El embrujo de la luna

Como casi siempre hubo muchas codornices unas semanas antes de la apertura, pero llegó la luna, la más luminosa del año, y las codornices tomaron las de Villadiego. Así y todo, y como no podía ser de otra forma, está habiendo de todo, zonas aceptables y otras no tanto. Es el gran misterio de la migración, sobre todo para un ave tan sensible como la codorniz.


Los hay también cazadores muy molestos por la retirada de la paja en muchas zonas. Incluso en algunos terrenos los agricultores se han permitido pasar el destrepador, cuando no el arado. No es justo. ¿Tanto cuesta aguantar dos o tres semanas para que aquellos que con su dinero sufragan los gastos del municipio se diviertan un poco? La falta de cobijo hace que las codornices se desplacen, si es que no perecen antes enfardadas entre la paja. ¿Dónde está el movimiento ecologista para denunciar que se coseche y se enfarde de noche? Más fácil y con mayor repercusión en los medios resulta arremeter contra los cazadores alegando que prohibiendo la caza de la codorniz se solucionaría el problema de la regresión. Bueno, que yo sepa las capturas de codornices durante la temporada 2000-2001 fueron de 1.210.000 ejemplares aproximadamente. Esta cifra ha ido in crescendo hasta alcanzar la temporada 2010-2011 el número de 1.527.000, según un estudio elaborado por José Luis Garrido, de Fedenca. Argumentan también los ecologistas que desde la década de los años 90 la superficie agraria de España ha disminuido principalmente a causa del descenso de la superficie dedicada a los cereales de secano. Es posible, pero ni mucho menos suficiente para que incida de modo alguno en las poblaciones codorniceras. Más tendría que preocuparnos a unos y otros las nuevas prácticas agrícolas tan agresivas para la fauna en general. ¿Saben por qué suben las codornices cada vez más hasta la misma Letonia? Sencillamente porque encuentran un hábitat mucho menos agresivo y más humanizado. En cuanto a la tórtola, habría que matizar que puede ser también una temporada aceptable. Por su carácter gregario quizá sea mucho más fácil cuantificar con cierta equidad. Antiguamente el trigo era la base de alimentación de estas aves y, a su llegada a la península, en todo el sur, encontraban un hábitat idóneo de residencia. Ello motivaba, lógicamente, una concentración masiva de tórtolas en una zona relativamente pequeña. Sin embargo últimamente se ha consumado una trasgresión de los hábitos nutricionales de las tórtolas y si bien antes eran los trigos la base de la alimentación, hoy son los girasoles, distribuyéndose la especie prácticamente por toda la península.
Comparte este artículo

Publicidad