Zaragoza

Nadie quiere capturar gatos callejeros a cambio de 20 euros

El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha una iniciativa para intentar esterilizar a 749 de estos animales, unos 25 cada día. Sin embargo, ni empresas ni autónomos han pujado por esta oferta.


  Nadie quiere capturar gatos callejeros
Nadie quiere capturar gatos callejeros

  Nadie quiere capturar gatos callejeros

El Ayuntamiento de Zaragoza ha puesto en marcha una iniciativa para intentar esterilizar a los gatos callejeros. Para ello, inició un concurso al que nadie se presentó puesto que ninguna empresa pujó. El consistorio ofrece 20 euros por ejemplar capturado, pero nadie ha presentado ofertas.

25 gatos al día

El ayuntamiento de esta ciudad pretendía capturar 749 animales de las colonias felinas (unos 25 al día) para así esterilizarlos. El concurso consistía en capturar los gatos para después entregarlos al Centro Municipal de Protección Animal. El contrato pretendía iniciar una captura masiva de gatos en zonas urbanas de Zaragoza, pero también en los barrios. Tras su esterilización, los animales volverían al lugar de origen.

Proliferación de gatos urbanos

«El proyecto Captura, Esterilización y Suelta (CES) para controlar la proliferación de gatos urbanos cuenta este año con una partida de 50.000 euros en el presupuesto municipal de 2020», informó el consistorio. El presupuesto era de 14.980 euros sin IVA y de 18.125,80 con él.

Hasta ahora, eran los voluntarios los que se encargaban de esta tarea. Llevaban a los gatos a clínicas veterinarias que tenían convenio con el ayuntamiento, que era quien se hacía cargo de los gastos, tal y como marca la ley.

Problemas de diversa índole

Cada vez son más los gatos callejeros que hay en Zaragoza, según informan desde el ayuntamiento, y esto produce problemas higiénico-sanitarios, de seguridad, económicos y medioambientales.

El contrato que ofrecía el consistorio marcaba como obligatorio que el vehículo adaptado para la recogida y traslado de los gatos tenga un motor «preferentemente de gasolina o eléctrico, nunca diésel», y una cláusula mordaza que impide a la empresa adjudicataria «mantener relación institucional, hacer declaraciones a medios de comunicación o entregar documentación o datos, sobre temas concernientes al contrato, sin la autorización de la Oficina de Protección Animal».

Los traslados y las capturas se harían con jaulas trampa, que estarían en constante supervisión.

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