Nuestros campos mueren de sed

¿Qué estamos haciendo mal? No podemos mirar a otro lado mientras nos cargamos nuestro planeta. El ser humano es el responsable de este maldito cambio climático que mata de sed nuestra flora y fauna.


Muchas personas, desde sus ventanas, no son conscientes de la triste realidad, lo tienen todo hecho. Abren sus grifos y el agua fluye como en un manantial en primavera, sus vistas a frondosos jardines urbanos les hace creer que eso es la naturaleza y solo mueven sus ruines dedos para criticar a los cazadores.

Mientras, nuestros campos se mueren.

Cada paso que doy en el campo, el triste polvo que levanto, hace que mi alma se desquebraje como los cauces de los ríos y pantanos. Mis ojos buscan la flora típica en estas fechas otoñales, y el único rastro que encuentro son las recuerdos de mi memoria recogiendo con mis hijos y mi padre esas deliciosas setas y hongos. Mi olfato intenta encontrar esos aromas otoñales y, en su lugar, se llena de polvo de arena seca que mata mis sentidos.

Me cuesta coger la escopeta y salir con mi perro detrás de las patirrojas, triste realidad ver que son todas viejas, que esta maldita sequia hizo que, en verano, se asfixiaran sus polladas, dejando lo que prometía un buen año en un desastre difícil de evaluar.

Pero no podemos lamentarnos y no hacer nada, somos los guardianes de nuestros campos. Sí, los cazadores y pescadores somos los que velamos para que nuestra naturaleza no muera, y por ello tenemos que hacer un esfuerzo extra y seguir rellenando nuestras fuentes y aportando comida a esos animales que deambulan buscando qué comer y qué beber.

Y por eso escribo estas líneas que, aunque me costa que no son necesarias —ya que todo el mundo rural está volcado en salvar esta situación—, es ahora o nunca cuando debemos luchar por revertir esta situación de matar el planeta, o nuestra generación pasará a la historia como los asesinos del mundo.

Espero que si algún ecologista me lee —cosa que dudo, ya que me odian— deje de perder el tiempo en meterse con nosotros y se ponga manos a la obra pars revertir la situación y, si algún político con conciencia también leyera estas líneas, se arrime para dar voz al desastre ecológico que estamos perpetrando.

Mil gracias por leerme, pero muchas más por defender el mundo rural.

Os dejo una receta para recordar tiempos mejores…

Conejo marinado

Ingredientes:

1 conejo limpio y troceado (patas y paletillas separados, y lomo central)
4 dientes de ajo
Ramitas de romero fresco
Ramitas de tomillo fresco
Zumo de ½ limón
Mostaza de Dijón
Pimienta
2 cebollas rojas
Aceita de oliva
Sal

Preparación:

1. Pela los dientes de ajo y déjalos enteros. Salpimenta el conejo e introdúcelo en un bol. Añade el zumo de limón, los ajos, un buen chorro de aceite y las ramas de romero y tomillo.

2. Tapa con papel de aluminio y deja marinar, mínimo una hora, en la nevera. Transcurrido dicho tiempo, saca el conejo, escúrrelo (reservando el líquido) y deja que tome temperatura ambiente.

3. Paralelamente, pela y trocea las cebollas en cuartos.

4. Pon una parrilla o plancha a calentar, y cuando esté bien caliente, dora el conejo por todos lados (no hará falta que añadas mucho aceite, ya que está impregnado de la marinada).

5. Para que que más jugoso, se puede ir pintando con una brocha de cocina mojada en el líquido de la maceración.

6. Mientras se asa el conejo, en otra sartén con un chorrito de aceite, saltea la cebolla y los ajos. Sírvelos al lado del conejo.

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