12 Gauge 3 1/2” ‘Super Magnum’

El origen del calibre 12 Super Magnum está íntimamente ligado con la prohibición de utilizar perdigones de plomo en los humedales de Estados Unidos. Fue desarrollado por Mossberg en colaboración con Federal e introducido en el mercado en 1989 y fue tan bien acogido por los cazadores de aves acuáticas de la época, que los demás fabricantes de armas y municiones no tardaron en adoptarlo. Este artículo explica los motivos que impulsaron su desarrollo y las razones de su éxito.


 
 
 

Cuando Mossberg y Federal comercializaron las primeras escopetas 12 Super Magnum con recámaras para cartuchos con vaina de 3,5 pulgadas (que equivale a 89 mm, por lo que en Europa el calibre se denomina 12-89 mm) en Estados Unidos ya hacia años que se había prohibido el uso de los perdigones de plomo en los humedales. Y por esta razón, tras una larga «batalla» que ¿ganaron? los ecologistas argumentando que este material era tóxico y letal para las aves acuáticas, pues los ingerían y terminaban muriendo envenenadas, en estas zonas ya se cazaba con perdigones esféricos hechos de hierro con un bajo contenido en carbono que, desde un primer momento se conocieron con el nombre de perdigones de acero porque, para no confundirlos con los de plomo, los fabricantes de cartuchería marcaban las cajas de munición y los cartuchos con la palabra Steel, acero en inglés.

 
 

El calibre 12 Super Magnum se diseñó para que pudiera disparar cargas pesadas de gruesos proyectiles de acero. En la foto se puede apreciar cómo los imanes se pegan a un cartucho B&P y a su carga de 42 gramos de perdigones del 2/0.

Sin embargo, los nuevos perdigones presentaban importantes inconvenientes con respecto a los de plomo, siendo especialmente graves el que deterioraban rápidamente los cañones de las escopetas de la época a los pocos disparos y terminaba rompiéndolos, sobre todo si se usaban con chokes cerrados, por lo que los fabricantes tuvieron que crear armas hechas con cañones y chokes con aleaciones de acero más resistentes al roce y a las mayores presiones que desarrollaba la cartuchería sin plomo.

Además, desde un punto de vista balístico los perdigones de acero eran mucho menos eficaces que los de plomo porque con el mismo tamaño (diámetro) pesaban menos y no se deformaban durante el impacto, por lo que cedían menos energía y no abatían limpiamente las piezas. Y como este último inconveniente no se podía solucionar incrementando su velocidad, porque la presión alcanzaba límites peligrosos y los cañones de las escopetas de la época se deterioraban aún más rápidamente, solo se podía compensar la falta de energía aumentando el tamaño de los perdigones.

 
 

Cartuchos Remington 12 Magnum (12-76 mm) y 10 Magnum. Antes de que apareciera el 12 Super Magnum, el 10 Magnum era el único calibre eficaz con cargas pesadas de acero.

Un estudio realizado por el especialista Wallace Labisky, cuyos resultados se publicaron en la edición de 1980 de Gun Digest, determinó que para que la munición de acero de la época fuese efectiva en una determinada especie era necesario utilizar perdigones dos números más grandes que los que se usaban de plomo para cazar la misma especie. Es decir, si, por ejemplo, en una acuática pequeña se utilizaba el perdigón de plomo del número 6, con acero se debía usar el del número 4 para que los resultados fuesen más o menos similares en efectividad; para conseguir una eficacia parecida a la del 4 de plomo, había que utilizar el perdigón del 2 de acero, etc.

 
 

De izquierda a derecha cartuchos cargados con acero y plomo de los calibres 12-70; 12 Magnum (12-76 mm) y 12 Super Magnum (12-89 mm) comparados con un 10 Magnum. Las escopetas del 12 Super Magnum pueden disparar las cargas más pesadas de 64 g de plomo y de 42 g de acero del 10 Magnum, así como todas las de plomo y acero del 12-70 y 12-76 mm.

Ahora bien, en EE.UU se cobraban gansos y otras especies grandes con perdigones de plomo de los números 1, BB e incluso más gruesos (ver tabla Perdigones de acero. Numeración USA) y en estos casos no se podía aplicar el método de Labisky porque los perdigones de acero de dos diámetros mayores ocupaban un gran volumen y no entraban en las vainas de los cartuchos en número suficiente para que las perdigonadas fuesen eficaces. No entraban en los del calibre 12-70 mm ni en los del 12-76 mm (12 Magnum), que era el más usado en EE.UU en la época para cobrar antes de la prohibición las especies grandes, acuáticas o terrestres, con perdigones de plomo.

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Perdigones de acero. Numeración USA

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Número y diámetro mm (pulgadas) – Perdigones por onza

6 2,79 (.110) 315
5 3,05 (.230) 243
4 3,30 (.130) 192
3 3,56 (.140) 158
2 3,81 (.150) 125
1 4,06 (.160) 103
BB 4,57 (.180) 72
BBB 4,83 (.190) 62
T 5,08 (.200) 52
TT 5,33 (.210) ---
F 5,59 (.220) 40

 

Nota:

En Europa los fabricantes no siguen, necesariamente, la misma nomenclatura que los norteamericanos. Por esta razón los perdigones 2/0 que carga el cartucho B&P no aparece en este listado. Son esféricos y tienen un diámetro similar al del número 1 americano.

A grandes males grandes remedios

La única opción posible para disparar pesadas cargas de gruesas bolas de acero fue recurrir al calibre 10, que siempre ha tenido cierto uso en EE.UU para cazar las especies aéreas y terrestres más grandes, como el pavo salvaje. Y más concretamente al 10 Magnum, pues su vaina, que mide 3,5 pulgadas de longitud (89 mm) y tiene un diámetro ligeramente mayor que la del 12, tenía capacidad suficiente para albergar cargas eficaces de gruesos perdigones de acero.

 
 

Cartuchos Remigton 10 Magnum y B&P 12 Super Magnum (de color rojo). Debido a su mayor calibre, los cartuchos del 10 Magnum se pueden cargar con 42 g. de perdigones del “numero” T (5,08 mm), mientras que los del 12 Super Magnum solo se pueden cargar con 39 gramos de este número y con 42 g de perdigones de acero de menor diámetro.

Era la única opción posible y fue a la que obligatoriamente tuvieron que aferrarse en los años siguientes a la prohibición los cazadores interesados en las especies acuáticas más grandes. Tanto es así que se puede afirmar que el perdigón de acero revitalizó el calibre 10 Magnum, pues hasta que fue necesario usarlo con acero tenía un uso muy reducido ya que con las cargas de 56 gramos de plomo que disparaba el 12 Magnum se podía resolver prácticamente cualquier lance, por grande y pesada que fuera la especia a cobrar.

De hecho, el auge que experimentó el 10 Magnum se puede comprobar fácilmente comparando catálogos de la época anterior a la prohibición con los posteriores a ésta, pues se ve cómo los fabricantes de cartuchos norteamericanos van incluyendo más modelos, sobre todo cargados con gruesos perdigones de acero. Incluso hoy día, que ya se fabrican escopetas más robustas y cartuchos «ecológicos» más rápidos y eficaces del 12, las cartucheras más importantes (como Remington y, sobre todo, Federal) siguen fabricando más modelos de cartuchos 10 Magnum que antes de la prohibición del plomo, la mayoría con cargas de 42 gramos o más pesadas de perdigones de acero muy gruesos, como el BB (4,53 mm); T (5,08 mm), etc, pero también con las de perdigones de plomo más pesadas, como la de 2 1/4 Oz (unos 64 gramos) del 5, muy apreciada para cazar el pavo, etc.

 
 

Cartuchos Federal modernos cargados con perdigón de acero del número 2. En la caja se indica que su velocidad es de 1.500 pies/segundo (457 m/s). Dependiendo de su origen y del tipo y carga del cartucho, la cartuchería moderna 12 Super Magnum con perdigones de acero desarrolla velocidades comprendidas entre 1.450-1.550 pies/segundo (442-472 m/s).

El 12 Super Mangnum se impone

Y seguramente el 10 Magnum se usaría hoy más aún en EE.UU, si no hubiera sido por la brillante idea de Mossberg y Federal de crear escopetas del 12 Super Magnum que disparan cartuchos con vaina de 3,5 pulgadas (misma longitud que la del 10 Magnum) para que pudieran impulsar cargas de gruesos proyectiles de acero tan pesadas o casi como las del 10 Magnum.

Digo «tan pesadas o casi», porque utilizando proyectiles de menor diámetro que el T ambos cartuchos pueden disparar cargas de 42 gramos de acero. Sin embargo, como la vaina del 12 Super Magnum tiene un diámetro menor que la del 10 Magnum, cuando se utilizan perdigones de acero del número o más gruesos, como el TT, el 10 magnum se puede seguir cargando con 42 gramos pero el 12 Super Magnum solo admite unos 39 g (1 3/8 Oz) o más ligeras porque las bolas de acero se apilan peor y ocupan mayor volumen.

 
 

Excepcionalmente, algunos fabricantes producen cartuchos 12 Super Magnum que superan los 1.550 pies/segundo. Es el caso de los “Hypersonic Steel” de Remington: disparan cargas de acero de 39 gramos a ¡1700! pies/segundo (518 m/s).

Sin embargo, actualmente no se suelen utilizar perdigones más gruesos que el T porque, como veremos más adelante los cartuchos modernos son más rápidos y no es necesarios. Por otro lado, la diferencia en número de proyectiles que entran en las cargas de 42 gramos y en las de 39 del número T no es significativa, por lo que se puede afirmar que a partir de 1989 el calibre 10 Magnum dejó de ser indispensable para poder abatir con perdigones de acero las grandes piezas acuáticas, aunque se siga utilizando.

Como, además, las escopetas 12 Super Magnum presentaban la gran ventaja añadida de que se podían usar también con cartuchos del 12-70 y del 12-76 mm, no solo eran igual de útiles que las del 10 Magnum en las especies más grandes, sino que podían utilizarse también para cazar con plomo o con acero todas las de caza menor, por lo que despertaron un gran interés en todos los cazadores norteamericanos.

 
 

Cartuchos Federal cargados con proyectiles FS de acero: son esféricos y tienen un borde afilado en el centro. Para aumentar su eficacia, además de incrementar la velocidad los fabricantes de municiones han experimentado con la forma del perdigón.

Efectivamente, Mossberg y Federal no habían creado un calibre más de escopeta sino el más versátil y polivalente jamás fabricado que, como era de esperar, no fue ignorado tampoco por los fabricantes del inmenso país ni por marcas europeas de escopetas y cartuchería que operaban en Estados unidos.

Así por ejemplo, la primera escopeta que comercializó Mossberg era de corredera, lo que no debe extrañarnos por dos razones: aunque en España no tengan prácticamente uso en caza, en EE.UU las escopetas accionadas por este sistema de repetición siempre han sido las más valoradas por los cazadores de menor. Y porque, además, en 1989 era el único sistema de repetición que permitía disparar todos los cartuchos del 12, ya que las tomas de gases de las escopetas semiautomáticas de la época no funcionaban con cargas tan diferentes.

La única empresa que, gracias a su sistema patentado de inercia, podía fabricar una semiautomática del 12 Super Magnum que pudiera disparar todos los cartuchos del calibre 12, era la italiana Benelli y no tardó en comercializarla en EE.UU: en 1991 presentó la primera versión de la Super Black Eagle, provista de un cerrojo con cabeza giratoria con dos aletas que funcionaba correctamente con cartuchos con vaina de 70, 76 y 89 mm cargados con 30 o más gramos.

 
 

Otro ejemplo de perdigones de acero no esféricos son los hexagonales Winchester Blind Side. Son más letales y se apilan mejor, por lo que especialmente son útiles para cargar cartuchos con vainas de menor capacidad.

Más veloz y efectiva

Todos los cartuchos cargados con perdigones de acero han mejorado mucho desde que se impuso su uso, primero en EE.UU y luego en Europa, porque se ha mejorado el perdigón pero, sobre todo, porque las escopetas también lo han hecho. Y es que, obligados por la prohibición, los fabricantes de armas tuvieron que ir renovando poco a poco sus catálogos con nuevos modelos de escopetas más resistentes, diseñadas con materiales y cierres adecuados para soportar las mayores presiones que generaban los nuevos cartuchos. Y llegó un momento en el que prácticamente todas escopetas que se producían podían disparar ya sin peligro esta cartuchería, por lo que los fabricantes de municiones también pudieron crear cartuchos cargados con acero mucho más veloces que los utilizados hasta entonces, cuya velocidad era similar o incluso inferior a los de plomo (inferior a 400 m/s..

Así, por citar como ejemplo al «padre de la criatura», los cartuchos Federal 12 Super Magnum actuales cargados con 42 gramos de perdigones de acero desarrollan 1500-1550 pies por segundo (457-472 m/s), dependiendo del modelo, sin que se vea afectado negativamente el plomeo porque, a diferencia de lo que sucede con los perdigones de plomo, los de acero no se deforman ni por la presión ni por el roce y, como, además, en un mismo peso de carga entran un mayor número de proyectiles consiguen «plomeos» muy compactos. Aunque estas velocidades no son nada si las comparamos con los 1.700 pies/segundo que desarrolla la cartuchería especial Remington Hypersonic Steel, del mismo calibre, pero cargada con 39 gramos, que cito solo como anécdota, pues es una excepción.

En general, que yo sepa, las mejoras que ha experimentado la cartuchería de acero y en particular la del 12 Super Magnum, se han producido en EE. UU. Y no solo en velocidad, sino también en el desarrollo de nuevos tacos y perdigones con tratamientos para evitar que se oxiden o con diseños especiales para aumentar su balística de efectos. Así, por ejemplo, Winchester creó municiones «Blind Side» cargados con tacos especiales y proyectiles hexagonales («Hex Shot») que se apilan mejor dentro del taco y producen heridas más importantes; Federal desarrolló los perdigones «FS» que son esféricos, pero tienen en el centro un borde afilado por lo que son más letales, etc.

 
 

Gracias al empleo de tomas de gases rediseñadas y de amortiguadores patentados, Beretta fabrica semiautomáticas como la A400 Xtreme que puede disparar todas las cargas de caza y de tiro de perdigones de acero y de plomo de 24 hasta 64 gramos.

¿Una batalla perdida?

Sin embargo, en Europa las mejoras se han centrado más que en los cartuchos en fabricar escopetas semiautomáticas muy robustas y de bajo retroceso del calibre 12 Super Magnum que pueden disparar los demás cartuchos del 12. Así, por ejemplo, Beretta en 2009 presentó la semiautomática A400 Xplor Unico, que realmente era única porque no solo podía disparar toda la cartuchería del 12 de acero o de plomo de 24 a 64 gramos, sino que tenía un retroceso muy moderado gracias a que poseía tres amortiguadores (dos de serie y el tercero opcional) de aceite colocados dentro de la culata, además de una cantonera anti-retroceso especial. Actualmente, Beretta fabrica varios modelos A400 Xtreme de este calibre, disponibles con varios acabados, que, como el Xplor Unico original, pueden disparar todas las municiones del 12 y tienen un retroceso muy bajo: un 70 por ciento menos, debido al uso de amortiguadores patentados.

Y Benelli, tras lanzar en 2004 una segunda versión mejorada de su primera semiautomática Super Black Eagle (la Super Black Eagle II, que con culata Confortech lograba disminuir notablemente el retroceso del 12 Super Magnum), comercializó en 2017 la Super Black Eagle 3 en la que, entre otras mejoras, utiliza en los modelos sintéticos culatas con tecnología Confortech 3 que amortigua más retroceso que las anteriores. Es la culata que equipa la Super Black Eagle 3 Tungsten que aparece en las fotos. La he probado recientemente y su retroceso con cartuchos 12 Super Magnum y 12 Magnum es moderado y prácticamente nulo cuando se dispara con munición 12-70 mm, por lo que, junto con las Beretta antes mencionadas, pienso que la Super Black Eagle 3 es una opción más que interesante en caso de adquirir una escopeta de este calibre si algún día pensamos usarla con cartuchos 12-76 Magnum o no, digamos, con los potentes 12-89 mm «Super Magnum».

 
 

Semiautomática Benelli Super Black Eagle 3 versión Tungsten. El 1991 Benelli creó la primera semiautomática del calibre 12 Super Magnum que era capaz de automatizar con cartuchos de caza 12-70 y 12-76 cargados con 30 o más gramos. Hoy día sus escopetas tienen además un retroceso mucho menos molesto debido al empleo de culatas Confortech 3, diseñadas con un mayor número de inserciones de gel que son más gruesas.

Estos últimos, se encuentran con dificultad en nuestro país, como es lógico porque son demasiado potentes para nuestras especies, pero los hay: los que aparecen en las imágenes, marca B&P, los distribuye BBI en España cargados con perdigones de acero de los números 4, 3, 2 y 2/0.

En definitiva, gracias a la necesidad de usar perdigones de acero en especies grandes se creó el 12 Super Magnum, pero la aparición de este calibre no ha sido lo único bueno que ha aportado el perdigón de acero. Gracias a este material, que a mí al menos al principio no me hacía gracia ni nombrarlo, hemos ganado todos mucho. Los fabricantes de armas porque han tenido que renovar todo el parque de escopetas; los de cartuchos porque han tenido que fabricar nuevas pólvoras, tacos y proyectiles para mejorar los cartuchos y los usuarios porque las escopetas que utilizamos actualmente son más seguras y mejores.

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