Almería

Caza un jabalí medalla de plata y la empresa de mensajería se lo pierde

¿Imaginas conseguir el trofeo de jabalí con el que llevas soñando toda tu vida y que la empresa de mensajería lo extravíe? Es lo que le ha sucedido a un cazador almeriense que se lo quería enviar al taxidermista.


 empresa mensajería pierde jabalí trofeo medalla plata
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Un cazador abate un jabalí medalla de plata después de 10 meses tras su pista y una empresa de mensajería extravía el espectacular trofeo cuando es enviado al taxidermista. El esperista aún no sale de su asombro ante lo ocurrido y la falta de soluciones por parte de la empresa de portes, que no solo han perdido su trofeo, sino que han convertido lo que era un sueño en un auténtico calvario.

Un astuto jabalí que estaba ocasionando graves daños en los frutales

Al cazador que le ha ocurrido este desgraciado hecho es Álvaro García, almeriense de El Ejido, municipio situado en la comarca del Poniente Almeriense. Esta bonita historia de triste final comenzó en julio del año 2020, cuando el esperista pudo ver las huellas de un gran jabalí y las imponentes marcas que había dejado con sus navajas en los troncos de los almendros en fruto de un campo de estos árboles propiedad de su suegro, Antonio.

La finca de árboles frutales, olivos y almendros está encuadrada en un coto de caza de la Sierra almeriense de los Filabres, macizo montañoso del sistema penibético, por lo que decidió intentar abatir al animar ya que tenían un permiso por control de daños a la agricultura debido a los cuantiosos destrozos ocasionados por los cochinos en los almendros, que habían sido recién sembrados en algunas zonas de la finca.

 trofeo jabalí
trofeo jabalí

El jabalí recién abatido por el cazador, con el trofeo medalla de plata en su boca.

Diez meses tras los pasos del gran jabalí

Para intentar abatir al conflictivo animal de manera rápida y efectiva, decidieron, él y su suegro, preparar un cebadero en las zonas dañadas con almendras y maíz como cebo. Después de más de 20 infructuosas esperas, el animal no acudió a la cita en ninguna de ellas, ya que detectaba la presencia de los cazadores o entraba en el comedero después de la hora del toque de queda. A la mañana siguiente podían ver las piedras movidas o sus huellas en el suelo. Pero el jueves 29 de abril el gran jabalí equivocó su hora de entrada y apareció en el cebadero a las 22:15.

Al fin dio la cara

A las 21:30 horas, Antonio, que acompañaba a Álvaro esa noche, pudo oír por primera vez al astuto suido. El animal recelaba de la presencia de los esperistas y estuvo más de 30 minutos en las cercanías del comedero sin decidirse a entrar. A las 22 horas se situó a unos escasos 20 metros de los cazadores, pero un gran olivo que tenían a su espalda les impedía ver al cochino.

Pese a que empezó a gruñir, pasados 15 minutos avanzó hacia el lugar donde estaba situada la comida. La luz de la luna permitió a Álvaro vislumbrar la silueta del macareno, momento que aprovechó para apretar el gatillo de su rifle monotiro de la marca Bergara. La bala, Sako de 180 grains, impactó en el codillo del cochino, que cayó fulminado.

No pensaron en un primer momento que se tratara del gran jabalí que buscaban hacía 10 meses. Al acercarse el animal abatido, pudieron percatarse del tamaño real del jabalí, pesaba 100 kilos. Además, portaba unas impresionantes navajas. Los colmillos, pese al gran desgaste sufrido por la longeva vida del solitario, midieron 18,5 centímetros, con 2,3 de perímetro. Según el cazador, en la primera medición realizada sus medidas eran merecedoras al menos de la medalla de plata.

El sueño del esperista torna en un calvario

Dada la notoriedad del trofeo y la astucia que había demostrado el macareno antes de caer derrotado, decidió enviar su boca a su taxidermista habitual. Cuál fue su sorpresa cuando el profesional le llamó para comunicarle que no había recibido el envío. El cazador se puso en contacto con la empresa de mensajería, recibiendo como respuesta que desconocían el paradero del paquete. A día de hoy aún no ha podido recuperarlo ni la empresa le ofrece soluciones ante la gran pérdida sufrida por el esperista.

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