Modificaciones legales, caza e inseguridad jurídica

El 5 de marzo de 2015 se publicó la Ley de Caza de Castilla-La Mancha. El 8 de noviembre de 2015, unos meses después, comenzaron los trabajos para su modificación. Entre tanto, la Ley se ha quedado coja, a falta de desarrollo reglamentario.


Gobierno nuevo, ley nueva. Tendrá que esperar el reglamento hasta al menos 2016. En la práctica esto supone dejar manga por hombro, a medias, numerosas e importantes cuestiones. Somos el país en el que ni se muere padre ni cenamos. Por si fuera poco, en este tiempo de cambios regionales al Gobierno de España se le ha ocurrido cambiar el Código Penal (con importantes novedades en los delitos relacionados con la fauna), la Ley de Enjuiciamiento Criminal, la Ley de Enjuiciamiento Civil, la de Jurisdicción Voluntaria… En resumen, un cisco para los juristas. Una jungla para los ciudadanos. Pero sobre todo un pisto para la guardería, la propia Guardia Civil, propietarios, y funcionarios… ¿tan mal estaba todo lo anterior de verdad? Llama la atención que la Ley de Caza de 1970 haya tenido una vigencia de más de cuarenta años. Aún sigue vigente en la Comunidad de Madrid y sigue rigiendo subsidiariamente en toda España… En Castilla-La Mancha rigió nada menos que veintitrés años: hasta de 1993. Pasada esa fecha, fue sustituida por una Ley de caza regional, que ha perdurado otros veintitrés años, hasta 2015. La actual, la Ley 3/2015, ya es conocida jocosamente como la breve, por el corto período de tiempo que estará vigente. Una reflexión: en la caza, como en el empleo, como en la economía, hace falta de verdad una visión a largo plazo. Llamenlo pacto de estado, libro blanco, estrategia, planificación, x. A estas alturas hasta los perros reconocen la importancia de la actividad cinegética a todos los niveles (cultural, social, económico, conservacionista…). En esta hora, no hay quién cuestione —animalistas aparte— la necesidad de la actividad y su presencia como parte de cualquier paisaje rural. Pero defender la caza y poner diques a la ola de críticas, ataques y bofetadas mediáticas, exige una mínima reflexión, una dosis de autocrítica, y algo de humildad. También ejemplaridad e ideas y proyectos innovadores. Por qué no compromiso de todos «si sigues haciendo lo que siempre has hecho, seguirás siendo lo que siempre has sido». La situación de las fichas en el tablero electoral, después de las votaciones del 20 de diciembre, únicamente dejará una cosa clara: nos encontraremos ante una situación inédita y a la que los viejos políticos no se han enfrentado nunca. La caza, el sector, tendrá que jugar a blancas, a negras, pero también a moradas y naranjas. En cuanto a Castilla-La Mancha, auguro un desolador panorama a pesar de que estoy seguro de que las modificaciones de la Ley vigente no serán quirúrgicas, sino paliativas (al tiempo). El verdadero daño ya está hecho. Se llama inseguridad jurídica y no vendrá de unas modificaciones, que en algunos casos se impusieron venciendo, pero no convenciendo, en medio del fango preelectoral. El perjuicio es la falta de claridad de las reglas del juego y la mutación cada cuarto del marco legal. En este río revuelto no dudarán en pescar Ayuntamientos y Diputaciones y otras Direcciones Generales. Y puestos a mover, no duden ni un segundo de que se mudarán otras normas, todas con los mismos vientos y la misma dirección. Al tiempo.
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