Buena cosecha

Decía un buen amigo, cazador y baserritarra para más señas, que esto de la caza se asemeja a aquel dicho popular que dice «con el amor y la guadaña, fuerza y maña». Sus razones tendrá el viejo cazador, pero quizá debería haber añadido que querer lo que se hace aporta un punto de libertad importante, al contrario de hacerlo porque uno puede y las fuerzas le acompañan.


Dudo que los que no comulgan con esta práctica lo entiendan y hasta cierto punto lo puedo admitir ya que no ven en el cazador más que a un matarife vestido de guerrillero dispuesto a acabar con todo lo que se le ponga por delante. Mas repruebo que estos mismos señores pongan el grito en el cielo porque las palomas defequen en los balcones y las gaviotas ocupen sus tejados en los pueblos costeros. Ni les cuento hasta donde llegan sus lamentos si tropiezan en la carretera y de noche con un animal salvaje. Es lo que hay, unos empeñados en regularlos y otros con ñoñeces para que se prohíba también la media veda. A pesar de todo, Castilla y León, lugar donde más se desplazan los cazadores vascos, desvedará el día 15 de agosto la zona sur y el 21 de agosto la norte, no en vano es previsible que se abatan del orden de 550.000 codornices de un total de 1.200.000 que se cazan en España. Aragón ocupa el segundo lugar con 240.000, seguido de Castilla La Mancha con 160.000. Una buena cosecha de cereal, como la de este año, siempre ayuda a alcanzar estas cifras porque las codornices procrean con más facilidad. De hecho, en la zona norte de Huesca, donde está prácticamente cosechado, los avistamientos en el momento de la recolección están siendo abundantes. ¿Qué va a pasar de aquí hasta mediados de agosto, fecha en la que se produzca la desveda? Posiblemente muchos movimientos migratorios, porque en un erial donde no aguantan ni los lagartos las codornices buscarán zonas más frescas y protegidas, vaya usted a saber dónde. Es posible que muchas de esa zona suban hasta Centro-Europa. Ahora es el momento de los descartes de conejos, tiradas de torcaces siempre agradecidas y esperas nocturnas al jabalí, sin olvidar los recechos al corzo, siempre difíciles por estas fechas. En fin que el que no se consuela es porque no quiere o su economía no se lo permite. Esta segunda posibilidad, con la que está cayendo, es la más numerosa sin lugar a dudas.
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