¡Cazar cazadores! ‘Deporte de moda’

Debo dedicar unos párrafos al escándalo mundial del león cazado hace unas semanas en Zimbawe (un país donde se cazan muchos leones).


Sobre todo porque la caza está absolutamente ligada al ambiente y futuro de las armas en España, porque la importancia que por su número ese colectivo tiene en nuestros país (como ya he dicho muchas veces), resulta vital para la buena salud de los que están compuestos por tiradores deportivos o coleccionistas, y también por supuesto, porque yo mismo soy cazador, una actividad que comencé a disfrutar con siete u ocho años junto a mi padre, es decir, hace ya más de medio siglo. Me veo en la necesidad de comentar una situación que antes resultaba para mí casi sorprendente (por lo exageradas que me podían parecer las protestas de los anticaza), para haber pasado a convertirse en toda una campaña de acoso, hostigamiento, insulto y amenaza, aunque subrayando que la inmensa mayoría de las veces son fruto de una manipulación tan vergonzosa por sus mentiras, como falta de rigor por el desconocimiento que demuestran en temas trascendentes para millones de personas. Pese a todo, parece que lo único que no fue legal en la caza de ese animal (de más de trece años de edad y por tanto todo un anciano), fue que el profesional contratado por el cazador no cazó el león correspondiente ni en el lugar adecuado. Aunque por lo visto ese hecho —sancionable sin duda— se iba a convertir en una auténtica hecatombe planetaria, consumiendo miles de horas en los informativos y una inusitada atención en las redes sociales, tan poderosas por su inmediatez y alcance. Ha sido una extraordinaria fuerza criminalizando a ese cazador como si de un verdadero asesino se tratara (que no lo es), forzándolo hasta a cerrar su local de trabajo y prácticamente desaparecer. Y resulta de verdad vergonzoso asistir a ese espectáculo de manipulación y venganza, sobre todo tras comprobar, días tras día, el nivel de desgracia, miseria y muerte que se produce en el mundo sobre miles y miles de seres humanos, generando las más de las veces simples noticias a las que apenas ya nadie les concede la menor atención. En Facebook de Ai hemos compartido la opinión (ya con miles de alcances) de un ciudadano de Zimbawe sobre este tema, en la que este hombre —y la inmensa mayoría de sus compatriotas— se asombra por este escándalo, cuando son tantos los que literalmente se alegran cada vez que cazan un león, porque los leones (también los leones), son un auténtico azote en muchos sitios, fundamentalmente por los problemas que suponen en comunidades en las que hasta llegan a comerse a la gente. Una lástima asistir a situaciones tan lamentables como las que saben organizar los anticaza, cada vez más radicales y violentos. Y seguro una lástima, para ellos, tener que enfrentarse a un colectivo absolutamente legal, que además paga impuestos, permisos, licencias y hasta genera muchos puestos de trabajo, y que en España supera EL MILLÓN de ciudadanos. A ver si de una vez sabemos unirnos, que ya ven nos va mucho en ello.
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