Control de predadores: mucho ruido y pocas nueces

En España hay más de sesenta y cuatro predadores y sólo se permite la captura de cuatro que son especies de caza. En caso de daños a la fauna se permiten gatos y perros asilvestrados. La presión de grupos contrarios al control de predadores está ralentizando la aplicación de trampas.


Con la denominación de trampero se conoce en todo el mundo al experto en el manejo de trampas para cazar animales silvestres que requieren control poblacional, (como los predadores) o cuyo fin es el aprovechamiento de su piel o son requeridos para alguna aplicación de la ciencia y la industria. El perfil del trampero especialista en control de predadores es el de un hombre muy sacrificado, que lleva una vida dura y en continua quimera, especialmente con los predadores objetivo, que son animales muy sagaces, difidentes y, por esto, difíciles de capturar. Además de la dificultad para el éxito, que requiere gran perfección en las actuaciones, hay mucha exigencia en los requerimientos de las normas del trampeo que son muy rígidas y que están homologadas en todos los países que son referencia en esta actividad. El trampeo tiene legislación internacional, además de la propia replicada por cada país y la específica de su territorio autonómico; todas ellas muy ajustadas al bienestar animal y a su captura con métodos no crueles. Las trampas que ahora se van a utilizar tienen más datos que un currículo. Cada trampa debe disponer visible el número de matrícula del trampero, que es único; además, es obligatorio indicar a las autoridades las coordenadas del lugar de colocación y existe la obligación de revisarlas todos los días antes del mediodía. Las capturas son siempre en vivo, no hay trampas con muerte como en Francia, p. e. Cualquier especie no objetivo, que fuera capturada, deberá ser soltada con un protocolo de liberación, con análisis de su estado. Durante las homologaciones de aparatos, la suelta de algún animal no-objetivo se hizo con seguimiento posterior a través de radioemisor; como dice un castizo, “con más garantías que cualquier ciudadano ante la Seguridad Social”. Si alguien no cumple la normativa, está infringiendo la Ley y exponiéndose a ser imputado por delito, en el caso de capturar una especie protegida y no liberarla. En España hay más de sesenta y cuatro predadores: Tres reptiles y los tres están protegidos. Veintisiete rapaces diurnas y las veintisiete están protegidas. Hay ocho rapaces nocturnas y las ocho están protegidas. Hay nueve córvidos y siete están protegidos y dos son cinegéticos. Hay diecisiete mamíferos, dos de ellos son cinegéticos y el lobo que puede ser cazable, si lo permiten las CCAA por encima del Duero y hay otros dos, perro y gato asilvestrado, que sólo se permite su captura ante daños a la fauna o ganadería. En definitiva, de más de sesenta y cuatro predadores que existen en España tan solo se permite la captura de seis por debajo del Duero; a saber: zorro, jabalí, urraca y corneja. Por daños a la fauna o la ganadería también perros y gatos asilvestrados. En el caso de que se permita cazar el lobo, si estamos por encima del Duero, serían siete los autorizados. No incluyo en esos números cigüeñas y otros predadores que en algunos espacios son bastante determinantes sobre pollos y huevos. El control de predadores en España, incluso con las nuevas trampas es, a todas luces, insuficiente en cuanto a especies legalmente capturables y aparatos permitidos. En esta situación, el declive es evidente para todas las especies más sensibles ante la predación. Uno de los mayores daños en los territorios es el de algunos de los cotos intensivos y de ojeo industrial (mal gestionados), a los que se proporcionan miles de perdices de granja ya que son fuente y albergan una sobresaturación de predadores que actúan también en los cotos limítrofes. Esto agrava el problema de la predación, ya que por las sueltas de perdices se dispara la abundancia de zorros y otras especies predadores, que cuando acaban con las perdices de granja, ejercen un efecto devastador sobre las silvestres de alrededor. Si es zona de esteparias sobre ellas el impacto es más acusado. En todos los países donde permiten este oficio, los ‘Especialistas en Trampas’ (tramperos) son un gremio muy específico y organizado. En España sólo hay unos pocos tramperos, sin título oficial en tanto no se desarrolle la homologación de usuarios de CLM y se inicie en el resto de CCAA. Se han organizado, según me indica en comentario adjunto Vicente Aguilar, en la ATE (Asociación de Tramperos de España), que es miembro de la Asociación Europea de Tramperos. De ambas entidades es presidente Albert Roura, un trampero muy experto del grupo del MAGRAMA con contacto continuo con las asociaciones de otros continentes. La ATE, con expertos en el manejo de trampas, podrá colaborar en la fase práctica para la homologación de usuarios por las CCAA. Estos tramperos se han formado en estos últimos años alrededor de las directrices técnicas para la homologación de nuevos aparatos y métodos. Me refiero a los pocos que están reconocidos en el MAGRAMA, como Francisco García, uno de los expertos y tramperos punteros que ha hecho con Jaime Muñoz (el científico especialista en la materia) la homologación de cuatro de los cinco aparatos hoy en posible uso y de dos nuevos aparatos más para capturar gatos y cánidos, que han superado ya todas las pruebas de efectividad y selectividad, por lo que en breve serán homologadas por el Ministerio. También hay tramperos dentro de las administraciones autonómicas debido a las fases prácticas realizadas en las Consejerías de Castilla y León, Castilla la Mancha y Andalucía, para homologar aparatos. Todo este asunto lleva ya más de dos años recogido en las “Directrices Técnicas para la Captura de Especies Cinegéticas Predadoras”, aprobadas por la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente de 13 de julio de 2011. Castilla la Mancha se ha puesto a la cabeza con muy buen criterio, tal vez por el impulso y preferencia que siempre dio al control de predadores Juan de Dios García —presidente de la Federación Autonómica de Caza—, reflejando el sentir de los cazadores de una región tan proclive a los vertidos de perdices de granja y por ende de proliferación de zorros y, desde luego, por la apuesta positiva de los responsables de la Dirección General de Montes y E.N. de esa comunidad. Ya han resuelto en Castilla La Mancha la primera fase, homologando los métodos y aparatos (Orden 18/6/2013) para reconocer las cinco trampas y métodos ya presentados por el MAGRAMA y los nuevos que se homologuen. Cuando aparezca este escrito ya estará publicada la segunda orden de la Consejería de Agricultura, por la que se regulará la acreditación de los usuarios de los métodos y trampas de captura, una vez los aspirantes hayan superado las exigencias y requisitos teóricos y prácticos para el examen del especialista en estas materias. Esto mismo debería ya haberse puesto en marcha en otras Comunidades Autónomas si todos los responsables de la cosa, fueran eso, como lo han sido en esta región puntera en asuntos de caza. No veo por qué tienen tanto miedo quienes deben ponerlo en marcha, porque digamos las cosas claras: con estos métodos tan selectivos y garantistas —aunque los voceros contra el control de predadores hablen de “masacre” y prefieran la inviolabilidad de estos a las posibilidades de vida de tantos otros animales— sólo se capturarán dos especies cinegéticas objetivo: zorros y urracas, que se pueden cazar como siempre con otros medios. También son susceptibles de poder capturar perros o gatos asilvestrados y donde sea factible y hay trampas ya muy selectivas, aún sin homologar, para capturar lobos. Pero nada más, ya que aún no se ha homologado una jaula para cornejas, sin que nadie sepa por qué. Y tampoco se ha dado ningún paso para incluir otros predadores que sería necesario controlar, pero no sólo para defender a las perdices, sino a esas otras especies en peligro, como las esteparias y muchas otras aves camino de la extinción. Ahí está el caso del urogallo que ahora obliga a tomar medidas extraordinarias contra martas, azores, arrendajos, cuervos, cornejas, zorros, jabalíes, etc. que deberían haberse tomado hace años y no estaríamos donde estamos. Por la falta de agallas de los responsables de la administración, el asunto está donde está; con mucho ruido en España y unas pocas nueces en Castilla La Mancha. Iniciamos el primer seminario de control de predadores en la Escuela Española de Caza (EEC) hace 14 años (Noviembre-1999), porque era solicitado reiteradamente por los alumnos de los tres años anteriores. Después hemos realizado diez seminarios en España y de estos cuatro organizados en Albacete y uno en Toledo, todos de la mano de Juan de Dios García. Hemos editado desde FEDENCA un libro muy completo “Especialista en control de predadores” donde viene el análisis de este asunto tan complejo y los ensayos y pruebas de aparatos, así como la visión de veinte especialistas de reconocido prestigio y las Directrices Técnicas del MAGRAMA. Ha sido esta especialidad del control de predadores una de las que más tiempo ha ocupado mis años de director de la EEC y de FEDENCA. Por esto, me ha llenado de satisfacción el paso dado por la administración de Castilla la Mancha y la gran acogida que tuvo la presentación del procedimiento por la Dirección General y por la Federación Autonómica, a la que fui invitado, con alrededor de 150 asistentes de diferente condición. Enhorabuena a todas estas gentes. Por tanta dedicación personal me produce desasosiego que la figura del Especialista en Trampas para Control de Predadores no lo lancen ya otras comunidades, entre ellas la mía. Es escasa en especies objetivo y aparatos, pero es el inicio de una medida buena, aunque solo sea como disuasoria para evitar tentaciones de otros métodos indeseables, que a nadie se le escapan. Pero da la impresión de que algunos grupos consideran que cuanto peor sea la respuesta, mejor es para sus objetivos. Por esto mismo, desde todas las Federaciones lo debemos exigir e impulsar.
Comparte este artículo

Publicidad