Se hace camino al andar

Son ya seis los observatorios de la RFEC que hemos celebrado. Los creamos a falta de un foro de opinión en donde concebir una postura sobre temas de actualidad y de utilidad real para el cazador español, conscientes de que la caza tiene una función social importantísima y genera beneficios a su entorno.


La caza en los espacios protegidos era un melón que tenía que ser abierto con valentía. Hemos vivido una etapa en la que han reinado los eufemismos, las medias verdades y en la que el dinero público ha servido para camuflar realidades. Me refiero, cómo no, a la prohibición de la caza en espacios públicos como Quintos de Mora, Contadero-Selladores y Parques Nacionales como Sierra Nevada, Monfragüe, Cabañeros o Picos de Europa. Espacios tradicionalmente cinegéticos, en los que ahora se «controlan poblaciones», pero según la versión oficial no se caza. La crisis nos revela que no llamar a las cosas por su nombre ha sido un grave error. Aprendamos. Además, en un contexto de contención del gasto es ilógico que la caza, el control de poblaciones en los parques o espacios protegidos, se siga haciendo a cargo del bolsillo del contribuyente. Una caza deportiva social, racional, sostenible y ejemplar, supondría un alivio para las arcas de las entrampadas administraciones, de respiradero para las economías locales y de esparcimiento a los aficionados de toda España. Como agua para chocolate en pueblos como Horcajo de los Montes, Retuerta o el propio Cabañeros. No es cierto que el resto de usos del Parque sean incompatibles con la caza: ¿Cuántos visitantes tiene el Parque en el mes de enero? Se lo digo yo, ni uno. La cita es esta vez en Ciudad Real, que se ha convertido, gracias al IREC, a las personas y la gran cantidad de iniciativas que se cuecen en la provincia, en un referente a nivel nacional en materia de caza. El Observatorio se celebra en el marco, mejor en el epílogo, del Congreso Internacional de Caza y Sostenibilidad que organiza el Instituto de Recursos Cinegéticos Español (IREC) en su sede. En un tiempo de cambios, es necesario plantear abiertamente, sin tapujos desde la RFEC, la necesidad de regularizar la caza en los espacios protegidos y romper las costuras de unos prejuicios que no son más que eso, prejuicios. Llamemos de una vez al pan, pan y al vino, vino.
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