Urogallo Común
Las aves de España

Urogallo Común


El Urogallo, o «gallo de monte», es una de nuestras mayores aves. El macho tiene la figura de un pavo y puede llegar a pesar hasta 6 kilos. Esta especie, forestal y de montaña, vive en los grandes bosques con calveros y no demasiado espesos. La hembra es particularmente apta para asegurar la crianza, pues ella realiza toda la tarea. Su librea parda y discreta le otorga una perfecta homocromía con la vegetación circundante; su comportamiento también es apagado. Por el contrario, el macho, seguro de sí mismo y más preocupado de llamar la atención que de ponerse a salvo, organiza un gran alboroto en el bosque y no duda en dirigirse contra los intrusos. Precisamente durante los momentos cumbres del canto nupcial se ha comprobado que los machos no oyen. Razones de tipo psicológico y no físicas, como antes se creía, son las que producen esta sordera, sumamente inoportuna, pues es el momento que muchos cazadores aprovechan para abatir el precioso gallo de monte. La reducida población española de Urogallos, localizada en los Pirineos y la cordillera Cantábrica, se halla terriblemente amenazada en la última de estas zonas.

Familia:Tetraónidas
Nombre cientifico:Tetrao urogallus
Orden:Galliformes
Caza:Especie Protegida
Longitud:85
Habitat:Montañas y riscos
Identificación:Ave grande; el macho con plumaje oscuro y cola ancha, la hembra parda. Cabeza y cuello grises, algo parduscos y con fino barreado negro; la garganta con plumas más largas, formando una corta barba; pecho negro con reflejos verdes o violáceos; pico blancuzco; sobre el ojo una zona roja; patas emplumadas, pardas; hembra más pequeña, rojiza castaña y moteada. Los machos de la raza pirenáica son más oscuros que los de la raza cantábrica.
Nidificación:La hembra hace un hoyo en el suelo, forrado con vegetación, a menudo al pié de un pino; pone, de abril a mayo, de 5 a 8 huevos amarillos pálidos jaspeados de castaño; incubación, alrededor de 4 semanas, sólo por la hembra; los pollos, alimentados por ésta, pueden volar después de 2 a 3 semanas, pero no están completamente emplumados hasta mucho más tarde.
Alimentación:Agujas de coníferas; hojas, frutos y bayas; ocasionalmente insectos, con los que alimenta a los pollos.

El urogallo, también conocido popularmente como el gallo de bosque y el pavo de monte, aunque lo mejor es atender a su denominación científica: Tetrao urogallus es una gallinácea de la familia de los Tetraónidos, integrada por 16 especies pertenecientes al Paleártico que, a diferencia de otras galliformes, ha sabido adaptarse a climas templados y fríos de las áreas centrales y septentrionales de Eurasia y América.

Francisco Purroy, profesor de Biología Animal de la Universidad de León ha establecido una serie de diferencias entre el urogallo ibérico y sus parientes: "La primera peculiaridad del urogallo ibérico con respecto a otros Tetraónidos es la alimentación. Los ejemplares ibéricos comen vegetación de menor valor nutritivo, lo que exige una mayor cantidad de materia vegetal que es asimilada gracias a su potente sistema de fermentación en el aparato digestivo. Es una especie más longeva, puede llegar a vivir entre quince y veinte años y depende de un ambiente forestal de bosque maduro, cuyo suelo debe alternar áreas de pasto y áreas de material rastrero, por las que pueda moverse apeonando, es decir rápidamente".

Aunque también tiene aspectos en común con el resto de las aves de su especie, como ocurre con su carácter eminentemente terrestre, y es que todas las especies de esta familia son buenas andadoras y corredoras, con habilidad para el vuelo corto; nada migradoras y con cierto gregarismo entre las Hembras.

Los expertos y la literatura recogida sobre esta especie confirman que nunca ha gozado de muchos efectivos, pero, su situación actual ha llamado la atención de ecologistas y autoridades competentes. Así, recién iniciado el silo XXI, la población de la subespecie cantábrica no es muy halagüeña, apenas llegan al medio millar de urogallos, por lo que el Comité Nacional (le Flora y Fauna del Ministerio de Medio Ambiente, próximamente podría declararla En peligro de extinción.



SUBESPECIES IBÉRICAS

El gallo de bosque es un ave de ámbito boreal, que se extiende por todas las latitudes septentrionales de Eurasia. Tres de sus subespecies ocupan una banda continua desde Escandinavia y el mar Báltico hasta el río Lena y el este del Lago Baikal. Una cuarta subespecie criaría en áreas disyuntas de Europa central, y el sur del Viejo Continente albergaría otros dos núcleos poblacionales: uno formado por los Cárpatos, Yugoslavia y Bulgaria, y otro compuesto por los urogallos ibéricos, tristemente reducido a los Pirineos y la Cordillera Cantábrica.

La colonización de la Península Ibérica debió producirse durante la glaciación de Würm último avance de los hielos que cubrió todo el continente europeo de una fauna fría de origen siberiano. Para César Pedrocchi, científico titular del Instituto Pirenáico de Ecología (CSIC), "es posible que el urogallo ibérico hubiera colonizado más territorio peninsular del que actualmente ocupa; pero, al tratarse de unas poblaciones muy frágiles éstas tendieron a desaparecer cuando se restablecierón unas condiciones climáticas más cálidas".

Cuando se retiraron los hielos, unas pequeñas poblaciones quedaron aisladas en los bosques cantábricos y pirenáicos, evolucionando hacia las dos subespecies actuales: urogallo cantábrico (Tetrao urogallos cantabricus) y urogallo pirenáico (Tetrao urogallos aquitanicus). De este modo, el urogallo se ha convertido en el recuerdo viviente del paso de la última glaciación por la actual Península Ibérica.

Por tanto, España tiene el privilegio de albergar dos subespecies de urogallo, convertidas en auténticos endemismos glaciares que se deben conservar. La subespecie cantábrica se extiende desde los Ancares de Lugo hasta los Montes de Saja en Cantabria, aunque antaño ocupó territorios periféricos en Orense, Zamora, Burgos, Soria y Logroño. Por su parte, los gallos pirenáicos se encuentran presentes en bosques de todo el sistema montañoso pirenáico, excepto el núcleo de Navarra y el Valle de Hecho, y el sector centro-oriental desde el Valle de Pineta a Camprodón (Gerona).

Ambos núcleos poblacionales, aislados entre sí, han evolucionado paralelamente desarrollando una serie de diferencias taxonómicas y ecológicas, tal y como explica Francisco Purroy, "en cuanto a las diferencias ecológicas más notables, se encuentra el hábitat al que se asocia cada subespecie. El urogallo cantábrico se sirve de bosques caducifolios, situados entre los 800 y los 1.800 m, y compuesto de hayas, acebos, abedules, serbales, zarzas, brezos y arándanos; mientras que el pirenáico ocupa el piso subalpino montañoso entre los 1.700 y 2.000 m, formado por pinares negros. En cuanto a las diferencias taxonómicas, la subespecie pirenáica tiene un rnayor tamaño, una coloración rnás negruzca, cuello oscuro, buche azulado, superficie ventral sin manchas blancas y hembras con la librea parda. Por su parte, la subespecie cantábrica, posee un tono pálido, cuello gris claro, buche verde, pecho y abdomen moteado de blanco y sus hembras se caracterizan por un dominio del tono gris".



LA GRAN AMENAZA

La voz de alerta ha saltado para la subespecie cantábrica al constatarse. en los censos elaborados por las Comunidades Aútonomas con presencia de la especie, lo que ya se temía: una drástica reducción de sus efectivos, en algunos casos hasta de un 60 por ciento. Guillermo Palomero, coordinador de la Estrategia Nacional para la Conservación del Urogallo Cantábrico, dependiente del Ministerio de Medio Ambiente (MIMAM), revela que "según los datos actuales quedan unos 500 ejemplares de urogallo cantábrico (macho y hembra) en la Cordillera Cantábrica". A pesar de la gravedad de la situación, la subespecie mantiene la categoría de Vulnerable en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas, pero desde algunos sectores se pide que pase a ser reclasificado como En peligro de extinción No en vano, la organización conservacionista SEO/BirdLife ya declaró en 1999 a esta especie como "Ave del Año" con el fin de reflejar la alarmante situación que atravesaba.

Investigadores y estudiosos de esta gallinácea insisten en una reclasificación de la especie y así lo han reflejado en diversos trabajos. Paloma Garzón, asesora técnica de la Dirección General de Conservación de la Naturaleza del MIMAM confirma la presentación para declarar a la subespecie cantábrica en peligro de extinción, aunque aclara que primero debe ser propuesto por el Comité de Flora y Fauna y después aprobado por la Comisión Nacional de Protección de la Naturaleza, tal y como se contempla en el artículo 4 del Real Decreto 439/ 1990 relativo al Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.

En este sentido, José Ramón Obeso, profesor titular de Ecología efe la Universidad de Oviedo y miembro del Comité de Flora y Fauna del MIMAM publicó hace un par de años un estudio que relacionaba directamente la desaparición de la subespecie cantábrica con el fenómeno del cambio climático. Según explica el protesor, "existen tres escalas que afectan negativamente al urogallo cantábrico: en primer lugar, desde el ámbito local debido a la competencia con otros herbívoros y la alteración de su hábitat principalmente. En segundo lugar, regionalmente, ya que se produce una suma de efectos locales. Y, por último, globalmente, cuyo efecto más reseñable se encuentra recogido en el cambio climático. Se ha comprobado científicamente cómo el clima viene cambiando en los últimos 8.000 años hacia una tendencia más atlántica, con un mayor régimen de precipitaciones en los meses de primavera y verano. Esto perjudica seriamente a los pollos de urogallo que tienen enormes dificultades para termorregularse en sus primeras y decisivas semanas de vida. Además de estas primaveras hostiles, el aumento de las temperaturas provoca que las hojas de hayedos y los brotes de arándanos (claves de su dieta) posean menos nutrientes".

Las autoridades oficiales también tomaron nota de esta alarmante situación y decidieron constituir oficialmente el Grupo de Trabajo del Urogallo Cantábrico, dependiente del Comité de Flora y Fauna del Ministerio de Medio Ambiente, y compuesto por un conjunto de biólogos y miembros de las distintas Comunidades Autónomas implicadas. Tal y como explica Palomero, miembro de este Grupo y coordinador de la posterior Estrategia ele Conservación, "la creación de este Grupo de Trabajo como órgano de coordinación ha servido para analizar con precisión la situación actual de la subespecie y proponer medidas de conservación reales. Las conclusiones de estos expertos se entregaron el pasado mes de octubre al Comité, y a partir de ahora se iniciará la puesta en marcha de la Estrategia Nacional de Conservación del Urogallo Cantábrico



CERCANO FINAL

Tras el análisis detallado de la situación actual por parte del Grupo de Trabajo, Palomero revela que los principales problemas para el Tetrao urogallus cantabricus son "el alejamiento de su óptimo ecológico, como son los bosques boreales de coníferas. Además, la fragmentación del bosque cantábrico perjudica al urogallo y favorece a sus predadores naturales, como el jabalí o el zorro. Por otro lado, la baja tasa de éxito reproductivo, que no compensa la pérdida de adultos, y los efectos globales del cambio climático han generado un panorama desolador". Debido a la gravedad de la situación, se hace más necesaria que nunca la coordinación de todas las administráciones implicadas.

El profesor Purroy, en coordinación con SEO/BirdLife, elaboró una serie de propuestas preliminares para la conservación del urogallo común que pasaban por la elaboración y aprobación urgente de Planes de Conservación, el desarrollo de medidas inmediatas que frenen la pérdida de más ejemplares, tales como la información, erradicación de la caza furtiva, conservación del hábitat, regulación de la actividad cinegética, así como la ordenación del excursionismo y la construcción arbitraria. Los más pesimistas, como José Ramón Obeso, estiman que la subespecie cantábrica podría desaparecer para el año 2030 si no se ponen en marcha medidas prácticas y efectivas, que vayan más alla de la teoría. Sin embargo, las autoridades ministeriales, van muy despacio y pretenden sentarse a discutir con las Comunidades Autónomas y el Ministerio de Medio Ambiente los criterios para desarrollar una Estrategia de Conservación. Pero quizá sea demasiado tarde para el urogallo cantábrico.

Aunque su situación tampoco es muy boyante, el urogallo pirenáico (Tetrao urogallus aquitanicus) mantiene una población estimada en 1.378 ejemplares, según los últimos datos referentes al año 2001 ofrecidos por Jordi Canut, técnico de fauna del Parque Nacional de Aigüestortes i Estany de Sant Maurici. Esta subespecie es ligeramente mayor que la cantábrica y más oscura; es decir, sus machos son más negros y las hembras pardo-rojizas. Según recuerda José Antonio Sil, técnico de la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos y responsable de diversas campañas de divulgación sobre el urogallo, "debido a la alarmante disminución de sus efectivos se declaró la veda en 1979 en España -ya que en Francia aún es trofeo de caza- y en 1986 la especie fue estrictamente protegida al ratificarse el Convenio de Berra relativo a la conservación de la Vida Silvestre y el Medio Natural en España". El pavo de monte, como también es conocida esta especie, ocupa la vertiente española y francesa de la Cordillera Pirenáica, distribuyéndose a lo largo de unos 300 km.

Lo cierto es que en el Pirineo Aragonés mantiene una distribución irregular, diferenciándose los núcleos de población occidental, cabeceras del Veral y valle de Echo y Ansó y la oriental, cabeceras de las comarcas de Sobrarbe y Ribagorza.

Desde la Consejería de Medio Ambiente del Gobierno de Aragón adelantan que se ha notado una regresión poblacional desde los años 70 del siglo pasado, debida fundamentalmente a la presión turística y la alteración del hábitat Por su parte, la presencia en Navarra es testimonial y la Consejería de Medio Ambiente de Navarra estima una población de menos de media docena de ejemplares en su territorio.

Igualmente siguiendo la tendencia generalizada de la especie, la alteración del hábitat parece ser la causa fundamental de su práctica desaparición en la provincia. Sin embargo el urogallo pirenáico mantiene más esperanzas de supervivencia debido a su mayor distribución y número de ejemplares que el gallo cantábrico.



CELO PRIMAVERAL

Este mes entra la primavera, y como todos los años esta gallinácea abandonará su práctica arborícola, pasando a adoptar usos eminentemente terrestres o forestales. El celo de la subespecie cantábrica comienza, tal y como explica el colaborador de SEO/BirdLife, "en el mes de abril, aunque sí se producen condiciones climáticas especialmente favorables, puede iniciarse alguna semana antes; y se prolongará durante todo el mes de mayo. En cambio, para la subespecie pirenáica este proceso se desarrolla desde finales del mes de abril hasta principios dejunio".

El celo del urogallo ha sido profusamente estudiado, dado el espectacular ritual que ejecutan los machos. Se trata de una auténtica representación secreta que se desarrolla sobre un escenario seleccionado, el cantadero. Es una zona despejada y herbosa, situada en el interior de los bosques primitivos caducifolios la cual debe poseer una buena proporción de troncos y árboles muertos.

"En las cuestiones relativas al celo hay que destacar la jerarquía de estos animales, que compiten en la parle central del cantadero, donde se suelen situar los urogallos más viejos y corpulentos, colocándose en los extremos los jóvenes. Durante el periodo de celo, los machos pueden permanecer muchos días en el cantadero, desarrollando tranquila y solemnemente el cortejo. Dicho cortejo consiste en un extrañísimo canto, un soniquele con una duración de unos diez segundos que engrana en diferentes estrofás conocidas como redoble, castañueleo, taponazo, seguidilla o refilo. Al tiempo, se pavonea con la cola en rosca y las alas caídas, adoptando una postura exhibicionista y arrogante, con el fin de atraer a la hembra", explica Purroy.

La cópula se produce en el suelo, y la hembra pondrá de seis a diez huevos que ocultará en una depresión del mismo. Tras cuatro semanas de incubación nacerán los pollos, nidífugos, que inmediatamente serán guiados por su madre a claros dentro del frondoso bosque, donde puedan alimentarse no sólo de frutos silvestres, sino también de pequeños insectos como orugas, hormigas o saltamontes. A pesar del alto número de huevos en la puesta, el éxito de superviviencia de los pollos es muy bajo, ya que menos de un veinte por ciento alcanza el año de vida, de modo que la continuidad de la especie se logra gracias a la longevidad de los adultos.

Durante la estación de las flores, no sólo se produce el proceso de celo, cortejo y reproducción, sino que en los Tetraónidos también se da el complejo fenómeno de la muda. El urogallo, en particular, cambia sus plumas, funda del pico, las uñas y las laminillas pectiformes, sin perder en ningún momento su facultad del vuelo.

Tras el paso del estío, la estación otoñal puede despertar el celo en algunos ejemplares jóvenes, pero será de menor intensidad que durante la primavera.

El despertar a la vida que cíclicamente se produce debe llamar la atención de todos, especialmente de las administraciones implicadas en su conservación, para salvar a esta reliquia glaciar venida de los hielos, y que ha sabido sabiamente adaptarse a unas condiciones más cálidas y hábitats más desfavorables, en principio. Es tarea de todos a través de la divulgación, la educación y la legislación procurar garantizar su supervivencia .

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