El ‘escándalo Cecil’

Dejamos atrás la etapa estival de vacaciones para volver de nuevo a la realidad del trabajo, de los colegios, de las tarjetas de crédito cargadas hasta arriba… Y también a la plena efervescencia venatoria.


Pero todo ello ha quedado sin duda empañado por el culebrón del verano. Ha sido una de las noticias más comentadas y, desgraciadamente, ha tenido como protagonistas a un cazador americano y al león Cecil, convertidos en el punto de impacto de vídeos, noticias en los medios escritos y digitales, miles de hora de televisión… y que ha provocado una dura campaña contra la caza, el procesamiento de un cazador profesional africano, más de doscientas mil firmas de apoyo a la extradición del que lo abatió (se estudia cómo proceder legalmente contra él, quizás también en EEUU) e incluso el cierre de la caza en Zimbabue. La noticia ya es sobradamente conocida. El legendario león del parque nacional de Hwange fue engañado por unos cazadores para apartarlo de la zona protegida. Poco después una flecha disparada por el dentista estadounidense Walter Palmer (en un primer momento se acusaba del hecho a un cazador español, lo que generó todo tipo de interpretaciones y descalificaciones en nuestro país) lo dejaba malherido, hasta ser rematado días después. La exigencia de justicia por la muerte de un animal protegido derivó enseguida hacia una explosión viral (y material: las puertas de la clínica del dentista se llenaron de amenazas) de furia vengativa e incluso se hubiera llegado al linchamiento si Palmer hubiera aparecido por allí. Las asociaciones ecologistas internacionales más radicales han ido a saco contra la caza, mientras las propias organizaciones de los cazadores y muchas conservacionistas siguen defendiendo una estricta regulación y la posibilidad de obtener cuantiosas recaudaciones de su explotación, lo que precisamente permite velar con mayores garantías por las distintas especies en zonas protegidas, como defendemos en nuestras revistas de caza. Pero la veda estaba abierta para verter todo tipo de insultos, de descalificaciones y hay un reguero de desinformaciones en los medios de comunicación, dando base a todas esas corrientes políticas y medioambientales que están de moda y que tienen como objetivo último acabar con la caza en España.
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