Quizás sea el momento

Otro escándalo salpica al Campeonato de Caza Menor con Perro. Éste es más fuerte y, en principio, con más pruebas, por lo que la Federación ha tomado las medidas oportunas. A primera vista hay pocas dudas de que Francisco Fernández Sierra ha intentado hacer trampas, aunque siempre quedan algunas dudas razonables. Porque… ¿cuándo puso Sierra las perdices allí, si el juez —según sus declaraciones—, no se separó de él en ningún momento y todo el día anterior estuvo con los demás participantes menos un lapsus de veinte minutos?


Las que presumiblemente llevaba muertas en su chaleco, ¿hubiera sido tan tonto de presentarlas como cazadas cuando era evidente que el control se iba a dar cuenta? En fin, son muchas veces las que, a lo largo de los distintos campeonatos, los participantes han intentado beneficiarse. Unas veces les han pillado y otras no —la última en el Campeonato Autonómico de Castilla y León donde uno de los participantes había encontrado una maceta boca abajo con dos perdices vivas dentro—. Con ser importantes todas estas cuestiones para el buen nombre de la caza de competición, entendemos que lo que la Federación debe plantearse de una vez es la realización de estos campeonatos. No es la primera vez que lo decimos ni nos aprovechamos del evento, y quizás sea éste el momento para que la RFEC vuelque más esfuerzos en otros problemas mucho más importantes para la actividad cinegética. ¿Es el momento de que la ONC tome las riendas de la caza en España y la Federación se quede como el departamento de competiciones de la ONC? Ahora está lloviendo, el paragüas más grande lo tiene la Federación, sería bueno que no lo cerrara.
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