El jabalí amenaza Europa

Un reciente estudio elaborado por la Organización Europea de Terratenientes (ELO) presentado en el Parlamento Europeo para su análisis y evaluación, reveló que el aumento de las poblaciones de jabalíes está causando graves perjuicios en las economías de muchos países miembros de la Unión Europea.


La explosión demográfica del jabalí en Europa, como así titularon este informe, destaca como dato de referencia que la camada de suidos en el viejo contiene ha crecido alrededor de un 200% en los últimos años. Una de las causas de este crecimiento exponencial se achaca a los cambios climáticos, ya que unos inviernos más suaves favorecen la supervivencia de estos animales. Por otro lado, las prácticas agrícolas apoyadas por las diversas políticas europeas, como la aparición de monocultivos crecientes (maíz, trigo, colza, etc.), provocan que los grupos de jabalíes encuentren grandes áreas de refugio donde esconderse y alimentarse con facilidad. Estas parcelas proporcionan por sí solas unas zonas aisladas y tranquilas, alejadas de la presencia de excursionistas o cazadores, propiciando la proliferación de los individuos. El cambio de uso de muchos espacios naturales en zonas recreativas es otro de los motivos del aumento poblacional, generando un incremento significativo de puntos de cobijo para los marranos, en donde escapan a los métodos de control cinegéticos al estar prohibida su práctica en estos lugares. A los factores citados anteriormente, también hemos de unir los criterios propios de la especie. Su carácter gregario, oportunista y de hábitos nocturnos facilita la multiplicación de la especie, a la que no le importa caminar durante kilómetros para saciar su hambre y sed, o deambular por las cercanías de las ciudades o sus propios parques en busca de alimento. Esto último, aunque descabellado, es más frecuente de lo que parece. En algunas grandes urbes europeas, el avistamiento e incursión de jabalíes es algo muy frecuente, como así sucede en Milán, Génova, Trieste, Barcelona, Toulouse, Pau, Berlín, etc., con el consiguiente trastorno, peligrosidad y perjuicio para viandantes, vecinos o vehículos que transitan por la zona. La ausencia de depredadores que tiene el jabalí en la mayor parte de Europa hace también que su mortalidad sea mínima y que su tasa de crecimiento anual siga descontrolada. Por todas estas premisas la mayoría de países europeos están tratando de encontrar una solución a este problema a través de decisiones y leyes que a menudo son contradictorias y que, hasta la actualidad, no han logrado resultado, pues ningún país ha podido reducir la población de jabalíes. A consecuencia de ello, los daños causados por estos animales en los cultivos agrícolas son cada vez más importantes, incrementándose año a año, como en Alemania, con 40,6 millones de Euros (M€) en pérdidas, Francia 25 M€, Italia 8 M€ y Luxemburgo con 500.000 €. Las previsiones de futuro indican que estos precios de compensación en los diferentes países europeos siga aumentando, pues así lo hace cada año las poblaciones de jabalíes y los costos de producción agrícola. Otro dato preocupante son los accidentes de tráficos ocasionados por estos cerdos salvajes, pues han aumentado en torno al 20% en el último lustro, lo que conlleva un aumento en las cuantías económicas y lo que es peor, la pérdida de vidas humanas. A todo esto hay que añadir la proliferación de enfermedades aparejadas a este suido, como la gripe porcina, la brucelosis o la tuberculosis, y que pueden llegar a contagiar tanto a humanos como a la cabaña ganadera. Todo este amplio estudio pone de manifiesto que las políticas de ciertos países con respecto a las restricciones cinegéticas están siendo equivocadas. La catalogación de tantos espacios naturales sin que en ellos se pueda practicar la caza (véase el caso de los Parques Nacionales españoles), o la disminución de los periodos hábiles, supone una vía de escape para este tipo de especies dañinas y depredadoras, cuyo campeo incontrolado está provocando la desaparición de especies como el urogallo, la ruina de titulares de cotos y agricultores, y los pagos millonarios procedentes de las arcas de la Administración.
Comparte este artículo

Publicidad