El Equipo A, una cuadrilla de cazadores que abate 117 jabalíes en una temporada

El grupo de cazadores creado en los años 80 es conocido por el nombre de Equipo A, debido a la pericia de sus miembros y a la efectividad y valentía de sus perros.

Esta cuadrilla de cazadores forma un equipo perfecto

Una gran familia, como la autodenominan sus componentes. Así es la cuadrilla de cazadores formada por nueve miembros: Raúl, Urbano, Nacho, Rafael, Jesús, Diego, Carlos, Nachete y Javier. Todos ellos forman un engranaje perfecto, como los miembros de la mítica serie televisiva, que les capacita para abatir jabalíes de portentosas bocas en los terrenos que gestiona la sociedad de cazadores del municipio de Tauste, situado en la provincia de Zaragoza.

Efectividad altísima de los perros con los que caza la cuadrilla.

Los jueves y los fines de semana cazan en los cuarteles que comparten con varias cuadrillas de la localidad en las más de mil hectáreas que gestiona la sociedad.

Tres de los componentes se turnan para actuar como directores del equipo de perros de la cuadrilla, compuesto por sabuesos cántabros, podencos fruto de diferentes cruces y grifones.

Estos son los perros que acompañan al Equipo A en sus jornadas de caza al jabalí.

Una más que eficiente técnica de caza

El Equipo Arecorre los terrenos del cuartel que les ha tocado en suerte cada jornada de caza antes de soltar a los perros y ubicar las escopetas. Conocedores del suelo que pisan, se dirigen a los lugares más querenciosos para comprobar si hay muestras evidentes de la presencia de los suidos.

Una vez decidido el lugar de caza y situados los componentes en las puertas, se sueltan los perros, dirigidos por alguno de los miembros de la cuadrilla. El método es bastante efectivo y ahí encontramos el número de jabalíes abatidos durante la pasada temporada.

Impresionantes jabalíes abatidos en una jornada de caza por el Equipo A.

137 kilos de jabalí

Rafael Vicente, el cazador entrevistado por Club de Caza, ha compartido con nosotros el lance ante el jabalí de mayor tamaño, con 137 kilos, pero no el de mayor boca. Nos cuenta que Jesús cazó un cochino medalla de oro, abatido por los cazadores también durante la prolífica última temporada.

Un jueves del pasado mes de noviembre únicamente cinco de los componentes pudieron participar en la jornada de caza, al tratarse de un día laborable. Carlos, Jesús, Diego y Javier decidieron esperar a Rafael para empezar a cazar, ya que este finalizaba su trabajo a mediodía. Ellos por la mañana ya habían estado rastreando el cazadero y decidieron, dado el escaso número de cazadores participantes, batir en corto una zona de carrizos donde habían visto el paso habitual de un gran jabalí.

Sabuesos cántabros, podencos frutos de diferentes cruces y grifones son los canes elegidos por los cazadores para ir tras el jabalí.

Una vez ubicados los cuatro componentes que iban a puesto, Javier soltó a los perros, sabuesos cántabros y podencos. Les acompañó en la tupida mancha de vegetación de ribera. Minutos más tarde, uno de los sabuesos detectó el rastro del gran jabalí. Su ladra hizo que acudiera el resto de los perros, que se encontraban a lo largo de la mancha. Rafael, que estaba situado en una zona elevada desde la que dominaba el cazadero, pudo ver cómo un jabalí de enormes dimensiones plantaba cara a los perros.

Avisó a Javier, en esta ocasión el perrero, con la emisora para que se acercara rápidamente al lugar de la batalla. El macareno, al oír la llegada del rehalero, huyó hacia el lugar en el que estaba posicionado, Carlos pero lo venteó antes de romper en el puesto. El viejo jabalí cambió de dirección para intentar escapar por el lugar donde lo esperaba Rafael.

Ocho de los nueve componentes de esta cuadrilla de cazadores zaragozanos.

Según el cazador «parecía un tren de mercancías rompiendo monte a su paso». Al cazador le superaron los nervios y erró inexplicablemente el primero de los disparos de su rifle Sauer del calibre .300 WM. El cochino corría a 90 metros. El segundo de los disparos impactó en su extremidad delantera izquierda, mientras que el tercero tampoco impactó en el cuerpo del animal.

Diego acabó finalmente con las andanzas del macareno de un certero disparo.

Jabalí medalla de oro. A la derecha, Rafael posa con el jabalí de 137 kilos que abatió en la pasada temporada.

Muy grande

Al ver el tamaño del jabalí, gritó al resto de sus compañeros «es muy grande, es muy grande». Todos acudieron al lugar donde yacía el cuerpo de 137 kilos del cochino. Emocionados, se abrazaron. La estrategia y el trabajo en equipo del Equipo A había dado sus frutos de nuevo.

Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.

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