Llegó la calma

Por fin terminó satisfactoriamente para los cazadores el culebrón del borrador del Reglamento de Armas con una modificación sin mucha trascendencia en relación con el Reglamento, según lo prometido por el Vicepresidente Primero del Gobierno y Ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.


Destaca de este nuevo borrador colgado en la página web del Ministerio del Interior los requisitos para inutilizar las armas —armas de fuego que se deseen poseer sin el correspondiente permiso de armas— y que de modo alguno afectan de manera importante al colectivo, si bien se podría introducir alguna matización. De hecho, hasta el 20 del corriente se puede presentar alegaciones. Este borrador es el resultado de limitar el contenido inicial del Proyecto solo a lo necesario e imprescindible para incorporar a nuestro ordenamiento jurídico, con carácter urgente, la Directiva del 2008 del Parlamento Europeo, por lo que modifica la Directiva del Consejo de 1991, cuyo plazo de transposición finalizó el pasado 28-07-2010. Una fecha importante para todos los que hemos trabajado para que el anterior proyecto no vea la luz, y es que la lógica no tiene más que un camino por mucho que algunos se empeñen de una u otra forma en acabar soterradamente con la práctica de la caza. Porque para gestionar la Naturaleza es imprescindible el uso de las armas. De hecho, el hombre cazador, a lo largo de su existencia y desde el mas absoluto primitivismo hasta el máximo desarrollo conocido, ha tenido que auxiliarse de la única herramienta que, abandonando su funcionalidad, ha alcanzado rango de obra de arte. Por mucho que algunos se empeñen en ver en las armas deportivas cualidades morales —buenas o malas armas— impropias de entes inanimados. El desconocimiento conlleva normalmente miedo, pero el peligro no está en sí mismas, sino en el que las porta, por eso nuestro Reglamento —el más restrictivo de Europa— exige una serie de requisitos para garantizar el correcto uso de las armas.
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