Cientos de patos alzan el vuelo
Ante la presencia de este cazador, un número ingente de patos arrancan en vuelo, haciendo realidad el anhelado sueño de cualquier aficionado a la caza de aves acuáticas.
Los patos, que se encuentran ocultos en una franja de vegetación que delimita dos rastrojos de cereal, irrumpen por decenas a escasos metros del cazador, que se ha apeado del vehículo en el que circulaba.
Es difícil volar con el buche lleno
Las aves acuáticas se han refugiado en una zona de vegetación que se encuentra junto a la zona de la que se han alimentado, un rastrojo de cereal. Allí intentan combatir el fuerte viento reinante, hecho que permite que el cazador se pueda acercar a ellas a escasa distancia debido a que las aves no querían alzar el vuelo.
El cazador detiene el todoterreno con el que circula ante la presencia de decenas de patos que levantan el vuelo a su paso para bajarse y, entre risas, correr por la pista por la que conducía. Esto ocasiona que cientos de ánades oscurezcan el cielo el alzar el vuelo.
Graves daños a la agricultura
Los daños ocasionados en los sembrados por los patos que acuden en busca de grano ante la escasez de alimento, sobre todo en verano, son cuantiosos en numerosos puntos de España.
Las aves acuáticas pasan las horas diurnas refugiadas en charcas y pantanos para, cuando oscurece, volar hacia las siembras. Esto ha originado que en algunas zonas se otorguen permisos por parte de la Administración para abatirlos en la época estival en las comunidades en las que en estas fechas no se permite su caza.
En algunas fincas gaditanas los propietarios han tenido que llegar a colocar cebaderos con la única intención de que no devoren sus cosechas, al no poder ahuyentar las aves ni siquiera con cañones de sonido.
