¡12.000 armas ‘de guerra’!

En esta ocasión voy a ser más breve de lo que generalmente me sucede en esta página, en la que suele faltarme espacio.


Pero es que se trata de un tema que no tengo más remedio que comentar al menos, hacerme eco de una noticia —y sus resultados a día de hoy—, que se publicó en prácticamente todos los medios de información españoles, y después en muchos extranjeros, porque hay que reconocer que no era para menos: la policía, en un operativo en el que además participaba Europol, había intervenido todo un arsenal de armas de guerra (que no son precisamente armas de las normales), preparadas para ser entregadas a organizaciones terroristas y de delincuencia internacional. Y los medios hablaron primero de 8.000 armas, cifra que en un día se incrementó en un 50% para llegar a las 12.000, como está publicado, habiendo quedado en 10.000 tras el recuento policial. La noticia era como para captar toda la atención del mundo, más en nuestro ambiente, además de para sentir una extraordinaria alegría porque semejante arsenal de guerra (y creo que pocas veces se ha hallado tal cantidad de armamento), no hubiera llegado a tan peligrosos e indeseables usuarios. Pero el asunto no acababa ahí, ya que los detenidos por esa extraordinaria situación, los fundamentalmente implicados en ese monstruoso tráfico de armas, eran los responsables de la empresa Cantábrico Militaria, es decir, Jesús Prieto y su hija Amaia, quienes fueron detenidos (así como otras personas relacionadas entonces con el caso), pasando a ingresar en prisión. Y repito que el tema no era para menos. ¡Qué increíble disgusto! ¿Sería posible? Fueron frases repetidas en nuestro ambiente.  Y la cantidad de reportajes, artículos y comentarios se sucedieron durante muchos días y hasta meses después de conocido el hecho, alentando la evidencia que implicaba a padre e hija en el tráfico internacional más tremendo y peligroso para la sociedad de medio mundo.  Pero resulta que esa empresa especializada desde hace ya un montón de años en el ambiente del coleccionismo de armas, se podría decir que toda una referencia para los aficionados españoles, había comprado en su día miles de armas de guerra desde la única fuente desde las que las pudo adquirir, y me refiero a la principal empresa armera estatal de España, lo mismo que había comprado una ingente cantidad de pistolas y revólveres tras la desaparición de las fábricas Star, Astra y Llama. Pero dándose la circunstancia de que todas esas armas estaban legal y reglamentariamente INUTILIZADAS. Pero no voy a entrar hoy más en este asunto, aunque al menos me parece de justicia publicar aquí que Jesús y Amaia están en libertad y sin fianza desde hace varios días, después de más de tres meses de cárcel. Lo digo también para que se enteren todas las personas que nos han preguntado por ellos a lo largo de este tiempo, y después de que le vengo dando un buen repaso a los medios —sobre todo a los que más se interesaron por tan impresionante noticia, añadiendo por supuesto de su cosecha a la información—, aunque sin haber encontrado una sola línea sobre que estos impresentables que estaban surtiendo de armas de guerra a terroristas y delincuentes de los más abominables han sido puestos en libertad, sin fianza.  Y comprendo que la noticia es muchísimo menos jugosa, que ese dato añadido ya no vende… aunque para algunas personas creo que sí es fundamental, sobre todo si te faltan casi 100 días de tu vida. Seguramente que el tema no haya acabado aquí, que es colosal la situación, y no puedo dejar de hacerme un montón de preguntas tal cómo han sucedido las cosas. Pero de momento toca alegrarnos por la buena noticia, y no sólo por la puesta en libertad, sino porque esos miles de armas de guerra no van a llegar a ningún cliente asesino, y precisamente porque hace ya lustros que dejaron de ser armas.
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