Adiós a la caza en Monfragüe: todos pagaremos para que ‘extraigan’ jabalíes y ciervos

El conocido Parque Nacional de Monfragüe cuenta ya con su nuevo plan selectivo adaptado a los supuestos requerimientos de la Ley de Parques Nacionales junto con las recomendaciones del Defensor del Pueblo en lo que a la práctica de la caza en estos terrenos se refiere.

Hasta llegar a un documento final han tenido lugar ciertas confrontaciones entre quienes son partidarios de mantener el modelo anterior en el que sí era posible controlar las especies mediante la práctica de la caza y quienes defienden nuevos procedimientos tutelados directamente por la administración, definidos como «más selectivos», siendo el último de los modelos el que se llevará a cabo.

¿Qué contempla el nuevo plan?

El nuevo documento en que se establece el plan de acción contempla las nuevas herramientas a emplear para proceder al control de ungulados en cifras sostenibles para lograr un equilibrio medioambiental y el control de enfermedades.

Este nuevo plan afirma que el control se llevará a cabo mediante la extracción de ejemplares, ya que los responsables de este contemplan que es el mecanismo más efectivo a la par que sostenible para tratar de evitar problemas sanitarios y bajar la elevada incidencia de tuberculosis.

Por tanto, lo que ahora se pretende es conseguir elaborar una estrategia basada en que de forma prioritaria se instalen cercones hacia los que atraer a los animales con comida para que allí sean posteriormente abatidos. Esto en realidad no es un nuevo procedimiento, sin embargo, lo nuevo es que será de uso prioritario.

Caza sin cazadores

Una nueva herramienta a la que se recurrirá en este nuevo Plan son los recechos y los aguardos, lo raro de esto, es que se llevarán a cabo por parte de un personal especializado solo si se considera necesario en un informe elaborado previamente.

¿Personal especializado y no es cazador? Hasta ahora los recechos y los aguardos son actividades realizadas por y para los cazadores, teniendo en cuenta que se trata de dos modalidades cinegéticas.

Por otro lado, las batidas y las monterías en la zona son prácticamente eliminadas del Plan, sobre todo en aquellos casos en los que se incluya a los perros, es decir, prácticamente en todas, ya que sin ellos dichas modalidades de caza no existirían. Esto es así porque el nuevo Plan considera que es el modelo que genera un mayor impacto medioambiental, por lo que sin contemplaciones prohíbe su uso.

¿Quién llevará a cabo estas acciones?

Todas y cada una de ellas se llevarán a cabo por parte del «personal especializado del Organismo Autónomo de Parques Nacionales o profesionales contratados». Es curioso que se desestime la labor del cazador cuando en este plan han asegurado no descartar el llegado día en que recurrir a las sociedades locales de cazadores si fuese necesario.

Ante esto, el Presidente de la Federación Extremeña de Caza, aseguraba que «Han desoído por completo a los cazadores, parte de los ayuntamientos y los propietarios de los terrenos. Lo que se plantea no funciona».

Hablan los expertos

«El modelo que se propone es muy limitado, porque los animales pueden entrar en los cercones si se les ofrece comida en tiempos de escasez. Pero mientras haya comida en el parque, no es un método efectivo», defendía al respecto Sebastián Hidalgo de Trucios, Biólogo de la Universidad de Extremadura y a su vez miembro del Patronato de Monfragüe.

Por tanto, a criterio del experto, si el modelo es planteado como prioritario, incluye la muerte del animal, considerando que este recurso debería ser aprovechado por los pueblos de la zona.

Además, con su postura crítica ante el planteamiento y sus limitaciones, añade que «Si Monfragüe existe es porque se ha realizado tradicionalmente una gestión de su agrosistema que incluía la caza».

El biólogo añadía también que las limitaciones establecidas para estos parques no son afines a los mismos, es decir, considera que están pensadas para «parques clímax», es decir, aquellos que no han conocido la gestión en su trayectoria. Por tanto, no es así el caso de Monfragüe, territorio que como bien indica el experto existe gracias a que la gestión mantuvo la riqueza de su biodiversidad.

En terrenos públicos

Un detalle a aclarar es el hecho de que las medidas del plan de acción se contemplan únicamente en aquellos terrenos catalogados como públicos e incluidos en el parque nacional, teniendo en cuenta que el 60% del parque lo forman fincas privadas.

En el caso de estos terrenos privados, en el documento solo se prevé algún tipo de acción en caso excepcional y siempre una vez hayan pasado los cuatro años que demuestren que los mecanismos desarrollados hasta entonces en los terrenos públicos no son suficientes para controlar las poblaciones de ciervos y jabalíes.

Aún así hay estos límites quedan recogidos en el plan, «actuaciones selectivas de control poblacional, mediante rececho, aguardo o batida, sin presencia de perros de caza y bajo la estricta tutela de la administración».

«Es una decisión tomada desde un despacho, pero sin pensar en la situación en la que nos dejan a las fincas del parque. No nos dan ninguna opción para hacer gestión en los próximos cinco años», lamentaba la portavoz de la asociación de propietarios María Teresa González, momento que aprovecha para avisar de presentar un recurso para este plan por parte del colectivo.

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El grupo ecologista está de celebración con esta noticia que supone según ellos «un gran paso adelante, que va a mejorar el control con un modelo más propio del Parque Nacional», defendía Marcelino Cardalliaguet, integrante de patronato.

«Durante 13 años se ha utilizado el otro modelo y no ha funcionado», añadía.

Para ser más concretos, a su parecer el exceso poblacional se vincula en gran medida con el modelo de gestión empleado hasta ahora con la caza mayor y concretamente «a prácticas como la alimentación suplementaria que utilizan en muchas fincas privadas para mejorar la calidad de los trofeos» algo que afecta a los jabalíes suponiendo que sea la tuberculosis un vector esencial.

Dicha organización considera que, aunque el plan mejora en estos momentos, deben seguir abordando algunos aspectos que para ellos aun no se han planteado, como es el caso de la gestión de aquellas fincas que rodean a los terrenos del Parque Nacional de Monfragüe.

Situación muy distinta fuera del parque

De forma paralela a la tramitación de las acciones que restringen la actividad en el interior del parque, se aprobaba una resolución que permitía incrementa las acciones cinegéticas en el exterior del parque.

Más concretamente, se autorizaba a repetir las manchas para así abatir un mayor número de jabalíes, con motivo de la detección del incremento de población, que puede dañar a la flora.

En el caso de los grupos ecologistas, la medida consiste en compensar la eliminación de la caza en el interior del parque, así como las ayudas estatales que conlleva. Por otro lado, para los propietarios no tiene sentido alguno porque la ley biológica dice que una vez cazada una mancha, los animales no volverán a ella.

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