Málaga

Carga un kilómetro por el monte con su compañero de caza, que se rompió la tibia y el peroné

Un cazador no duda en echarse encima y cargar con un compañero que se había fracturado la tibia y el peroné. Y lo hace durante más de un kilómetro de distancia en una zona de monte escarpado. Todos queremos un compañero de caza así.


 lleva a su compañero kilómetro en brazos pie fracturado
lleva a su compañero kilómetro en brazos pie fracturado

Los componentes de la cuadrilla de Paco, en el mismo instante que el cazador sufrió la fractura, decidieron detener la cacería para trasladar al accidentado al lugar donde se encontraban los vehículos. Había que trasladarlo al hospital de Ronda con urgencia.

Perseguía un gran jabalí

El accidente ocurrió el primer día de caza al jabalí de este año para la Sociedad de cazadores de Benaojan. El sábado 16 de enero, Francisco Javier Gómez iba tras un gran jabalí una hora después de comenzar la jornada de caza. Un gran verraco pretendía escapar de la mano compuesta por cazadores y perros, y el cazador corrió para intentar evitarlo. Un mal paso le llevó a fracturarse la tibia y el peroné.

Un desgraciado accidente

Francisco Javier cuenta a Club de Caza cómo ocurrió el accidente: «Me encontraba en la parte alta de la cuadrilla cuando vi un espectacular jabalí que pretendía escapar por la punta de la mano. Iba escurrido de los perros.

Al tratarse de una zona muy abrupta, tomé todas las precauciones posibles, pero tuve la mala suerte de que, al pisar una espartera, esta se quebró y con ella mi pierna en la zona próxima al tobillo.

Un crujido que le hizo temer lo peor

Sentí un crujido que me hizo temer lo peor. Cuando miré hacia mi pie, vi que estaba totalmente girado y, sin pensarlo, lo cogí entre mis manos para enderezarlo. Aún lo pienso y se me eriza la piel.

Pasados unos instantes, avisé a mis compañeros, que acudieron en mi auxilio, dando por finalizado en ese mismo instante la cacería.

Un improvisado operativo de rescate

Al tratarse de una zona de difícil acceso, decidimos no llamar a los servicios sanitarios, ofreciéndose uno de mis compañeros, Juan Segundo Amaya, a llevarme sobre su espalda hasta el vehículo, recorriendo una distancia superior a un kilómetro.

Después de esto, fui trasladado al centro hospitalario de Ronda donde en un primer momento se me inmovilizó la pierna para, posteriormente, el día 20 ser intervenido».

Así nos cuenta el cazador el periplo que pasó tras el accidente, y cómo sus compañeros consiguieron llevarle al hospital de la manera más rápida y segura. Al accidentado se le colocaron placas y tornillos que suelen usarse para reducir las fracturas de huesos largos, como fémur, tibia o húmero.

La caza es solidaridad

Francisco Javier quiere mostrar públicamente su agradecimiento a los miembros de su cuadrilla que, desde el primer instante, se han volcado en su ayuda cuidando de sus perros al encontrarse imposibilitado.

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