Somos lo que hemos pensado

De alguna forma, nuestras vidas y nuestro destino aparecerán fijados en el futuro por nuestros pensamientos. Estos implican de forma determinante actitudes positivas o negativas en función de cuáles sean los problemas que hemos de abordar, pero sobre todo, en función de cómo los abordamos.


Hoy somos lo que ayer hemos pensado… Es cierto… pretendo que esto sea un ejercicio de autocrítica absolutamente notorio, pues llevamos muchos años, y yo el primero, quejándonos, lamentándonos, lloriqueando en nuestras publicaciones de la falta de respeto que nos profesa la sociedad urbana. He llegado a la conclusión de que esa negatividad que impregna nuestro juego a la defensiva, determina de algún modo la falta de capacidad para transmitir nuestro mensaje a la sociedad. Cuando argumentamos negativamente, tenemos menos posibilidades de transmitir nuestro mensaje. Nuestro discurso tiene que ser capaz de cambiar en positivo, por ejemplo hacia la divulgación científica. Recientemente así lo ha hecho la Federación Galega de Caza al apadrinar la publicación de un estudio universitario que demuestra la existencia de una superpoblación de zorro. En frente encontramos los postulados que manejan los grupos ecologistas contrarios a los campeonatos de zorro. Ellos mienten, tergiversan y manipulan diciendo que el zorro está a punto de desaparecer. Pero, aunque su discurso es de clara y marcada intención política, llega a la sociedad mediatizada por ser más fácil de asimilar, más ingenuo en apariencia que el nuestro y porque nosotros no estamos siendo tan hábiles, pues aún usando de la verdad, si ésta no se transmite de forma positiva, de poco valdrá el fondo del mensaje. Su forma, la forma de este nuestro mensaje, es la que se me dibuja como defectuosa. Es necesario que el camino emprendido por los federados gallegos sea emulado por el resto de los responsables cinegéticos en todo el territorio nacional, buscando colaboraciones en el mundo de la investigación y divulgación universitaria, intentando llegar a la población adolescente mediante charlas extraescolares y/o monitores de campamento especializados en caza y medio ambiente. En definitiva, el llegar a nuestros jóvenes con un mensaje en positivo, verdadero y sin complejos, será siempre más productivo haciéndolo en esas tempranas edades y no esperar a que los sectores que pretenden politizar las mentes de nuestros jóvenes, argumentando contra la caza, hayan dado por descargado su programa de abducción ideológica. Estamos llegando tarde y mal con nuestros argumentos de enfrentamiento cargados de negatividad. Hemos de pensar que a esta sociedad le ofende más que alguien ponga en duda las causas del cambio climático, que si algún antisistema llena de pintadas un paso de Semana Santa. Es absolutamente contrastable que quienes quieran llegar a transmitir el pensamiento de que la caza es un elemento de necesario control y gestión para las especies, no debe de tomar el nombre de este nuevo Dios Climático en vano, pues su sola mención ya estará lastrando nuestro discurso. Para muestra un botón… imaginémonos que colocamos publicidad en dos autobuses. Uno llevará un logo negando la existencia de Dios, y otro negando la existencia del cambio climático. ¿Cuál de los dos autobuses corre riesgo cierto de llegar a las cocheras apedreado o pintarrajeado?… Creo que todos hemos pensado en el mismo. Esto nos puede hacer ver cual es el talante de nuestro oponente, se descalifica solo pues son lobos con piel de cordero. Si nuestro discurso a la sociedad se hace en positivo llegaremos a sintonizar con ella. La verdad, con pensamientos en positivo y un discurso amable nos proveerá de mejores frutos ante la opinión pública que con un discurso de confrontación. Pues si «somos lo que ayer hemos pensado», también hemos de ser, en el futuro, lo que «pensamos ahora», es un camino difícil pero hay que comenzar.
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