Con la única ayuda de una cuerda, muchas ganas y un esfuerzo encomiable. Así rescata este hombre al jabalí que estaba atrapado en este canal de agua y que, de otra manera, habría tenido una muerte agónica y lenta.
Subir a pulso y liberar al jabalí no es sencillo
Tras atraparlo con la cuerda, le queda es esfuerzo de subirlo a pulso los metros que separan el agua de la superficie. Una vez allí, queda el trabajo más peligroso: liberar al animal de la cuerda y alejarse lo suficientemente rápido para que el animal, en un estado de estrés muy alto, no intente embestir a los que le han salvado la vida.