Encrucijada

La encrucijada, el cruce de caminos, la decisión que condicionará nuestro futuro, ese es el lugar exacto en que nos encontramos. La economía nos condiciona en todos los ámbitos sociales de una forma absoluta, determinante.


Finalizándose ya la temporada, encontramos que muchas monterías no han sido cubiertas. Los precios en muchas de esas citas monteras son ridículos, habiéndose dejado de montear terruños petados de reses pero cuyos gastos sobrepasaban los ingresos. Algunos propietarios han optado por hacer descastes masivos de ciervas, en donde se incluían, como reclamo, el abate de venados de gran porte, al tiempo que a los nuevos no se les permitía tirar. Necesitan vaciar de reses muchas manchas antes de que la consanguinidad cause estragos y la tuberculosis y la sarna campen por sus respetos como ocurre en los pésimamente gestionados territorios dependientes de la administración, hablo de los parques nacionales y algunas reservas regionales, no todas. Veremos pronto como muchos cercones abren sus cierres para que las reses campen libres de los gastos que a ‘pienso completo’ les generaban a sus dueños. Alguno llegará a pensar en cargar un camión y librarse de tantas bocas de cervuno que alimentar, soltándolos en el primer monte público que se les ocurra. La economía lo inunda todo. La cuenta de resultados negativa, hará que el aumento de las especies de mayor sea en los próximos años un problema enorme, a tener en cuenta en el tráfico rodado y en los cultivos.
Ante esta situación, como vaticina José Luis Garrido, «¿se creará el Real Cuerpo de Cazadores de España, para el control cinegético?». Otra posibilidad podría ser que llegasen a pagar a cazadores para que actúen a modo de alimañeros al salir de trabajar. ¿Descontarán los haberes percibidos por esta actividad del subsidio de desempleo?… Quizás puedan compatibilizarse con la percepción de la ayuda familiar, o cuenten como jornadas del PER. No lo sé. Lo que sí sé es que otra solución al inmediato problema que se nos avecina sería tratar el inconveniente de forma transversal. Sería preciso que la administración no continuase echando piedras sobre su propio tejado y comenzase a promocionar, en los colegios, la imagen de la caza como ejemplo de sostenibilidad y control de las especies. Se necesita, como ocurrirá en la nueva Ley de Caza gallega, que los niños empiecen con catorce años. Incluso que se eliminen los exámenes del cazador y de armas y sean sustituidos por cursos presenciales impartidos por las federaciones y asociaciones cinegéticas. Una didáctica, fomentada desde el Estado y favorecedora del relevo generacional de la caza, ayudará al futuro económico de un rural vivo y digno. Justo lo contrario que a día de hoy están haciendo tantos profesores de corte y córtex urbanita que, avivando entre las nuevas generaciones el odio a la caza, sólo conseguirán que en quince años más, la ruina económica del campo sea absoluta. La del país también. Espero que este problema empiece a ser percibido en toda su dimensión por parte de la clase política española. Mientras, en mi amado Finisterre ya está siendo tomado en consideración por la clase dirigente. Dicen, las malas lenguas, que los sindicatos agrarios y la Federación de Caza han entrenado jabalíes kamikaze para que se estrellen contra los coches del Presidente de la Xunta y sus Conselleiros. El de infraestructuras ya ha caído, se cree que los próximos en el punto de mira de los jabalíes kamikaze serán la de ‘Agricultura’ y el de ‘Educación’. Las encrucijadas son lo que son: ¡Cruces peligrosos! Publicado en Federcaza de febrero
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