Caza y ecologismo: el escándalo de Larry Flynt

‘El escándalo de Larry Flynt’ es la historia del millonario promotor de la revista Hustler que acabó siendo dueño de un emporio editorial relacionado con la industria del porno en Estados Unidos.


Larry Flynt, es un provocador que hace del escándalo y el ruido en los medios de comunicación la mejor campaña de publicidad de su industria, el porno. En plena revolución sexual, Flynt —sin pensarlo—, se termina convirtiendo en uno de los abanderados de la primera enmienda de la Constitución norteamericana, la libertad de expresión. Recomiendo vivamente a todos los que no hayan visto la película dirigida por Milos Forman que vayan inmediatamente al videoclub o que recurran a YouTube. Milos Forman es el director de títulos tan conocidos y geniales como Ragtime o la oscarizada Alguien voló sobre el nido del cuco.
Ecologistas en Acción ha seguido la senda del magnate del sexo haciendo de la escandalera mediática su estandarte y de las órdenes de veda, y la caza, una piñata a la que apalear cada año a golpe de impugnación, demanda y ruido de tribunales. La cuestión es que jaleados por el éxito que supuso para ellos la anulación de la orden de vedas de 2007 en Castilla-La Mancha y posteriormente en Castilla y León, el Anteproyecto de Ley de Caza que prepara el gobierno de Castilla-La Mancha se ha vuelto a convertir en su pim, pam, pum para este año. Recientemente, Ecologistas en Acción ha anunciado que va a hacer una batería de alegaciones al Anteproyecto de la Ley de Caza de Castilla-La Mancha. Está en su derecho. El problema no es que llueva sobre el mojado papel de las órdenes de vedas autonómicas y la poco diligente técnica legislativa de algunas administraciones. Lo peor, la más lamentable de las realidades, es que a pesar del zarandeo continuo de administraciones y normas, las autonomías siguen enrocadas en la exclusividad de su competencia autonómica en materia de caza. La ocasión, el que las campanas sigan doblando y repicando, requiere más altura de miras. Demanda una respuesta conjunta al continuo vapuleo de las órdenes de vedas. Poco sentido tiene —ninguno— que se siga hablando de especies migratorias en clave autonómica por ejemplo. Es como hablar de cambio climático desde el patio de mi casa. Es abordar la contaminación atmosférica en una comunidad de vecinos. Es discutir sobre la amenaza nuclear desde el bar de la esquina. La realidad es que, en esto de la caza, tantos años de desgobierno, de falta de un timón y un rumbo en la Administración Central han llevado a esta deriva con las órdenes de veda. El ejemplo de libro de mala técnica legislativa es la figura del especialista en control de predadores en Castilla-La Mancha. Primero se aprobó una orden para regular los cacharros (métodos) autorizados. Segundo, se aprobó otra orden para regular los requisitos que tenían que reunir los señores que usen las trampas autorizadas (homologadas). Tercero, se aprobó otra orden para corregir los errores de las otras dos anteriores y añadir alguna cosilla. Cuarto, se aprobó una última orden para regular cómo tienen que ser las chapitas que identifiquen cada una de las trampas. Por cierto, según los interesados, la forma en que han de grabarse las chapitas es tan complicada que no encuentran quién lo haga, así que no me extrañaría que saliera una séptima orden para modificar lo anterior; quinto, otra norma que regula las pruebas de acceso y el examen para la obtención de título de especialista en control de predadores; y sexto, otra orden para corregir errores de otra anterior (la primera). Total seis normas para regular lo mismo. ¿Esto es simplificación? ¿Es esto seguridad jurídica? ¿No sería posible que una única norma a nivel nacional regulara todo esto? Ecologistas en Acción no hace más que lo que se le ha dejado hacer. Golpear en la parte débil, la más descubierta, la más vulnerable; aprovechar el caos y la profunda debilidad de unas administraciones desgastadas y enredadas en sus propias marañas legales, competencias, luchas políticas y otras miserias. La anulación de la orden de vedas fue algo secundario para los verdes. El jamón para ellos, la esencia, es la promoción gratis que les proporciona la algarada mediática de su negocio de porno ecologista. Como Larry Flynt, han hecho de la escandalera y las portadas su mejor escaparate.
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