medalla de oro de 113 puntos
Un cazador cordobés nos cuenta cómo la suerte y la casualidad le llevaron a participar en una montería en la que acabaría abatiendo un impresionante jabalí medalla de oro de 113 puntos. Él y su hermana le habían regalado a su padre el puesto de montería, pero días antes sufrió la fractura de cuatro costillas.
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