Colegas

No lo dejan. Mientras puedan van a mantener su inhumano esfuerzo para dirigir el mundo solamente para llenarse los bolsillos, lo cual es muy lícito, aunque ya no tanto sus modos y la forma que tienen de pensar que los demás somos tontos.


El otro día vi un reportaje de actualidad en el que trataban el tema de las capturas de lobos en la parte sur del Duero y la decisión que han tomado los tribunales sobre ello. Si no hay daños no hay capturas, lógico, a no ser que las capturas se hagan en previsión de los daños, lo cual me parece más lógico aún. No me gusta aquello de «a borrico muerto, cebada al rabo». Pero, una vez más, el tema se tergiversaba anunciando que el futuro del lobo pasa por las visitas guiadas; es decir, el turismo ecológico para observar al lobo. Una vez más: ¡ja! Visitas guiadas para grupos, como los del reportaje, que podían observar, a plena luz del día, los lobos a menos de doscientos metros. Perdónenme la licencia pero, si fuese tan fácil acercarse a los lobos, créanme, no habríamos oído hablar de ellos desde que los rifles irrumpieron en nuestro panorama cinegético. Las personas con las que trabajo, y yo mismo, llevamos saliendo al campo, a diario, algo más de veinte años, en las zonas más dispares y distantes. Sin preparar aguardos, entre todos hemos hecho un avistamiento de lobo y otro de lince. De los cientos de trampas que nos autorizan a poner cada año, nunca, y digo nunca, ha caído, ni se ha acercado, nada parecido a estos, por otra parte, benditos animales. Pero estos listos en grupo, cobrando por ello, sí van a avistar lobos. Lo que estos van a avistar va a ser un montón de duros de unos tontos de baba que les creen. Sin licencias, sin precintos, sin autorizaciones, sin impuestos y sin subastas, pero con la complicidad de sus primos los alcaldes. No son ecologistas ni anti-caza, son, sencillamente, artistas del montaje demagógico que no saben qué hacer para ganar dinero honestamente, puesto que se valdrán de los cebaderos de los que sí pagan y del trabajo de los que sí saben de campo y lo cuidan porque viven de él. Ahora que, una tras otra, se están descubriendo todas las corruptelas y que ya nadie firma ni un papel ni medio, a no ser delante del pleno municipal, ahora van a explotar la ecología, caiga quien caiga y cueste (a otros) lo que cueste. Los colegios haciendo grupos de escolares para las visitas guiadas y ellos cobrando diez euros por cabeza para enseñar una posible huella de lobo como decían en el reportaje, también pagado con fondos públicos. Como siempre tirando con pólvora ajena, pensando que los demás somos tontos, que es de donde ellos quieren ahora sacar tajada. Lo de siempre: durante ochenta años intentaron que fuésemos camaradas, después quisieron que fuésemos colegas y, ahora, gilipollas.
Comparte este artículo

Publicidad