Se adelanta el cereal

Esto de la codorniz es algo así como el Guadiana, aquí agua y allí seco, aparece y desaparece como por arte de magia. Cuando más crees entenderlas más sorpresas te llevas, por mucho que te empeñes en analizar sus movimientos con ‘sapiencia campera’, acentuado por la intervención del hombre en la Naturaleza.


Pero no es tanto el hecho de que las mieses vengan adelantadas fruto del calor, y eso nunca es bueno para la codorniz. La recolección y enfardado en época de reproducción supone muchas bajas, como es sabido. Pero importa poco a nuestros políticos, la pela es la pela y el granero debe rebosar hasta las cartolas, por encima del bien y del mal. Y que nadie se moleste con estas aseveraciones porque de lo contrario tiempo tiene de arreglar los entuertos de otros años. Obliguen a cosechar las piezas de dentro hacia afuera levantando palmo y medio la cuchillas de las cosechadoras y se sorprenderán de los resultados. Lo demás son milongas y ganas de marear la perdiz. ¿Cómo les van a creer luego cuando se les llena la boca hablando de conservacionismo mal entendido? Prediquen con el ejemplo si quieren ganarse a los cazadores, de lo contrario no les vayan con memeces sobre la compleja gestión de esta migradora y mucho menos con amenazas veladas de una posible veda de esta práctica. Nadie como el cazador conoce a las africanas y las cinco normas básicas para gestionarlas y protegerlas: cosechar de día de dentro hacia fuera, levantar la altura de las cuchillas de las cosechadoras, no retirar la paja al menos durante un mes, regular el pastoreo abusivo y dejar linderos sin cosechar. Sin olvidarse de regular el cereal de ciclo rápido tan de actualidad y malo para codornices y perdices en época de cría. En cuanto a las perspectivas codorniceras cara a la media veda, todo apunta como siempre a las zonas tardías de recolección como último reducto. En fin, que cuando no es una cosa es otra. Mientras tanto los que están pagando con su esfuerzo y dinero los animales motivo de su afición siguen aguantando estoicamente la incompetencia de unos señores que esto de gestionar la Naturaleza les cae más grande que a un cura dos pistolas.
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