Felicitación a D. Felipe Choclán

Vaya mi felicitación pública, pues la privada ya la tienes, por la obtención del Premio Diana Cazadora en el presente año.


No abundan los cazadores poetas. Pertenecen a una raza muy especial en la que la sensibilidad está a flor de piel y saben expresarla, más bien orquestarla, en una sinfonía de palabras sencillas que impregnan el alma y encojen el corazón. ¿Recuerdas cómo se nos escaparon algunas lágrimas cuando, sentados junto a la costa de Tánger, me leías algunos poemas de lo que entonces solamente era el borrador de “Sueños de un Montero”? Lágrimas parecidas a las que se escondían en la barba de Josechu Lalanda en Madrid, cuando, en la cafetería de un céntrico hotel, tu hermano Paco y yo pusimos “El Montero ciego” grabado con tu voz junto a otros muchos poemas, “...y la niebla se escapa gimiendo por las jaras del río sin doblarlas...” Ya han transcurrido unos años desde aquel alarde editorial que fue “La Caza”, con prólogo manuscrito de Camilo José de Cela y grabados del maestro Schlotter, joya bibliográfica que solo unos afortunados poseemos, hasta la última edición de “El Candiles”, cuya lectura te transporta al corazón de Sierra Morena, y que agrada a niños, a jóvenes, y a los que ya hace tiempo que pasamos por esas etapas de la vida. Y todo ello cazando, porque es la caza la que inspira tus poemas y tus relatos demostrando que en la caza no hay crueldad sino sensibilidad y amor, aunque no sepamos hacernos entender por los que solo conocen la brutalidad de la vida ciudadana y, desde su ignorancia, nos insultan. ¡Vayan con Dios! Felicidades por ese premio que adornará tu salón de caza, y por lo que supone de reconocimiento a tu obra, que perdurará en el tiempo. Tu hermano en San Huberto. Rafael M. Barrachina
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