Barcelona

Rehalero: perros y cuchillo ante grandes jabalíes

Un rehalero catalán abate está temporada cuatro jabalíes de notables bocas, una de ellas medalla de plata, junto a su rehala de perros de rastro.


 perros y cuchillo para cazar grandes jabalíes
perros y cuchillo para cazar grandes jabalíes

Los valientes perros, fruto del cruce de diferentes razas de grifones, rastrean, levantan del encame y plantan cara a macarenos armados con terribles navajas, permitiendo al cazador que en muchas ocasiones los abata con su cuchillo.

Jabalíes a cuchillo con perros de rastro

El propietario de esta espectacular cuadrilla de perros, de nombre Canilla Ca La Pastora, es el perrero barcelonés, de San Quintín de Mediona, municipio perteneciente a la comarca del Alto Penedés, Jordi Arnán Vaquero. Hijo de Ramón y nieto de cazadores, su abuelo se llamaba Siscu y todos los cazadores de la zona le querían y respetaban a partes iguales. Ambos, grandes conejeros. Jordi practica esta modalidad de caza junto a su padre, con perros de medio rastro, y la caza mayor de jabalíes con su rehala de bravos grifones.

Comparte apasionantes jornadas de caza en los agrestes montes catalanes junto a los integrantes de la Colla del Senglar SQM, formada por 30 miembros, entre ellos dos rehaleros que, junto a los perros de Jordi, permiten a las posturas el abate de grandes jabalíes.


Jordi Arnán junto a un jabalí cazado junto a sus perros de rastro.

Con ocho perros ante peligrosos cochinos

La cuadrilla de perros del rehalero catalán está formada por 16 canes, pero el cazador caza con ocho ejemplares cada vez que va tras las huellas de los cochinos. La pasada temporada, el perrero logró abatir cuatro jabalíes de notable trofeo. El mayor de ellos, un animal que superó los 100 kilos y que se quedó a sólo dos puntos de merecer la medalla de oro.

Una dura batalla entre el gran jabalí y los grifones del rehalero

En una de las jornadas celebradas en el pasado mes de febrero en los terrenos que gestiona la sociedad de cazadores, el rehalero, gracias al extraordinario trabajo de su equipo de perros, sobre todo el de Leona, que detectó al macareno en su encame, venció la batalla a un enorme jabalí que vendió bien cara su derrota. Sucedió en un el monte de zarzas, aliagas y durante más de 30 minutos de dura pelea.

Poco después de realizar la suelta, Leona detectó el rastro que había dejado el cochino en sus correrías nocturnas. A 100 metros del lugar donde los canes recibieron las primeras emanaciones, detectaron al solitario en su encame.


Impresionantes los cuatro trofeos de jabalíes abatidos por el cazador la pasada temporada.

El rehalero corrió hacia la zona donde los grifones ladraban de parada. tras percatarse el jabalí de la presencia del rehalero, huyó acosado a escasa distancia por los perros. A 400 metros lograron detenerlo de nuevo. Allí se produjo una cruenta batalla entre los ocho perros de rastro y el jabalí, que hacía uso de sus impresionantes navajas. El cazador tardó más de 30 minutos en poder acceder al escenario del combate debido a la espesura de la maleza, zarzas y enredaderas.

Jordi tuvo que permanecer más de media hora a gatas rompiendo la maleza con su cuchillo para abrir un camino que le permitiera llegar al agarre. Cuando pudo alcanzar el sitio en el que se hallaban el macareno y los canes, pudo ver cómo estos lo tenían agotado, sentado sobre sus patas traseras. Esto resulta más llamativo si tenemos en cuenta que el cazador no incluye en la rehala perros de agarre. El rehalero, que reconoce que todo el mérito de la captura es de su cuadrilla de perros, se limitó a rematarlo a cuchillo.

Jordi se siente orgulloso de su equipo de canes, gracias a los cuales abate impresionantes jabalíes cada temporada.

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