El mágico calibre .308 Winchester

Antes de dar paso al artículo sobre este calibre, permítanme que les ponga en antecedentes. Tiro con el .308win por deformación profesional. En 1991, cuando salí Sargento Armero Artificiero de la Academia Militar del Ejercito del Aire, este era el calibre oficial de la OTAN y, por lo tanto, tenía a mi disposición toda la munición que quisiera para entrenar.


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  Casquillos munición Norma
Casquillos munición Norma

Por esta razón compré un rifle en este calibre y, desde entonces, no me ha defraudado nunca. Sirve para cualquier especie de caza mayor de la Península Ibérica. Se postula, en prestaciones reales (no de tablas balísticas), similar al .30-06, .270Win o 7x64, y lo que puedas hacer con estos tres calibres lo haces con el .308.

Resulta muy cómodo de disparar por su poco retroceso, está disponible en todos los proyectiles y marcas del mercado y la munición tiene un precio muy razonable. En mi experiencia personal, las que más me gustan son las KS de 165 grains de la marca RWS. Pero hay muchas otras que van muy bien como las Norma Tipstrike, las Remington Accutip o las Accubond de Nosler.

  .308
.308

De izquierda a derecha: La primera es una Norma Orix de 180 grains recuperada del venado de la fotografía de este artículo. La segunda es una Remington Accutip de 165 grains recuperada del rebeco de la fotografía de este artículo. La tercera es una PMP tipo Nosler Partition de 165 grains recuperada de una cierva. Nótese que ha perdido el primer núcleo, por eso yo recomiendo siempre tirar proyectiles con el núcleo soldado a la camisa —por ejemplo, en este tipo la TXP—. La cuarta es una Winchester Fail Safe recuperada de un venado de montería, es una punta dura pero que expande muy bien y tiene mucha penetración.

Para el corzo es ideal. Sus proyectiles vuelan bien a las distancias normales de tiro de este pequeño cérvido y son más que suficientes para abatirlo limpiamente. No son sensibles al viento lateral, como ocurre con otros calibres más pequeños, y te permite enfrentarte a situaciones más complicadas, como cuando aparece durante un rececho o espera un jabalí de gran porte. Además, su poco retroceso te permite colocar la bala en su sitio.

  .308

De izquierda a derecha: La primera es una 7,62X51 NATO, no está permitida para la caza por su gruesa camisa blindada que no deforma al impactar en las piezas. La segunda es como la primera pero trazadora, lleva una carga en el culo del proyectil que se prende con la pólvora y nos permite ver la trayectoria de la bala, muy útil en ametralladoras. La tercera es una Norma Orix de 180 grains. La cuarta es una Accutip de 165 grains de Remington. La quinta una Tactical de 165 grains de Federal. La sexta es una DK de 165 grains de RWS. La séptima es una KS de 165 grains de RWS. Y por último la octava es un cartucho del 30-06 para comparar el tamaño.

Breve introducción histórica

En cuestión de calibres, influye muchísimo el gusto personal de cada uno y seguro que no nos pondríamos de acuerdo, aunque estuviéramos charlando horas y horas. Yo contaré mis preferencias y, sobre todo, basándome en mi experiencia personal, dejando a un lado las tablas balísticas, que son muy útiles en la teoría, pero no tanto en la práctica.

Mi calibre favorito para recechar en España es el .308win. Fue creado por la casa Winchester en 1952, partiendo del mismo proyectil que el .30-06 pero rebajando la longitud de la vaina de 63 a 51 mm, lo cual permite a este último disparar en armas con acciones más cortas. Esto fue lo que hizo que dos años después de su creación, la OTAN lo adoptase como calibre oficial, denominándolo: 7,62x51 NATO.

Desde entonces, el .308 Winchester se ha vuelto el cartucho para caza mayor de acción corta más popular del mundo. En España, al ser un calibre militar, solo estuvo permitido para personal militar y de las fuerzas de seguridad durante mucho tiempo, pero una vez fue liberado y ya se pudo guiar a nombre de cualquier persona con licencia de armas tipo D, se ha convertido en un calibre muy apreciado por el cazador español.

Destaca en…

Son sus mejores características lo que le ha hecho tan popular:

  • La suavidad en el disparo (tiene poco retroceso).
  • La facilidad para encontrar munición y la gran variedad de proyectiles disponibles (tantas como el .30-06).
  • La posibilidad de utilizar armas con acciones muy cortas y por lo tanto armas ligeras.
  • Y, para mí, la más importante, la efectividad de un calibre, de apariencia pequeño, pero que hace su trabajo a la perfección.
  Alcarama (Soria)
Alcarama (Soria)

Resultado de una cacería en Alcarama (Soria) con el Winchester modelo 100.

Mi primer rifle —allá por el año 1991— fue un Santa Bárbara modelo Coruña en este calibre, con el cual solo podía tirar un tipo de munición comercial: la Norma Vulkan de 180 grains, que iba francamente bien. Pero a mí, que me gusta enredar y probar distintos proyectiles, se me quedaba muy escaso. Mi segundo rifle fue un Winchester modelo 100 semiautomático que compré en una subasta con la culata rota y que, gracias a mi querido y admirado Faustino Alonso que me talló una nueva, pude cazar con él.

El .308 en semiautomático es una auténtica gozada: colocas las balas donde quieres y repites rapidísimo. El problema que tenía era que fabricar una culata resultaba muy complicado y, si por fuera estaba preciosa, por dentro no ajustaba todo lo bien que debiera y me daba problemas de encasquillamiento, siempre en el momento más inoportuno.

Pero por aquella época ya se encontraba bastante variedad de munición. Entonces cambié el tosco y pesado Santa Bárbara por un Remington modelo Seven, muy ligero y muy preciso, con un cañón muy corto pero suficiente para quemar la pólvora de una vaina tan corta, ideal para la caza de montaña y que sigo usando hoy.

Cazando con el .308Win

Por último, adquirí un Mauser 03 con cañón acanalado del que estoy enamorado y que es, para mí, como una prolongación de mis brazos. Para los corzos y en mi Mauser 03, la mejor munición que he encontrado es la KS de 165 grains de la marca RWS.

  Rebeco abatido
Rebeco abatido

Rebeco abatido a 185 metros con el Remington Seven.

Es cierto que con 150 grains sería suficiente, pero después de muchos años tirando con este calibre, he llegado a la conclusión de que van mejor los proyectiles de 165 para recechos. Para venados tiro de esta misma marca la DK con el mismo peso, y esto me permite cambiar de una punta a la otra sin tener que tocar el visor, ya que la diferencia de una punta a la otra es de 1 cm a 100 metros.

Para montería y esperas, tiro la Norma Orix de 180 grains. Y para caza de montaña, me llevo el pequeño Remington Seven centrado con los proyectiles de su marca Accutip de 165 grains. Este proyectil, con la punta de plástico dorada y su cola de bote, vuela increíblemente bien a largas distancias —tiros típicos de montaña— y, además, no es muy sensible al viento. Con ella he cazado rebecos, arruís y machos monteses sin ningún inconveniente.

Últimamente he adquirido una munición un tanto curiosa, es de la marca Federal y los proyectiles las denomina Tactical porque son las que usan los francotiradores de la policía americana para abatir a delincuentes —como se ve muchas veces en las películas—. Tienen la punta hueca y al impactar se fragmentan en varios trozos.

  Arruí de Sierre Espuña
Arruí de Sierre Espuña

Arruí de Sierre Espuña con el Remington Seven. Se aprecia la colocación del tiro en el cuello ya que solo le veía la cabeza y la gran precisión del conjunto arma-calibre-proyectil.

Las he probado con un jabalí y me han resultado demasiado blandas, aunque lo cobré, pero recorrió más de 100 metros antes de caer con un tiro perfectamente colocado. Sin embargo, para zorros y debido a que son muy económicas y que también puedo dispararlas sin modificar el visor, van de cine.

Lo cierto es que la mayoría de cazadores que conozco que han probado este calibre están muy satisfechos, y que la mayoría de detractores hablan de tablas, que es lento, que tiene mala rasante, pero en realidad no lo han probado en el campo.

Si tienen la ocasión, pruébenlo y luego me cuentan. Como dice mi querido PH surafricano Dean Warren: «No sé qué tienen los proyectiles del .308, pero parece que están envenenados. Con lo pequeño calibre que parece, qué efectivo es con las piezas de caza».

Efectivamente es un calibre mágico que enamora al que lo usa.

Buena suerte y buena caza.

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