Extremadura

Abate dos impresionantes jabalíes de 117 y 106,2 puntos en la misma montería

El cazador consiguió sendos trofeos de oro y plata al abatir, en una jornada que difícilmente podrá olvidar, dos jabalíes con impresionantes defensas. Y esto, pese a la dificultad del tiradero que le tocó en suerte.


 caza jabalí oro y otro plata en una montería
caza jabalí oro y otro plata en una montería

El afortunado cazador que logró abatir estos dos espectaculares cochinos, que superaron los 200 y 150 kilos, es el granadino Francisco David Molina.

Tuvo la suerte de vivir esta inolvidable montería a principios de la pasada temporada en una finca situada en el término municipal de Coria, ubicado en el noroeste de la comunidad autónoma de Extremadura.

Un puesto cochinero

En el sorteo celebrado antes de tener lugar la cacería, los participantes tuvieron que presentar una prueba de antígenos con resultado negativo para poder participar en la montería. Una vez más, el colectivo cinegético muestra su comportamiento ejemplar durante la pandemia sufrida en el último año.

El puesto de Francisco era un puesto complicado dada la espesura del monte que le impedía la visibilidad a más de 80 metros de distancia, un típico puesto cochinero. Estaba situado en una armada de traviesa en el interior de una mancha de eucalipto y monte bajo.


Este es el jabalí medalla de oro que abatió el cazador en la montería.

Un jabalí medalla de plata

Tras producirse la suelta de los perros, el cazador escuchó una ladra cercana a su puesto. De la espesura apareció un impresionante cochino que venía a la carrera huyendo de la rehala que lo había levantado de su encame. Al pasar frente al montero, este no lo pensó dos veces, solo tenía una oportunidad, ya que en pocos segundos se perdería entre la maleza, para apretar el gatillo de su rifle Browning MK3 del calibre .300 WM.

La bala impactó en el cuerpo del macareno, que acusó el golpe para caer derribado entre los matorrales. No tardó mucho en volver a levantarse para perderse entre el monte bajo, sin dar oportunidad a Francisco de efectuar una segunda detonación.

El solitario fue pistado el día posterior a la celebración de la cacería por parte de la guardería de la finca. Encontraron al animal a gran distancia del puesto. Superó con creces los 150 kilos y, una vez realizadas las mediciones de sus navajas, obtuvo una puntuación de 106,20, otorgándole la medalla de plata.


Medalla de oro por los 117 puntos que obtuvo el trofeo del jabalí. A la derecha, medalla de plata del jabalí que creía haber perdido el cazador, pero que lograron pistear los guardas.

El montero abate el mayor jabalí de su vida

El segundo ejemplar, de 117 puntos, el mayor que ha abatido en su vida, entró a 80 metros de su postura, en el límite del tiradero. Avanzaba intentando despistar a los perros, que habían detectado su rastro en una mancha de eucaliptos cercana. A las 13:15 horas la ladra de los canes puso en alerta al cazador, ya que sabía que un cochino andaba cerca. Lo que no podía imaginar era que se tratase de un ejemplar de esas dimensiones y luciendo esa boca. Entre la maleza pudo oír cómo se acercaba.

Después de unos segundos de gran tensión, vio el inmenso cuerpo de más de 200 kilos de un impresionante cochino que caminaba despacio para intentar ocultarse entre la maleza y así eludir el acoso de los perros.

Francisco lo centró en la cruz del antojo y apuntó a la mole en un lugar vital, ya que el anterior cochino, de similares características, había huido pese a encajar el disparo. La bala dejó sin vida al suido al instante al impactar en el codillo. Una vez finalizada la montería, con el agridulce sabor aún en la boca del primero de los cochinos, pudo ver las impresionantes defensas del segundo ejemplar al que había disparado. No se lo podía creer. Obtuvo una puntuación merecedora de una medalla de oro.

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