Ciudad Real

Mujer, cazadora y orgánica: Lucy Pérez y su ciervo de 245 puntos

Hoy Club de Caza entrevista a Lucy Pérez, una de las pocas mujeres gestoras de caza en España que ha hecho de su pasión su modo de vida. Y nos cuenta cómo cazó el impresionante ciervo de 245 puntos que tiene en su haber.


 Mujer, cazadora y orgánica
Mujer, cazadora y orgánica

Es copropietaria, junto a su hermano Julián, de la orgánica ciudadrealeña Monterías La Garganta, que tiene como guarda mayor a Teo, también hermano de la empresaria. Los Pérez son una familia de cazadores que vive única y exclusivamente para la caza.

Una cazadora nacida en una familia de cazadores

Lucy Pérez nació en una familia de cazadores. Su padre Julián, de 92 años, aún continúa cazando a día de hoy. Vio la luz por primera vez en el municipio de Fuencaliente, localidad de gran tradición montera situada al suroeste de la provincia de Ciudad Real, cerca del límite de las provincias de Córdoba y Jaén. Actualmente vive en el municipio gaditano de Jerez de la Frontera desde que se cruzó en su camino otro cazador que le arrebató el corazón.

Desde los 7 años ya acompañaba a su padre, que también era gestor cinegético, en las diferentes monterías que organizaba. A los 14 años, recién obtenida la licencia de caza, abatió una cierva en un rececho realizado por control de daños a la agricultura. Su primer jabalí lo cazó a la carrera en un cortadero tras un certero disparo en el codillo cuando contaba 16 años. Siempre ha sido una apasionada de la caza y los perros, lo lleva en la sangre.

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Su pasión por la caza le hizo querer dedicarse a ella en cuerpo y alma

Toda su vida laboral ha regentado un negocio familiar de hostelería hasta que hace dos años decidió dedicarse a lo que realmente le hacía feliz, ser gestora de caza como su hermano y su padre. Ella y su hermano Julián crearon una orgánica de caza mayor que actualmente gestiona 5.000 htas. en su ciudad natal. La bautizaron con el nombre de Monterías La Garganta.

Esta empresa familiar, ya que el guarda mayor es su hermano Teo, que vigila junto a su sobrino Julián Campillo los terrenos del acotado, ha crecido año tras año por su seriedad y profesionalidad. Hasta el punto de que no tienen que ser publicitadas las monterías que organizan para ser adquiridas por los monteros. La orgánica ciudadrealeña ofrece la posibilidad de practicar las modalidades de caza de jabalí y ciervo en rececho, así como la batida y la caza de la cabra montés y el corzo exclusivamente a rececho.

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Animalistas radicales desean la muerte del hijo de la cazadora

La cazadora quiere compartir con el resto de la sociedad que en el mundo de la caza no se hacen distinciones, ya que desde que era montera de a pie siempre se ha sentido una más y, en el momento en que decidió crear su propia orgánica solo recibió muestras de apoyo por parte del colectivo. En cambio, como otras muchas compañeras, se ha visto acosada en redes sociales por animalistas radicales que han llegado a desear la muerte de su hijo Julián, también cazador, cuando este era aún menor de edad. Y todo por el simple hecho de publicar una foto de caza junto a él.

Le dijeron «ojalá yendo de caza se te dispare el rifle y le vueles la cabeza a tu hijo» y «ojalá os mataran en una montería».

El jabalí que siempre permanecerá en la memoria de la montera

En su dilatada trayectoria cinegética ha abatido decenas de jabalíes y ciervos, pero no podrá olvidar jamás un gran jabalí que abatió a más de 200 metros de un certero disparo en el codillo. Lo hizo con un rifle semiautomático de la marca Browning del calibre .270 que pertenecía a su padre. La cazadora, aún emocionada, nos narra el lance:

"En Enero del presente año 2021, asistí a una montería que se celebraba en una finca onubense. Me tocó en suerte un puesto de testero ubicado en una armada de cierre en una zona de monte bajo y árboles frutales. A media mañana se produjo un agarre frente a mi puesto. Mientras observaba el lance y el remate del valiente rehalero, pude ver cómo un gran jabalí intentaba huir por una vaguada situada a mi izquierda aprovechando el momento de desconcierto de los canes, inmersos en el agarre. Sin pensarlo, me encaré el rifle y apreté el gatillo. El macareno cayó fulminado al impactar la bala en el corazón".

El animal portaba en su boca unas bonitas navajas que obtuvieron una puntuación merecedora de una medalla de bronce. No es el mayor jabalí que la montera ha cazado en su vida, tiene en su haber varias medallas de oro, pero, como dice la cazadora, lo que menos importa es el trofeo. Lo importante es el momento vivido.

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Un impresionante ciervo de 245 puntos abatido en montería

Otra de las reses que ha marcado su vida es un impresionante venado de 245 puntos que abatió en montería en una finca valenciana. La montera nos narra el emocionante lance que le llevó a hacerse con este impresionante trofeo.

«En el año 2017 asistí a una montería celebrada en la Comunidad Valenciana en la que sabía de la existencia de algunos venados de gran porte, pero jamás podía imaginar que tendría la oportunidad de cazar una venado de estas características. Mi puesto estaba situado en una traviesa en una mancha de pino y monte bajo. En una zona arbolada frente al claro en el que estaba ubicada mi postura pude oír en varias ocasiones cómo un animal de gran porte rompía las ramas de los pinos a su paso.

No sabía de qué se trataba, de un ciervo o un jabalí. Una vez llegados los perros al lugar, se produjo una ladra y una gran algarabía en la espesura. Los canes se enfrentaban al animal que había oído en varias ocasiones entre los pinos.

Pasados unos minutos de tensa espera, pude ver cómo salía al claro un ciervo coronado con la mayor cornamenta que había visto en mi vida. Dije «dios mío qué bestia». Me puse muy nerviosa y el primer disparo que salió del cañón de mi rifle de la marca Blaser del calibre .270 impactó en una de sus extremidades traseras. Apreté por segunda vez el gatillo y el disparo se me volvió a quedar trasero. Respiré bien profundo. Me quedaba una única oportunidad. Apunté y el proyectil derribó al impresionante ciervo al pararse en su espina dorsal. Una vez finalizada la montería, me pude acercar al espectacular ciervo. Cuanto más me aproximaba, más emocionada estaba, era impresionante.

Recibí las felicitaciones de orgánicos y compañeros. El guarda de la finca me comentó que era un animal que, pese a su trofeo, estaba en el declive de su vida, ya que su cuerna era de un tamaño mucho menor que la temporada anterior».

Su padre continúa cazando con 92 años

Lucy, en el transcurso de esta entrevista, no podía olvidar a su padre Julián, su maestro en la vida y en la caza. El cazador, que cuenta con 92 años, mantiene su pasión intacta por la caza. Hace tres años, en una espera celebrada en una finca abierta, cazó un jabalí medalla de plata con un gran disparo del rifle que le regaló a su hija, con el que abatió el cochino cuyo lance jamás podrá olvidar dada la dificultad del disparo, de la marca Browning del calibre .270.

 

Colaboración de Eusebio Ezquerra, administrador del grupo de Facebook Solo Jabalí.

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