Estudia veterinaria por la pasión que esta rehalera siente por los perros
Su destino estaba escrito y era ser cazadora y rehalera. Pero su profesión también la ha ligado a los perros de caza, al estudiar veterinaria.
La rehalera catalana Neus Cardó nació en el municipio barcelonés de Calella, situado en la comarca del Maresme. Hoy hablamos con ella porque es un ejemplo del amor que profesa un rehalero por sus perros. Actualmente, cursa el cuarto de año de la licenciatura de veterinaria para poder trabajar con animales. Tiene la intención de especializarse en mundo rural para estar en contacto con la naturaleza, que es lo que, según la rehalera, «le da sentido a su vida». También decidió realizar un trabajo de fin de carrera relacionado con las especies cinegéticas.
La cazadora y rehalera junto a su orgulloso padre.
Neus es hija de cazador. Acompañaba a su padre, Ramón, cazador de menor, junto a sus perros de la raza setter inglés, desde que cumplió 8 años de edad. Cuatro años más tarde, el declive de especies como la perdiz y el conejo en su zona de caza y la proliferación del jabalí llevaron a su progenitor formar parte de la colla jabalinera gerundense de Port de la Selva, perteneciente a la comarca del Alto Ampurdán, para asistir a las batidas que organizaban.
Neus con Xep, rehalero de la Colla de Arén junto al que caza.
El puesto no era lugar para esta rehalera
Ramón siempre se situaba en un puesto para intentar abatir los jabalíes levantados por los perros de sus encames, pero a Neus, acostumbrada a la actividad de la caza al salto, la espera en el puesto le aburría. Se decía así misma «esto no es para mí». Con el permiso de su padre, comenzó muy pronto a acompañar a los perreros de la colla. Este fue su primer contacto con la rehala. Durante un lustro disfrutó de esta modalidad de caza, que le parecía apasionante por el contacto directo con la naturaleza y los perros.
Preciosa foto de Neus junto a la perra Pepa.
Una década sin poder ir de caza no hicieron desistir a la cazadora de cumplir su sueño de ser rehalera.
Circunstancias de la vida ajenas a su voluntad le alejaron de la caza durante más de una década. A los 27 años pudo retomar la actividad. Su primer contacto con la caza después de 10 años tuvo lugar en una cacería organizada por la colla de Arén, fundada hace ya más de 70 años en el municipio oscense del mismo nombre y presidida actualmente por Antonio Gabarro.
Durante ese fin de semana, mientras su padre estaba ubicado en un puesto, ella retomó el contacto con el monte y la rehala. A partir de ese día comenzó a participar asiduamente en las batidas organizadas por la sociedad de cazadores. Actualmente, acompaña a uno de los perreros de la colla, de nombre Xep, propietario de una variopinta rehala de perros de las razas podenco, sabueso bruno de jura y pointer inglés. A esta cuadrilla de canes se suman varios ejemplares del perrero Alex Castell.
Neus haciendo lo que más le apasiona, disfrutar de la caza y de los perros.
Superó su miedo a las armas de fuego y abatió su primer jabalí
La perra preferida de Neus es Pepa, sabueso anglo-francés, a la que abatió después, de levantarlo de su encame, su primer jabalí con una escopeta semiautomática del calibre 12 y de la marca Beretta. Hasta esa fecha, no había querido disparar un arma de fuego, ya que sentía mucho respeto al ruido de la detonación y al retroceso del arma.
El amor por los perros por parte de la cazadora y su familia es tal que adoptaron un perro de la raza setter inglés que había sido abandonado por una familia que no era cazadora. Lo bautizaron con el nombre de Bruc con la intención que los acompañara en sus jornadas de caza. Por desgracia, el animal siente un miedo atroz a los disparos. Esto para Neus, al igual que para otros muchos cazadores, no representa problema alguno, y Bruc forma parte de su familia.
El primer jabalí abatido con escopeta.
Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.
