A vueltas con lo mismo

Hoy día y tristemente, los accidentes en el ámbito cinegético se suceden con mucha más asiduidad que en décadas anteriores, todo ello motivado o por una concienciación menos responsable para con el uso de las armas, una relajación para con las normas y una degradación de las costumbres.


También cabe destacar que, día a día, son más las escopetas que salen al campo sin haber sido instruidos en su uso y forma. Era antaño cuando la actividad cinegética se heredaba de nuestros mayores y se aprendía junto a ellos. Hoy se vive a un ritmo mucho más acelerado y a muchos de nosotros nos llega la afición ya entrados en años, ello conlleva consigo un aumento de la probabilidad de crear un accidente ya que desconocemos muchas de las precauciones a tomar en determinadas circunstancias, sería un motivo de excusa, aunque considero que el evitarlo no está dentro de ninguna estadística ni aprendizaje, sino dentro de cada uno de nosotros. Nosotros somos los que tenemos que convencernos de que lo que llevamos entre las manos no es una raqueta, ni un balón, ni un bate de béisbol o un palo del golf, como pudiese entenderse en otro deporte, lo que llevamos en nuestra disciplina deportiva entre las manos no es nada más ni nada menos que un arma, y como tal, puede ejercer un daño irremediable en cualquier persona, animal o cosa que se encuentre a nuestro alrededor. No nos cansamos en los medios de hacer hincapié en este tema tan peliagudo, a cuento de evitar acciones como las que se están produciendo durante esta última campaña, que a pesar de la implantación del chaleco o las prendas vistosas, fosforitas o de colorines, a pesar de recalcar la importancia de saber hacia donde se tira, a pesar de recordar una y otra vez en cada junta, en cada reunión, en cada insctrucción que se da sobre una cacería que prevalece más una vida a un lance, se siguen produciendo tragedias día a día, con resultados de distinta índole. Y ya, el colmo de los colmos que hacía rebosar el vaso que albergaba mi paciencia se vertió cuando escuchaba aterrado la terrible noticia del fallecimiento de una niña por el disparo accidental de su propio hermano mientras manipulaba una escopeta de aire comprimido. ¿Dónde ha quedado la educación?, ¿dónde están todas las precauciones a tomar para con los niños? Pero no es cuestión de buscar culpables, es cuestión de poner remedio sea como sea a esta situación que se nos está viniendo encima, porque tan solo quince días antes se producía muy cerquita de mi casa otro accidente, esta vez un disparo en las caderas de un jóven que había sido confundido con un jabalí, tampoco es cuestión de buscar culpables, es cuestión de recalcar de nuevo y no cansarnos de gastar saliva al decir que hay que ver siempre sobre lo que se dispara, asegurarnos de la procedencia del vareteo o movimiento de las matas, que detrás de esa maleza puede haber cualquier cosa, como tristemente sucedió en este caso. Es cuestión de volver a recordar todas esas normas, que seguramente muchos de vosotros no leeréis, no terminaréis de pasear las páginas de esta entrada porque supondréis que las sabéis, pero que no viene mal recordar, aunque sea de vez en cuando, si eso sirve para evitar que alguna situación de peligro se produzca. Por ello y con el fin de evitar estos accidentes os dejo algunas normas que por el bien de todos se deberían de aprender bien: NORMAS BÁSICAS DE SEGURIDAD EN EL HOGAR - No dejar nunca las armas ni los cartuchos al alcance de los niños. - Mantener el arma desmontada en el interior de su estuche o funda. - Guardar los cartuchos en lugar fresco, cerrado, seguro y alejado de conducciones eléctricas. - Antes de salir a una jornada de caza, comprobar que los cartuchos son del mismo calibre que el arma. EN EL AUTOMÓVIL - Las armas deben estar siempre guardadas en su estuche o funda. - Los cartuchos deben protegerse. - Está prohibido portar armas desenfundadas en los vehículos aunque estén descargadas. ANTES DE LA CAZA - Verificar que los cañones no están obstruidos dado el alto riesgo de explosión. - Mantener siempre la escopeta abierta y descargada. - No apuntar nunca a una persona o animal doméstico, aunque el arma esté descargada - El arma debe estar siempre vigilada. DURANTE LA CAZA - Sólo cargar el arma en el último momento. - Cerrar siempre el arma de modo que los cañones no apunten horizontalmente. - Llevar el arma con los cañones mirando al cielo o el suelo para prevenir problemas en caso de disparo accidental. - Portar el arma con el seguro activado. - Prestar atención a accionamientos fortuitos del gatillo coincidiendo con situaciones imprevistas. - Prestar atención a la correa de sujeción del arma. - No apoyar jamás el arma cargada sobre un muro o árbol. - Antes de franquear un obstáculo, abrir el arma y retirar los cartuchos. - Después de atravesar zonas de vegetación espesa, verificar que ningún objeto extraño se ha introducido en los cañones del arma. - No colocar nunca el dedo en el gatillo hasta el momento de realizar un disparo. - No disparar jamás sobre una pieza que está fuera del alcance del arma o munición. - No disparar nunca en dirección hacia una persona, aún cuando se encuentre fuera del área de alcance efectivo. - No disparar a la altura de una persona sobre un bosque, maizal, etc, pues podría haber alguien que no se ve por detrás. - Nunca realizar tiros rasantes con armas rayadas dado su enorme alcance efectivo. - No disparar sin ver e identificar perfectamente la pieza. - No disparar sobre una pieza de caza que se dirige hacia otro cazador. - Durante el proceso de apunte, a parte de seguir la pieza, asegurar que no hay ninguna persona en la trayectoria del disparo. - Los rebotes pueden ser muy peligrosos por lo que no se debe disparar en dirección horizontal y sobre superficies duras. - Después de cada disparo comprobar que no existen restos del taco en el interior del cañón. - Tanto para cazadores como para batidores es recomendable el uso de gafas protectoras. - Los batidores deberán usar chaleco reflectante. - Para los cazadores es recomendable el uso de cinta reflectante en el sombrero. DESPUÉS DE LA CAZA - Abrir el arma y descargarla de forma que los cañones miren al cielo o al suelo. - Secar el arma y limpiarla exteriormente antes de introducirla en la funda o estuche. - Asegurarse de que el arma no está cargada y limpiarla bien antes de guardarla definitivamente en la funda o estuche. - Clasificar los cartuchos no utilizados por calibres y tipo de carga, y colocarlos en lugar seguro bajo llave. - Guardar las armas en armeros autorizados cuando así lo exija la legislación vigente Orden 841/2005, de 22 de junio, por la que se aprueba la Orden Anual de Caza. Artículo 8.- Regulación complementaria para la caza mayor. “En toda montería, gancho o batida de caza mayor que se desarrolle en cualquier tipo de terreno cinegético, los batidores y perreros deberán llevar puesta exteriormente una prenda de vestir tipo chaleco, de color amarillo, verde o naranja, de tonalidad llamativa y reflectante, al objeto de que puedan ser visualizados a gran distancia”. Sobre el chaleco: - Usar chaleco en las batidas ayuda a evitar accidentes. Gracias al chaleco los cazadores podrán divisar a los batidores a gran distancia. - Ten en cuenta que los animales no distinguen colores sino movimientos, por ello incluso si los cazadores llevan chaleco no serán detectados por los animales salvo que hagan movimientos bruscos. - En toda Europa los cazadores y batidores están obligados a llevar chaleco o cinta reflectante. El número de accidentes se ha reducido significativamente. Ley 4/96 de 12 de julio de caza de Castilla y León. Artículo 39.-Medidas de seguridad en las cacerías. 1.- En las monterías, ganchos o batidas se colocarán los puestos de forma que queden siempre desenfilados o protegidos de los disparos los demás cazadores. Tratándose de armadas en cortaderos u otros lugares donde varios puestos queden a la vista, deberán permanecer siempre alineados, pegados al monte que se montea y guardando la distancia mínima que reglamentariamente se determine, quedando obligado, en todo caso, cada cazador a establecer acuerdo visual y verbal con los más próximos para señalar su posición. 2.- Se prohíbe el cambio o abandono de los puestos por los cazadores y sus auxiliares durante la cacería, haciéndolo solamente con autorización del organizador de la misma o de sus representantes debidamente autorizados. 3.- En los ojeos de caza menor y en las tiradas de aves autorizadas, los puestos deberán quedar a la vista unos de otros, siempre que se encuentren al alcance de los disparos. Si la distancia de separación es inferior a 50 metros, será obligatoria la colocación de pantallas a ambos lados de cada puesto, a la altura conveniente para que queden a cubierto los puestos inmediatos. 4.- El organizador de la cacería colectiva deberá adoptar las medidas de seguridad indicadas y cualquier otra complementaria a las anteriores que se derive de la especificidad del lugar o cacería concretos, debiendo poner las mismas en conocimiento de todos los participantes. 5.- Con independencia de las medidas precautorias que deban adoptarse, cada cazador será responsable de los daños que, por incumplimiento de las mismas, imprudencia o accidentes imputables a él, ocasione a los participantes en la cacería. 6.- Queda prohibido cazar cuando las condiciones meteorológicas o cualquiera otra causa reduzcan la visibilidad de forma tal que pueda producirse peligro para las personas o animales.” CAZA=CONSERVACIÓN La caza es una riqueza natural. Por ello, el cazador debe ser consciente de sus deberes y responsabilidades ante la naturaleza en general, y ante la caza en particular. El cazado tiene el deber de fomentar la dimensión ética de la caza, así como la responsabilidad de transmitir su gran valor a generaciones futuras. El cazador debe respetar la legislación de caza, y también las leyes del equilibrio biológico. El cazador debe mostrar respeto tanto hacia las especies protegidas como las cinegéticas, así como respeto a las limitaciones establecidas a su derecho de caza. El cazador debe dejar constancia de su contribución a la conservación de la naturaleza practicando una caza responsable y respetuosa. El cazador debe cumplir con las normas de seguridad en el uso y manejo de las armas de fuego, así como evitar riesgos innecesarios y situaciones de peligro durante la práctica de la caza. El cazador debe fomentar, mediante el consejo y el ejemplo, la educación y el buen comportamiento de los jóvenes cazadores, así como el respeto hacia todos los compañeros de caza. Un comportamiento riguroso en la práctica de la caza contribuirá a conservar la Naturaleza, evitar accidentes durante la actividad cinegética, y a que el colectivo de los cazadores goce del respeto de todos.” (Texto extraído de la página web de la Oficina Nacional de la Caza) Y es que lamentablemente y cada día mas, se está perdiendo la ética en la caza, ya no se respetan las manos, ni los cupos, no se queda madre en el campo, la única pretensión es matar, y mientras más mejor, se abaten las hembras con crías en las batidas, se hacen auténticas “burradas” en los noviazgos monteros, no se respetan los lances a las piezas, se ametralla todo lo que alcance la vista, se perdió el respeto al compañero, que aunque sea desconocido he de respetar su mano o la corrida hacia su postura, nunca adelantarnos o cruzarnos, situación cada día es más frecuente, y así nos va. Todo ello motivado tal vez por la comercialización de nuestro sector, el cazador de hoy solamente busca “amortizar” el dinero invertido en un “día de diversión” y quien dice día, dice temporada o fin de semana o cualquier intervalo de tiempo por el cual el susodicho “cazador” halla pagado por la acción cinegética, o tal vez por otros motivos como un avance de nuestra sociedad hacia otros valores de vida, y otras miras, dejando atrás toda una serie de valores éticos que realmente son necesarios. PRACTICA LA CAZA RESPONSABLE. EVITA ACCIDENTES
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