Pinzón Real
Las aves de España

Pinzón Real


En octubre, coincidiendo con las primeras heladas, aparecen en nuestro país los bandos de Pinzones Reales nórdicos. Con frecuencia se les ve asociados con otras especies granívoras en los rastrojos, alrededores de granjas e incluso a veces en los jardines. Pero su medio favorito en invierno es el hayal, único que puede procurar alimento a los inmensos bandos que se forman en esta estación. Pasan la noche en un dormidero donde convergen todos los pájaros de la zona, en un radio de más de 10 kilómetros. Los machos comienzan en primavera a adquirir su rica librea nupcial, en la que destaca un naranja vivo resaltado por un negro lustroso. En nuestro país prácticamente no se les oye cantar nunca, ni lanzar su grito monótono, tan parecido al del Verderón Común. Se reproducen en los bosques más septentrionales del mundo, la taiga, y sobre todo en los últimos y desmedrados abedulares, cuyas escasas hojas resaltan su plumaje. Posado en las ramas, el macho, poco arisco, desgrana un grito nasal, mezclándolo con las llamadas melodiosas de los Chorlitos Dorados que crían en las vecinas turberas.

Familia:Fringílidas
Nombre cientifico:Fringilla montifringilla
Orden:Passeriformes
Caza:Especie Protegida
Longitud:15
Habitat:Cultivos
Identificación:Obispillo blanco; macho, pecho y mancha en los hombros, blanco ocráceo anaranjado; cabeza y partes superiores negro brillante en verano, en invierno moteado de pardo; hembra, partes superiores pardo apagado.
Nidificación:Nidifica en Escandinavia y Siberia; construye, en árbol, un nido en forma de copa profunda; puesta, de mayo a junio, normalmente de 6 a 7 huevos azul verdoso o pardo oliváceo con puntos y rayas oscuras; incubación, sólo por la hembra, de unos 13 días; los pollos, alimentados por la pareja, dejan el nido sobre los 15 días.
Alimentación:Semillas, hayucos, grano; algunas veces bayas; en primavera insectos.

La llegada a la Península Ibérica del Pinzón real, Fringilla montifringilla, es un hecho regular todos los años a partir de la segunda mitad de septiembre en que los primeros ejemplares de este Pinzón netamente migrador son vistos en los campos de montaña. Sin embargo, no es notoria su presencia hasta el mes de noviembre si antes no median condiciones meteorológicas excepcionalmente duras con vientos del Norte. Aunque el plumaje que viste mientras habita los campos ibéricos es más apagado y parduzco que el típico de primavera en que la cabeza y espalda son negras, su obispillo de color blanco y el anaranjado de los hombros y el pecho son rasgos distintivos frente al Pinzón vulgar. Esta distinción es importante en las hembras, muy parecidas en ambas especies y, sin embargo, fácilmente separables por el blanco obispillo de montifringilla. En cuanto llega a Iberia vaga por los campos en compañía de bandos de pinzones vulgares y a simple vista resulta difícil observarlos. Solamente al volar, el color del obispillo y la típica llamada, un metálico y áspero ¡¡tsuirp!!, o un repetido y rápido ¡¡quicquic...!!, lo diferencian inmediatamente.

En la mayor parte de Europa este pájaro de los bosques de abetos escandinavos, donde es con el Mosquitero musical, la especie más común, es un visitante plenamente invernal. Pero las variaciones en su población son grandes. Incluso en los lugares habituales de cría puede haber desplazamientos hacia el Sur y ocupar bosque de pinos de las costas bálticas, e incluso se ha comprobado una esporádica reproducción en Escocia (1920). Como ya se decía antes, esta especie es probablemente el único pájaro de la familia fringillidae completamente migrador que deja vacío su hábitat de primavera, volando hacia el Sur, sobre todo de noche. A partir de octubre se concentran en áreas donde la cosecha de hayucos (Fagus sylvatica) ha sido grande. De este modo, un desfase en las producciones de semillas entre el Norte y el Sur puede dar lugar a auténticas invasiones que, de hecho, se producen con más frecuencia de lo que los observadores pueden apreciar. La mayoría de los hayedos están situados en Iberia en laderas Norte de la Cordillera Cantábrica y en los Pirineos. Algunos años son muchos los millares de pinzones reales que se concentran en ellos, a menudo sobre la misma nieve, tratando de encontrar los hayucos. Esto no impide que puedan ser también observados en zonas más próximas a la costa. No obstante, en bajos niveles su aparición coincide invariablemente con tiempos fríos y nevadas. La población invernante, regular en inviernos templados como los que estamos viviendo, no es muy elevada en Iberia y se centra sobre todo en alta montaña y laderas con nieve muy somera. En numerosos lugares este pájaro pasa muy desapercibido y es frecuente verlos solitarios o en grupos reducidos. Es escaso e irregular en Baleares y Levante. No raro en Galicia con tiempos duros. Algunos alcanzan el norte de Africa y en Marruecos se considera raro e irregular (Pineau y Giraud-Audine). Quizá sea más numeroso en las laderas del Atlas Medio. Nunca en España, en las enormes cantidades que algunos inviernos se concentran en el centro de Europa. Ocasionalmente allí la masa de invernantes ha llegado a ser impresionante, calculándose, por ejemplo, en Suiza durante el invierno de 1951-52 que en una zona muy reducida podría haber no menos de 100 millones de pinzones reales, probablemente la totalidad de la población que se reproduce desde las costas noruegas hasta los Urales, estimada en 26,5 millones de parejas. Fringilla montifringilla ha desarrollado una técnica muy eficaz para abrir los hayucos y extraer las semillas. Su paso por bosques de hayas es fácilmente detectada en el invierno, observando los frutos caídos en el suelo.

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