¿Quién ha abierto la ventana?

He leído el escrito de la RFEC y el documento anexo y todavía no termino de creerlo. Estoy tan sorprendido como si hubiese visto al buque fantasma volando entre las nubes.


Parece que corren nuevos vientos por la RFEC, aunque no dispongo de información para conocer de quien o de quienes ha partido la iniciativa de abrir algunas ventanas para que se establezca la corriente que se aprecia, ni de lo que durará esta situación, ni de lo que se pretende conseguir. También puede ser que haya surgido algún kamikaze entre sus muchos directivos, o que se trate de un “farol” de cara a obtener algo, aunque solo sea que los cazadores pensemos que se están produciendo cambios. Resulta sorprendente que la RFEC, dependiente del Ministerio de Educación y Ciencia, anuncie que se plantea personarse como acusación particular contra altos cargos de la Administración Central y de la Junta de Andalucía, y contra otras personas de las que se han publicado sus nombres y apellidos, apoyando las denuncias presentadas. El asunto es serio, ya que se trata sobre los nefastos resultados de las acciones tendentes a la conservación del lince y de algunas águilas, así como del destino de las enormes sumas de dinero destinadas a dichos fines. Hace años que sobre todo esto ha corrido ríos de tinta. Desde el mundo de la caza se han criticado muchas de las acciones emprendidas advirtiendo de los fatales resultados previsibles sin obtener respuesta y sin ser tenidas en cuenta las sugerencias planteadas, y los resultados hablan por sí solos. Si por alimentar a las palomas enfermas que ensucian nuestras ciudades nos amenazan con enormes sanciones, y no hablemos por eliminarlas, (que es lo que debiesen ordenar las autoridades municipales por razones sanitarias), es lógico suponer que las penas por las barbaridades que se están realizando sobre especies en riesgo de extinción desde organismos oficiales y/o con su beneplácito y apoyo financiero debieran ser mucho mayores y recaer en las personas responsables y no diluirse entre organismos, como tampoco debiera ser suficiente solicitar responsabilidades políticas. Sería interesante que nuestra clase política tuviese en cuenta a los cazadores en aquellos aspectos relacionados con la flora y la fauna. Es indudable que poco podremos aportar en lo que se refiere a las ballenas, pero tenemos mucho que decir sobre la fauna terrestre, las aves, los cultivos y el resto de la flora. Con el paso del tiempo están variando muchos factores que influyen de gran manera sobre el clima, las especies animales, los cultivos, etc. y es por ello que la teoría de la evolución sigue vigente. Los humanos, ayudados por la ciencia, influimos sobre algunos de estos cambios de modo extraordinario y a veces inconscientemente no previendo las consecuencias de nuestras actuaciones a corto y medio plazo. Por ejemplo, hemos convertido a inofensivas aves carroñeras como los buitres en predadoras de enorme fortaleza y peligro. Los buitres han evolucionado para sobrevivir, pero otros animales más especializados en su alimentación, que son incapaces de evolucionar, van camino de su extinción y solo es cuestión de tiempo. No hay que rasgarse las vestiduras por ello. Es así desde el principio de la creación. Los koalas, con una alimentación especializada en el eucalipto, y los osos panda, todavía más delicados y que se alimentan exclusivamente de brotes y hojas tiernas de bambú, serían incapaces de sobrevivir sin esas especies vegetales, por lo que su continuidad corre serio peligro. Es posible que, gracias a los conocimientos biológicos, puedan reproducirse en cautividad y sobrevivir en espacios reducidos y bajo un intenso control procurándoles su alimento especializado en cantidad suficiente y protegidos de cualquier enemigo natural, pero estamos hablando de parques zoológicos y no de vida salvaje. Los problemas habidos con los conejos en Hispania, (Tierra de conejos según los fenicios), han afectado a los linces y a algunas especies de aves depredadoras poniéndolos en serie peligro, pero ahora, con la proliferación de conejos en muchas zonas de la Península, y realizando acuerdos con propietarios de fincas en las que no se les caza y en otras para que no se les cace, estas especies pueden recuperarse de modo natural y seguir siendo libres. El que evolucionen y consigan adaptarse a futuros posibles cambios o desaparezcan como tantas y tantas especies ya es cuestión de su capacidad para hacerlo. Ello no evita que se críen y reproduzcan algunos ejemplares en cautividad con destino a parques zoológicos, siempre que a los que viven en libertad se les deje tranquilos y no se pretenda su manipulación, pero en modo alguno justifica tanto dinero, ni los medios que se están utilizando, ni mentir constantemente culpando a los cazadores para encubrir incompetencias. Quien crea que se puede convertir a España en un gran parque zoológico está muy equivocado, y quien piense que puede eliminar la caza y controlar las poblaciones mediante matarifes profesionales y sistemas de esterilización, es un loco que precisa tratamiento. Finalizadas estas líneas, he visto publicada la noticia del Decreto que permite dejar cadáveres de animales en el campo para alimento de los buitres y de otras aves y así evitar que ataquen a seres vivos, (los jabalíes, que no son aves, también gustan de esos bocados), pero tiene una condición que me temo que lo convierte en inútil, y es limitarlo a aquellos casos en los que las autoridades lo estimen necesario. ¿Qué autoridades y cómo se estima que es necesario? ¿Después de que se produzcan ataques a seres vivos? Creo que hay un exceso de normas que se dejan a la “interpretación de alguien”, a su “buen criterio”, a la “presunción” de lo que sea, aunque no siempre de inocencia, y ello provoca “actuaciones curiosas” y “exceso de celo” lo mismo por acción que por omisión.
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