¿Por qué tengo perdices del terreno?

En los meses de marzo, abril y mayo, año tras año y desde hace más de treinta, se habla en todas las revistas especializadas en caza y conservación de repoblaciones.


Consejos, métodos, nuevas experiencias y una y mil maneras de poner un conejo, una liebre o una perdiz en el campo, para que haciendo los equilibrios que sólo Dios sabe y esquivando mil situaciones, pueda reproducirse y llegar a adulto para la apertura de la próxima temporada y el posterior aprovechamiento de los cazadores. Tenemos buenos expertos, muchos que nos han enseñado sus experiencias, como José Luis Garrido, Jesús Nadal o Jesús Llorente a los que cito por conocer personalmente y haber tenido el placer de escuchar y comentar temas relacionados con su gestión en varios cursos y seminarios. A la perdiz roja (Alectoris rufa) también la conocemos como patirroja, perdigacha, la reina y otras tantas denominaciones como lenguas se hablan en nuestro país. Pero seguro que también les suena lo de perdiz autóctona, brava, salvaje… de las de antes, de verdad, autentica, de campo… o del terreno. El Doctor en Ciencias Biológicas Jesús Nadal las denominó perdices de bote, o perdices de plástico al referirse a las producidas en granjas para las repoblaciones. Alertando con ello del peligro que pueden llegar a tener para las de campo. Los mayores expertos del país coinciden en que la mejor repoblación que se puede hacer es La natural. Ello se consigue con una correcta gestión cinegética o, lo que es lo mismo, caza inteligente y sostenible y que yo añado, de mucho sacrificio. Las perdices de mi coto son del terreno ¿Por qué?
-Porque se siembra para la caza y se mantienen todo el año puntos de agua. -Porque se vigila y custodia el campo y, si es necesario, se controla el exceso de predadores. -Porque contribuimos económicamente con los agricultores para que usen productos ecológicos menos agresivos para la fauna y no a la quema de rastrojos ni márgenes. -Porque están limitadas las escopetas, los días de caza, el horario y las capturas. -Porque la temporada 2006-2007 no cazamos la perdiz al no haber criado bien. Máxime en un año bueno no cazamos más de 6 fiestas con cupo de 3 perdices por socio/día.
En definitiva, la mentalidad del socio es la de disfrutar de la perdiz con una caza natural y silvestre, en un plan muy amistoso, no de competición, y al tener conejos, zorzales, patos y torcaces abundantes, se reparte muy bien la temporada. La buena armonía impera en nuestra sociedad, y pienso que ello beneficia a nuestras perdices y al resto de la fauna cinegética. Hace muchos años, más de veinte, que hemos optado por una caza social y de sacrificio y, créanme, funciona.
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